Aguijones por la vida (+fotos)

Convivir con más de 15 000 alacranes puede ser pasión para quienes ayudan a aliviar el dolor ajeno. En Tailandia una mujer se encierra con 3 400 escorpiones durante 32 días y rompe un récord Guinness; en Cuba varios técnicos veterinarios conviven a diario con más de 15 000 alacranes

La higiene del local y el cuidado de los alacranes posibilita las buenas condiciones de la toxina recolectada. Convivir con más de 15 000 alacranes puede ser pasión para quienes ayudan a aliviar el dolor ajeno.

En Tailandia una mujer se encierra con 3 400 escorpiones durante 32 días y rompe un récord Guinness; en Cuba varios técnicos veterinarios conviven a diario con más de 15 000 alacranes y mensualmente les extraen su toxina para la fabricación de productos médicos. A la primera le dicen la reina de los escorpiones, ¿cómo podría llamárseles a los segundos?

Hace alrededor de 10 años en Sancti Spíritus los alacranes, específicamente la especie Rhopalurus junceus, conocido comúnmente como alacrán azul o rojo, comenzaron a criarse en cautiverio para la extracción de su toxina, compuesto proteico de bajo peso molecular. El motivo: la producción de Vidatox, un bioterapéutico homeopático utilizado contra el cáncer.

¿HOTEL CINCO ESTRELLAS PARA ALACRANES?

En el salón climatizado los estantes casi no caben. Sobre ellos, cientos y cientos de recipientes de plástico con lo mismo en su interior: zeolita, el mineral que mantiene fresco el medio; la tapa con agua e invariablemente un alacrán. Uno por cada cacharro hasta la suma de miles.

“Primero ellos pasan por un período de cuarentena, allí se clasifican en sexo, talla y lugar de origen. En esos 40 días solo toman agua y comen”, explicó a Escambray Idania Méndez González, directora del Alacranario Cabaiguán, perteneciente a la Sucursal Provincial del Grupo Empresarial Labiofam.

Seis cazadores se encargan de recorrer la provincia en la búsqueda de ejemplares del Rhopalurus junceus. Los municipios de Yaguajay, Trinidad, Jatibonico, Fomento y Sancti Spíritus poseen importantes poblaciones que enriquecen el número de individuos del laboratorio.

“Las perspectivas actuales son de que Sancti Spíritus llegue a 100 000, por ello estamos mejorando hoy nuestras condiciones técnicas”, declaró a este semanario Diego Nieves Hernández, director de la Sucursal Provincial del citado grupo científico.

Dieta reforzada con un alto contenido de proteínas, así como aire acondicionado en los salones hacen pensar en una institución turística para estos animales. La construcción de dos naves, con medios para un adecuado manejo de la especie, proyecta un futuro de cinco estrellas para el alacranario.

Muchos de los trabajadores del criadero han sido picados por un Rhopalurus.  LA PICADA DEL RHOPALURUS

Muchos de los trabajadores del criadero han sido picados por un Rhopalurus. En sus mentes quizás levite, como para martirizarlos perennemente, el triste sabor del aguijonazo; pero nunca piensan rendirse. Alegan que duele más cuando muere una persona enferma de cáncer.

A Edelso Pérez Rodríguez le encanta su trabajo; no obstante, recuerda una de las embestidas. “Las condiciones eran diferentes y teníamos frascos de alacranes hasta en el piso. Uno que se había salido de un pote se me subió por la pata del pantalón —contó a Escambray —. Eso fue un día, pues mientras cumplamos con lo establecido, como por ejemplo el uso de pinzas para manipularlos, no hay posibilidad de que suceda”.

Los procedimientos para el manejo de esta población de alacranes en cautiverio incluyen el cuidado a los trabajadores, como a los animales, donde trascienden además disposiciones suscritas por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

“El técnico tiene que bañarse y luego vestirse como si estuviera en un salón de operaciones, entonces pueden entrar a lo que llamamos el área limpia, donde realizan su trabajo —refirió Idania—. Hemos tenido que correr para el hospital cuando alguno ha sido picado. El problema es que como se alimentan bien, la concentración de la toxina es fuerte”.

Semanalmente los miles de alacranes reciben una gallería como cena, criadas en Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos, de acuerdo con las características dietéticas básicas. Para que los escorpiones coman, el alimento suministrado debe estar vivo.

“A la hora de alimentarlos, tenemos que echar una gallería en cada pomito, también les hemos suministrado zánganos, pero actualmente los proveedores de estos últimos no han sido estables con el abastecimiento. Nosotros atendemos 2 500 alacranes cada uno”, declaró Dayanis Hernández Concepción, otra de las técnicas.

 Los alacranes pasan por un período de cuarentena, allí se clasifican en sexo, talla y lugar de origen.¿ORDEÑAR UN ALACRÁN?

Ellos no lo saben, cómo imaginar que detrás de su veneno pueden esconderse tantas propiedades. Simplemente comen, descansan y, una vez al mes, son llevados hasta el cubículo de extracción para depositar su toxina.

“Nosotros ordeñamos cada 21 días más o menos. El período de reposo es importante para dar tiempo a que la proteína se fortalezca de nuevo —señaló la directora—. El alacrán que calificamos como improductivo lo ponemos en reposo por dos meses y lo ordeñamos pasado ese tiempo. Si es productivo lo sumamos al grupo; si no, lo devolvemos al medio”.

Por supuesto que el ordeño de miles de alacranes no resulta labor de horas. La recolección se extiende por una semana en la que, gota a gota, se llenan los pomos de toxina. Con etiqueta donde informan la fecha de extracción y el técnico que la realizó, el frasco viaja a La Habana para la evaluación.

“La calidad del producto es medida por la concentración de proteínas, además de una prueba organoléptica. En este último lote todos nuestros frascos fueron calificados como buenos”, destacó Idania.

El aguijón permanece al acecho. La minúscula arma, siempre a la defensiva, recuerda minuto a minuto el respeto y cuidado para con ellos. Allá en Tailandia buscan romper los récords, así avivan el show mediático y, por consiguiente, el turismo; aquí el tema es otro: aliviar el dolor ajeno.

Escambray

Texto de Escambray

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