Con el agua a la cintura (+fotos)

Luego de que la presa ahogara con su crecida las fábricas Libbys, la Mosa y Nestlé, fue inaugurado el combinado Río Zaza. Junio de 1973, Sancti Spíritus. En el nuevo Combinado Industrial Alimenticio Río Zaza erigido a la vera de la carretera hacia Zaza del Medio, al norte de la

La zona donde se encontraban las industrias quedó totalmente inundada en junio de 1973. Luego de que la presa ahogara con su crecida las fábricas Libbys, la Mosa y Nestlé, fue inaugurado el combinado Río Zaza.

Junio de 1973, Sancti Spíritus. En el nuevo Combinado Industrial Alimenticio Río Zaza erigido a la vera de la carretera hacia Zaza del Medio, al norte de la ciudad, se efectúa el acto oficial de inauguración de las viejas industrias en su nueva ubicación, con la presencia de dirigentes, obreros e invitados. Para los cientos de operarios congregados en la plaza interior, se trataba de un suceso de carácter formal, toda vez que hacía rato la producción de las añejas fábricas ya había sido restablecida totalmente.

Sin embargo, los recuerdos de las peripecias recién vividas estaban a flor de piel. Con ellos, algunos de los especialistas y técnicos constructores que habían hecho el prodigio de edificar en algo más de dos años este complejo industrial de cerca de 20 000 metros cuadrados y, por supuesto, los obreros que realizaron el arduo y complejo montaje de los equipos.

UN POCO DE HISTORIA

Alexis Casas laboró en la construcción de la Libbys y La Mosa. Más del 90 por ciento de los trabajadores del nuevo Combinado venían de las fábricas originales erigidas junto a la carretera de El Jíbaro, a unos 12 kilómetros al sureste de Sancti Spíritus, y que se conocían por los nombres de la Nestlé, la Mosa y la Libbys, pertenecientes en ese orden al grupo suizo Nestlé, a capital alemán y a un consorcio norteamericano.

La Mosa fue administrada por un germano de nombre Harry Kaminski y luego por el italiano Marcelo Gasparini, mientras al frente de la Libbys se encontraba un estadounidense de apellido Johnson, y la Nestlé estaba en manos de un apoderado cubano, representante de la entidad europea.

La Mosa, cuyo apelativo se derivaba de su nombre oficial: Latas Modernas Sociedad Anónima, se erigió entre la Libbys y la Nestlé con toda intención, pues su función era la de suministrar envases de hojalata a las dos industrias ubicadas en sus flancos.

Según el obrero jubilado Alexis Casas, él laboró en la construcción de la Libbys y La Mosa allá por 1957, pues la de leche condensada existía allí desde hacía décadas. La Nestlé era la instalación más próxima al Zaza, río que en el futuro daría nombre al complejo. A inicios de 1959 Casas pasó a trabajar en la conformadora de latas.

Para el colectivo obrero, un momento verdaderamente significativo en la historia de estas industrias fue el de su nacionalización el 20 de agosto de 1960; a dos de sus directivos sindicales: Maximino Gutiérrez y Carlos Clavo, correspondió la función oficial de interventores, según recuerda Armando Enrique Fernández Díaz, veterano empleado de Nestlé.

La Mosa fue rebautizada Bernardo Arias Castillo, aunque entre la gente conservó su nombre, mientras a la Nestlé se le denominaba Río Zaza y a la Libbys, que producía puré de tomate y jugo de frutas, se le llamó Selecta, nombres que sí fueron acogidos por el pueblo.

OPERACIÓN CONTRARRELOJ

Armando Enrique Fernández Díaz: “La intervención la hizo gente nuestra”. Para finales de los años 60 del pasado siglo estaba claro que la disposición y espacio disponible en las tres industrias, cuya producción y número de obreros no habían dejado de crecer, resultaba ya obsoleta, mas, no fue ese el motivo que determinó la necesidad urgente de reubicarlas, ampliarlas y modernizarlas.

La verdadera causa de la mudanza apresurada fue la construcción de la presa Zaza, cuya cortina estaba previsto cerrar a fines de 1971 o inicios de 1972, con la consiguiente elevación del nivel de las aguas, que afectaría a la instalación industrial.

Según Armando Caraballoso Ramírez, jefe de la brigada de electricistas de mantenimiento en la Nestlé, ya en 1970, mientras se trabajaba de manera intensiva con los proyectos y el movimiento de tierra en el lugar de la nueva ubicación, comenzaba el desmontaje de los equipos en las industrias originales, todo asesorado y dirigido por especialistas de la Construcción, del MINAL de La Habana y de técnicos locales.

“Pronto estuvo claro que las labores constructivas marchaban con retraso. Las cosas llegaron al punto que el propio Presidente Fidel Castro vino al lugar del nuevo emplazamiento y allí se decidió acelerar las obras, con una intensidad tal que hubo jornadas en que miles de trabajadores se afanaban al mismo tiempo en distintas funciones.

“Muchos técnicos a cargo de la obra decían que la presa demoraría en llenarse y que nos daría tiempo a sacar todos los equipos, pero no fue así, pues a inicios de junio del año 72 el río empezó a subir rápido por un temporal que hubo, y tuvimos que evacuar lo que quedaba en medio de una tensión tremenda”, refiere Caraballoso.

Mario Marín Mendicoaga, obrero de La Mosa desde el 15 de septiembre de 1958, puntualiza: “A mí me tocó salir de allí con el agua llegándome a las rodillas. Estábamos montando en un camión el carbón activado y otros elementos, y ya terminando, al montacargas no se le veían las ruedas; además, todo lo que estaba suelto nos pasaba flotando por el lado y cruzaba por arriba de la carretera”.

EL NUEVO EMPORIO INDUSTRIAL

Mario Marín Mendicoaga: “Salí con el agua a la rodilla”.“La primera fábrica que arrancó en la nueva ubicación fue La Mosa, para poderles garantizar los envases a las otras”, recuerda Marín Mendicoaga. Por su parte, según Caraballoso, en diciembre de 1972 se iniciaron las pruebas de producción de leche condensada y empezaron las primeras producciones de la Río Zaza. Poco después echaría a andar Selecta.

Se trataba del resurgimiento exitoso de un Complejo Alimentario de importancia capital para la provincia y el país -también se le anexó la extinta fábrica Nela, ubicada en Colón-, responsable actualmente de primordiales producciones como queso, mantequilla, yogur de soya, yogur natural, helados, leche fluida para la población, chocolatín, etc., así como compotas de frutas, mermeladas, potes de ajo y cebolla deshidratados, y pulpas de tomate, mango y guayaba, entre otros.

Hoy los apelativos son distintos, pues varias veces han cambiado los nombres, y tampoco han faltado los tropiezos, pero queda el suceso primigenio de aquel mayúsculo traslado de las tres fábricas originales y la resurrección del Combinado. Y ese, ciertamente, no es un hecho formal.

Nota: Escambray agradece a Wilberto Vázquez por su aporte para la realización de este trabajo.

no se han encontrado imágenes

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *