Orillas desnudas

Curar la salud de la cuenca hidrográfica del río Zaza constituye un reclamo inaplazable A orillas del río Zaza la naturaleza abonó la vida; desde que se asignaron los primeros hatos a su alrededor, durante casi 500 años varias generaciones han vivido en esa zona pródiga en agua y suelo.

: Construcciones, ganadería y cultivos, se cuentan entre las prácticas indebidas en las márgenes y faja del río.Curar la salud de la cuenca hidrográfica del río Zaza constituye un reclamo inaplazable

A orillas del río Zaza la naturaleza abonó la vida; desde que se asignaron los primeros hatos a su alrededor, durante casi 500 años varias generaciones han vivido en esa zona pródiga en agua y suelo. “Por nada del mundo antes se cortaba un palo en la ladera del río, tampoco se araba ni se sembraba esa parte; la desembocadura del Caunao en el Zaza era un monte a ambos lados, se respetaba mucho la naturaleza”, rememora Luis Curbelo Casanova, un jubilado que llegó al mundo por la zona de Placetas.

En ese escenario llamado cuenca hidrográfica, que abarca territorios de Villa Clara y Sancti Spíritus, viven unas 290 000 personas, la mayor parte espirituanos; en él se sustenta alrededor del 32 por ciento de la sostenibilidad económica y social de la provincia.

No solo por ello el entorno reviste interés, pues sus valores crecen: a la definición de segunda cuenca más extensa de Cuba -antecedida por la del río Cauto- se une que, a la Zaza, desde el punto de vista hídrico, se le considera la más importante del país.

De buenas intenciones ha estado rodeado este pedazo de la isla desde que el Estado identificó en 1998 la urgencia de revertir el deterioro de estos sitios y fijar regulaciones para recuperar parte de las condiciones naturales perdidas por la interacción del hombre.

MANCHAS DE LA CUENCA

El tamaño y las condiciones del entorno atraen las miradas hacia este paraje, pues la cuenca se inscribe como una de las más deterioradas de Cuba. Si bien el territorio no vive de espaldas al asunto y se cuantifican acciones enfiladas a cambiar el panorama, mucho cauce tiene por delante el trabajo para devolver esplendor a ese escenario.

Las manchas de la cuenca no están por descubrir y en el inventario figuran la baja cobertura boscosa (7,6 por ciento), problemas de contaminación, erosión del suelo, uso indebido de la faja hidrorreguladora del río principal y los afluentes, indisciplina e incumplimiento de las regulaciones ambientales vigentes.

“Se ha reducido la carga contaminante -apunta Esteban Acosta, coordinador del Trabajo de Ordenamiento de la cuenca Zaza-, la reestructuración de la industria azucarera derivó en el cierre de tres centrales en esta área y eso aminoró la contaminación; también mejoró la eficiencia de otros sistemas de tratamiento, lo que permitió por este concepto reducir la carga del 2011 con respecto al 2010 en un 0,4 por ciento.

“Pero, esto es todavía un serio problema, pues casi todas nuestras ciudades y poblados drenan sus residuales, de una u otra manera, a los ríos, porque carecen de sistemas de tratamiento. Solo en la porción espirituana están identificados 61 focos contaminantes”.

Más del 90 por ciento de la cuenca clasifica como superficie agrícola, lo que determina la elevada explotación agropecuaria a que han estado sometidos esos suelos. Sin embargo, por desconocimiento, desorden y mala aplicación de las normas ambientales, no pocos segmentos de la faja hidrorreguladora del río Zaza tienen usos incorrectos y carecen del principal de los resguardos: el bosque.

“Hay identificados tenedores de tierra que hacen agricultura y ganadería en la faja, ese suelo, 20 metros hacia los laterales a partir del nivel normal de las aguas, le pertenece al río; la ley solo lo concibe para árboles. En el ordenamiento que debe emprenderse más adelante, esa es una de las irregularidades a resolver, porque se cataloga como crítica la situación actual de la faja forestal del cauce del río Zaza”, explica Ángel Díaz, subdelegado de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus.

“En la provincia -refiere Lucrecia Sánchez, directora del Servicio Estatal Forestal- se ha trabajado más la reforestación de las fajas de los embalses; Tuinucú y Siguaney tienen un resultado más favorable, no así la presa Zaza.

“En todos estos años -agrega- se ha cumplido el plan de reforestación, más de 400 hectáreas plantadas por año en la última década, pero la supervivencia, que se tomó en cuenta a partir del tercer año, fue mala hasta el 2008, ya en el 2009 comenzó a cambiar. El daño animal y la indisciplina del hombre están también entre las causas de esa baja cobertura de árboles”.

Roberto Álvarez, máster en Ciencias Forestales y especialista de la Empresa Nacional de Proyectos Agropecuarios (ENPA), a cargo del diagnóstico para determinar la potencialidad boscosa de la cuenca expone: “El estudio toma en cuenta cuatro factores limitantes del suelo: profundidad, pendiente, erosión actual y la potencial, considerando además las áreas que resultan obligatorio reforestar, incluidas las fajas de ríos y presas, los datos preliminares arrojan un potencial en la parte espirituana en el entorno de las 61 000 hectáreas, equivalente a cerca de un 30 por ciento de la superficie de la cuenca. En el caso del río principal la evaluación preliminar refleja que, al menos, dos terceras partes de la faja están deforestadas”.

Más allá de llegar a la exactitud de la potencialidad boscosa y de que un día la reforestación alcance el rango fijado, urge poner respeto en las orillas del río Zaza y también en las áreas que se definan para bosques y no permitir más que las siembras forestales terminen como pasto para alimento animal.

BAJA PERCEPCIÓN AMBIENTAL

“Hemos pasado trabajo para recopilar la información, las partes villaclareñas y algunas instituciones espirituanas no denotan sensibilidad con la cuenca; faltan manejo, conocimiento, percepción ambiental, no se mira este sitio como lo que es, el espacio donde habita más de la mitad de la población del territorio”, advierte Magali Torres, directora de la Unidad Provincial de Medio Ambiente.

Tampoco a nivel poblacional esa percepción revela respaldo. Un acercamiento a la comunidad de El Saltadero, puede ser la fotografía de lo que sucede, a mayor o menor escala, en las márgenes del río Zaza. Muchas viviendas se edificaron encima de la faja hidrorreguladora, hay cultivos en las laderas y crías porcinas que vierten libremente sus residuales.

“Llevo 20 años viviendo aquí y no conozco de un trabajo a nivel de comunidad para promover el cuidado del río; cuando llegué, todas esas casas estaban ya construidas en la orilla del Zaza”, expresa Dalmi Zamora Díaz, vecina del lugar.

“Se habla de no coger agua del río, ahí está instalado el acueducto de toda esta zona, pero de la protección no se comenta nada; que recuerde, solo una vez sembraron unos árboles”, refiere Raúl Suárez, otro lugareño.

Transformar los comportamientos humanos ocupa espacio en el programa educativo de la escuela Abel Santamaría, de ese poblado, donde se persigue inculcar otra mirada al río Zaza. “Desde la asignatura El mundo en que vivimos, trabajamos el cuidado de esa zona; tratamos de llegar a la población adulta a través de los niños, por eso ellos se llevan preguntas para sus casas como: ¿por qué sembrar en esas orillas cultivos que no aguantan el arrastre del suelo?, ¿por qué verter los residuales porcinos al río?”, expresa Yuliet Cancio Hernández, maestra del centro.

Algo más que cuidados reclama el río Zaza a quienes beben de él, irrigan con sus aguas los cultivos o sencillamente afincaron su tránsito terrenal en estos parajes, pues todo no será fomentar el bosque y la cultura medioambiental, en el tiempo también gravita la contaminación, “que la tenemos en dos vertientes -expone Leonel Díaz, Delegado CITMA en Sancti Spíritus-, una es la que contamina por el volumen de la carga que se genera, como ocurre con los asentamientos urbanos y la otra por la agresividad del residuo, en ese caso están algunas industrias y los hospitales, pues el riesgo de sus desechos es muy alto y sus sistemas de tratamiento son muy deficientes.

“Este año se realiza un estudio de ordenamiento ambiental por especialistas locales, el cual servirá de base para el posterior ordenamiento territorial de la cuenca, toda vez que a partir de esa caracterización se conforma una propuesta de manejo de ese escenario”, concluye Leonel.

Hace tiempo que el río Zaza perdió la sombra, aquel bosque de rivera que la naturaleza forjó en sus márgenes. También el suelo a su alrededor se resiente, tanto, que cerca del 90 por ciento da señales de erosión y baja fertilidad. Hace tiempo que se irrespeta la naturaleza, se desoyen consejos como el que le daban de niña a Yuliet, la maestra de El Saltadero: “Mi papá siempre me decía que había que sembrar árboles, palmas, para que el arrastre de las lluvias no se vaya para el río”.

DATOS GENERALES

El área de la cuenca es de 2 413 kilómetros cuadrados, el 87 por ciento pertenece a Sancti Spíritus, superficie que equivale al 37 por ciento del territorio provincial.

El río Zaza mide, desde su nacimiento, en Placetas, hasta la desembocadura, en el mar Caribe, 155 kilómetros.

En la cuenca existen 170 asentamientos, entre urbanos y rurales.

Las áreas de la cuenca abarcan ocho municipios: Placetas y Remedios, en Villa Clara; Cabaiguán, Fomento, Taguasco, La Sierpe, Sancti Spíritus y Yaguajay, en Sancti Spíritus.

Afluentes del río Zaza en la margen derecha: Calabaza, Tuinucú, Yayabo, Cayajaná y Yagua. En la margen izquierda: Caunao, Hacha, Taguasco y Palma.

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

2 comentarios

  1. Todas las orillas de los rios deberian ser reforestadas con plantas y arboles nativos de Cuba, si fuera posible un ancho de unos cien metros seria lo ideal a cada lado del rio. Pero , la mayor prioridad deberia tener la zona de donde nacen los rios, alli deberian sembrarse y cuidarse los arboles con mayor celo. Tambien se pudiera sembrar arboles a ambos lados de las cunetas de los caminos y carreteras donde no interfieren con el trafico y pueden brindar sombra a los transeuntes

  2. Yo he estado por el rio y la presa de ZAZA y es espantoso el maltrato mal cuidados y la suciedad del rio ZAZA y mas y que llega a niveles altos donde los i responsables hacen de las suyas los indolente hacen hola y los inspectores burocracia y las autoridades competentes a todos los niveles bien gracias ellos aplican la sordera la ceguera y son mudos o desentendido pues es un secreto a voces muy altas los sobornos o favores pagos que por desgracia se a convertido en una plaga en casi toda la provincias de VILLA CLARA SANCTI SPIRITUS y un poco mas espero que apliquen cordura mano dura hay que aplican las leyes juridicas con severidad para todos los que incumplen las normas leyes de proteger el medio ambiente y mas de lo contrario no abra mas nada que hacer para defender los recursos naturales y economicos de SANCTI SPIRITUS provenientes por intermedio del RIO ZAZA Y LA PRESA. Lazaro

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