Tope Cuba-Estados Unidos: trabalenguas desde el norte

A ver si entendemos este trabalenguas. A Estados Unidos no fuimos justamente a ganar, aunque no creo que tampoco debimos ir a perder los cinco desafíos pactados en la lid que, a decir verdad, fue apabullante. En otros tiempos esto hubiese provocado un “duelo nacional beisbolero”. En los que corren,

A ver si entendemos este trabalenguas. A Estados Unidos no fuimos justamente a ganar, aunque no creo que tampoco debimos ir a perder los cinco desafíos pactados en la lid que, a decir verdad, fue apabullante.

En otros tiempos esto hubiese provocado un “duelo nacional beisbolero”. En los que corren, en que la derrota se nos antoja asidua visitante, se asimila en los cánones de lo normal. Y créanme, esto en tan malo como aquello.

Por eso midámoslo como lo que fue, para no sufrir por gusto: un tope. Si fuimos a aprender, vale. Lo logramos. La primera lección apunta a que estamos a una pizca de ponernos pañoleta en el béisbol, después de más de 50 años en los que, mayoritariamente, ya teníamos vencidas todas las enseñanzas.

Sí, porque el cotejo nos demostró que para jugar al nivel que ha logrado subir ese deporte en otras latitudes hay que ajustarse muy bien los cinturones. Si esta fue la primera prueba de lo que dio el “laboratorio 52 del béisbol cubano”, la solución salió “contaminada”. Si, como la Comisión Nacional lo enfocó, este tope debía ser algo así como el inicio de los cimientos desde donde se edifique el Cuarto Clásico Mundial, habrá que echarle más sedimento y aclarar cuáles son los objetivos, qué hacemos y con qué material humano.

Enfrentamos a un equipo de estudiantes adolescentes, aunque muy bien curtidos en el propio fogueo que supone su liga nacional. De hecho, antes de enfrentar a Cuba realizaron una preparación de casi una veintena de juegos, incluidos con peloteros japoneses. Nos aventajaron, por tanto, en concepción de equipo, a pesar de que sus miembros, según reportes, no rebasaban los 21 años. Las filas cubanas, pese a estar conformadas, mayoritariamente, por hombres con horas de vuelo en un terreno, pareció desconcertada por momentos.

Primero, conformamos una nómina extraña, con una mezcla de expertos y más jóvenes y una aparente simbiosis de estímulo-rendimiento con poco tiempo de acoplar como elenco y, claro, sin una concepción interna coherente sobre la formación de talentos a juzgar por la desaparición de la Liga de Desarrollo.

¿Subestimamos al contrario? Quizás. Mas no debimos pecar de ello  luego de haberlo enfrentado hace un año y conocer sus fortalezas, sobre todo en el pitcheo.

¿Por qué perdimos? ¡Santa pregunta! En el Clásico nos falló el pitcheo. Aquí, nos falló casi todo, menos la opción de poder ir probando figuras para que sepan que, extranfronteras, el béisbol hay que jugarlo de otra manera.

O no entendí el trabalenguas de Víctor, o no entiendo por qué si se mira al Clásico desde ahora se apuesta por una receptoría tan endeble, que fue el punto más gris de la selección. No creo que el futuro de los arreos sean ni Lázaro Herrera ni Lorenzo Quintana. Y si lo son ¡a cruzar los dedos! Creerían los norteños que enfrentaban a un equipo de escolares: 14  robos en 15 intentos es una tácita falta de respeto a un equipo, sea cual sea su composición. Pero no deberíamos extrañarnos, pues 19 bases le robaron a Herrera en la pasada campaña y solo capturó a ocho, mientras el promedio de Quintana fue de 26-6.

Pareció humillante el soportar seis robos en cuatro entradas, sin contar los passed ball, wild pitch, los tiros erráticos. Los norteños tal vez no lo sepan, pero nosotros sí. Nuestro béisbol tiene opciones en esa posición llámense Lednier Ricardo, Yulexis La Rosa… u otro cualquiera.

Pero no fueron solo los arreos. Cuba bateó poco; su contrario, también, solo que lo hizo de manera muy eficiente, tanto como en un partido anotar tres carreras con tres hits. Claro, en medio estaban los robos que ya contamos, los errores, las pifias mentales, los “palomones” que picaban a los pies de los jardineros.

Cuba bateó más hits, y también los desechó más en corridos de base arriesgados, señas que no se cogieron, disfrute de un jonrón sin serlo…, en fin, sin contar que nuestros hombres tomaron ponches hasta embriagarse: 55, aunque a fin de cuentas los contrarios también aceptaron sus píldoras y ganaron. No sé quien aspira a ver mucho más bateo cuando la tónica de los marcadores,  al menos de los mejores juegos del Clásico, anduvo por ahí. No más de tres o cuatro carreras.

A ver si entendemos. Como de probar se trata, ¿será por eso que vimos a Edilse Silva improvisando en primera o a Yurisbel Gracial en los jardines? ¿Quién sabe?

Así no se puede, aunque ganar no sea, como en este caso, el principal objetivo. Un elemento decisivo resultó la manera en que los “niños” estadounidenses decidieron en momentos de presión como los tres desafíos que ganaron en extrainning.

Los lanzadores resultaron ¿lo mejor? del encuentro. Pero 26 boletos son demasiados para un equipo que exprimió todas las opciones y se burló de nuestros receptores.

A ver si desciframos el otro trabalenguas: ¿quiénes son nuestros abridores y quiénes nuestros relevistas? ¿Tendrá sentido que regulemos por decreto el uso de los lanzadores para que luego cumplan fuera del país un rol que no habitúan a asumir en uno seis meses de Serie Nacional? Lo mejor, sin dudas, un Norge Luis que superó los nervios y arrancó elogios de los federativos norteños. Tal vez porque se sentía en “ambiente” contra niños como él.

Hay que apurarse y buscar “repasadores”. Habrá que clonar los poco lanzadores veloces que tenemos o descubrir donde estén para que nuestros bateadores se habitúen a esas ráfagas. Habrá que sentarse a definir qué tipo de equipo queremos. Hay que seguir apostando por las nuevas figuras, pero si vamos a copiar, copiemos bien. Mientras en Cuba a un pelotero de 30 años casi lo mandamos al retiro, en las Ligas Mayores un Mariano Rivera, pasado de los 40, es cerrador estrella en los Yankees de Nueva York.

Este fue, en fin, otro diagnóstico de los tantos que hemos tenido. A ver si acaba de aparecer el cómo y el quién busca los remedios. ¡Ah!, si usted entendió el trabalenguas del tope, no olvide avisarme.

 

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

12 comentarios

  1. Interesante lo de la Periodista (Si esta fue la primera prueba de lo que dio el “laboratorio 52 del béisbol cubano”, la solución salió “contaminada”. Pienso lo mismo que ella, solo por poner un ejemplo los refuerzos a mi modo de ver no le exije al territorio de los atletas preocupacion o interes por la superacion de ellos si de todos modos los buenos lo van a pedir y es ahi donde se pierde el relevo de los equipos.
    lo otro no se puede prestender a resolver en un año o meses lo que se adolece desde hace años y es con respecto a la preparacion de desde la Base, para nadie es un secreto la situacion de los entrenadores en la Base, muchos de los que entrenan son activistas padres de niños o de jovenes con buena voluntad, pero no son los mas inidicados, el tema de la EIDE ya no se ingresa desde edades tempranas y las Pre EIDE no existen, con todos estos fenomenos Serbio Borges, Pedro Chavez, Anglada, VM etc no pueden resolver el problema, esta claro que perdemos con cualquiera y si no se trabaja con los jovenes seriamente con entrenadores de verdad, no que la mayoria esta en misiones o colaboraciones y se juega bastante no hacemos nada.

  2. Saludos, creo que el cometario de Elsa es valiente y, aunque no coincido en algunas cosas, no deja de ser una buena opinión. Debemos aprender de las ligas Europeas donde, cuando un equipo no tiene resultados, el director «se va» indepedientemente de quien sea. Considero que Victor es un entrenador que sabe sacarle el extra a los jugadores y tiene resultados a nivel nacional con equipos que no tienen «a nadie», pero al final no gana, no es un director ganador y siempre queda «a un tantico» pero no llega y sino que le pregunten a Anglada y a Moré . coincido con los comentarios de Roger Machado que aboga por el estímulo a los buenos directores de la Serie Nacional y creo además que debe haber estabilidad en la dirección pero debe mantenerse el que tiene resultados. A los receptores no debe criticarsele pues hicieron lo mismo que habían hecho en la serie nacional, Yulieski debería jugar en Matanzas. Nada, que fuimos a aprender beisbol con los universitarios (independientemente de sus topes) ¿Ganar experiencia? ¿Hasta cuando? Recordemos que estamos hablando de lo que mejor sabemos jugar, nuestro deporte nacional.

  3. A mi modesto punto de vista,,el CUBA esta en una crisis que va a demorar algunos an»os en sobrepasar,no hay de donde escoger peloteros Con c…… A la hora cero dar hit, un lanzador que te salve un juego tenso,,si son con esos muchachos y largan la gandinga,,,modestamente yo creo que victor fue la decision mas mal tomada por years en el beisbol cubano,saludo2

  4. Si de aprender se trata l,,les falta bastante horas de estudio ,,,porque ya no son los holandeses,ni los asiaticos ,,ya todos quieren jugar contra cuba para cojer mangos bajitos

  5. cros. fue un desastre, estamos perdiendo el tiempo en opinar, ….. como diría el poeta nacional, …. «en fin … el mar «…. miren el cielo el fin de seman habrá una lluvia de estrellas. La lluvia estelar conocida como Delta Acuáridas que generalmente puede verse desde el 12 de julio hasta el 23 de agosto llegará este año a su máxima expresión entre el 28 y el 30 de julio al amanecer se verá mejor pues al ponerse la luna el brillo del cielo será menor.

  6. y del yuly no vas a decir nada, jajajajaja,
    saludos

  7. Estoy de acuerdo con su comentario, pero no dice nada de yuliesky, que es por el primero que debemos empezar,esta peor que juan carlos pedroso en eventos internacionales y sigue ahi como el mejor e ismel jimenez por lo que se vio puede pitchear en la liga juvenil el año que viene, no son solos los receptores,
    saludos

  8. Bravo, Bravo, al menos en el deporte se esta hablando un poco mas claro…
    Para nada me extraña el resultado del tope y de corazon lo deseaba para callarle la boca a unos cuantos que tienen espinitas con los gringos.

  9. orlando betancourt perez

    MIS SALUDOS
    NO ENTRARE EN CONTROVERSIA CON LA PERIODISTA PUES ESOS SON SUS CRITERIOS Y HAY QUE RESPETARLOS. PERO LOS NORTEAMRICANOS NO SON NINOS, SIMPLEMENTE JUEGAN BEISBOL EN UN PAIS DONDE HAY CALIDAD EN LOS ENTRENAMIENTOS, CALIDAD EN LA COMPETENCIA, CALIDAD EN EL ARBITRAJE Y ESTIMULACION. ESO FALTA EN CUBA. LLAMEMOS LAS COSAS POR SU NOMBRE

    LA SUPERIOR CALIDAD QUE EXIBIA CUBA HACE ANOS CON LOS KINDELAN, PACHECO, LINARES, MUNOZ, ETC ERA CONTRA COLEGIALES QUE NO ERAN PROFESIONALES EN EL DEPORTE. AQUELLOS SI ERAN NINOS. PERO LOS TIEMPOS HAN CAMBIADO PARA ELLOS Y NUESTRO BEISBOL PERMANECE VIVIENDO DE ESOS RECUERDOS Y NO SE HACE NADA O CASI NADA PARA REVERTIR LA SITUACION.

    ESOS PELOTEROS CUBANOS, EN INDEPENDENCIA DE SI ERAN LOS QUE DEBIAN IR O NO, EN INDEPENDENCIA DEL DIRECTOR, ESTAN JUGANDO HACE 11 MESES, PUES EL ENTRENAMIENTO COMIENZA EN AGOSTO PARA LA SERIE NACIONAL. NO SE NADA DE ENTRENEMAIENTO DEPORTIVO, PERO LA LOGICA DE MI RAZONAMIENTO ME DICE QUE NO PUEDE SER IGUAL EL RENDIMIENTO DEPORTIVO. SUMELE A ESO LAS ATENCIONES QUE RECIBEN QUE INFLUYE EN SU MOTIVACION.

    NADA QUE NO FUE UNA PRUEBA DE LABORATORIO, SI NO EL REFLEJO DE LA DECADENCIA DE NUESTRO BEISBOL COMO DEPORTE, A PESAR DE QUE CUANDO SALEN A JUGAR EN OPTRO BEISBOL SON ESTRELLAS COMO LOS QUE JUEGAN ACTUALEMENTE EN GRANDES LIGAS.

    ALGO HABRA QUE HACER SI QUEREMOS SALVAR NUESTRO DEPORTE NACIONAL.

  10. Ramón Miranda

    Ya la derrota se asimila como algo normal, se hacen muchas chapucerias y la información sobre un equipo Cuba es tan pero tan oculta que nadie conoce nada, excepto los que estan con el equipo que al final demuestran que tampoco conocen nada, es necesario, se pide y es una necesidad una transformación en el pensamiento y la acción, ya eso del pensamiento técnico táctico, no dice nada, se ha vulgarizado y los narradores deportivos que decir, como justifican, nada a continuar.

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