Diálogos confirman escabroso camino para paz en Siria

Los participantes coincidieron en que resulta urgente resolver el conflicto por la vía pacífica, desechando toda opción militar. La jornada inicial de la conferencia internacional sobre Siria evidenció este miércoles las agudas divergencias entre los bandos contendientes y el escabroso camino que deberá recorrerse para devolver la paz a una

Para varios analistas, las negociaciones serán complicadas debido a las posiciones antagónicas de las partes.Los participantes coincidieron en que resulta urgente resolver el conflicto por la vía pacífica, desechando toda opción militar.

La jornada inicial de la conferencia internacional sobre Siria evidenció este miércoles las agudas divergencias entre los bandos contendientes y el escabroso camino que deberá recorrerse para devolver la paz a una nación devastada por una guerra de casi tres años.

Para varios analistas, las negociaciones serán complicadas debido a las posiciones antagónicas de las partes y los intentos de gobiernos de Occidente y Oriente Medio de desvirtuar los acuerdos de la primera reunión de Ginebra, el 30 de junio de 2012.

No obstante, los representantes del Gobierno y la oposición del país mesoriental, junto a otras 39 naciones y cuatro organizaciones internacionales reunidos en esta pequeña ciudad suiza, coincidieron en que resulta urgente resolver el conflicto por la vía pacífica, desechando toda opción militar.

Tempranamente en los debates emergieron las visiones en pugna que durante más de un año y medio mantuvieron como letra muerta a Ginebra I, donde se abogó por poner fin a las operaciones militares y crear un órgano gubernamental con plenos poderes para iniciar un periodo de transición.

En este sentido, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry insistió en que «de ninguna manera» el presidente Bashar al-Assad debe integrar cualquier gobierno de transición.

Las declaraciones del jefe de la diplomacia estadounidense suscitaron una rápida reacción del ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al-Muallem, quien advirtió que sólo al pueblo corresponde elegir las autoridades y demandó respeto para la soberanía nacional.

Señor Kerry, nadie en el mundo tiene derecho a otorgar o retirar la legitimidad de un presidente, una Constitución o una ley, excepto los propios sirios, ripostó Muallem.

En sintonía con las posiciones de gobiernos occidentales, el líder de la Coalición Nacional de las Fuerzas de la Revolución y la Oposición Siria (Cnfros), Ahmad Yarba, también exigió al mandatario sirio abandonar el poder.

No obstante, el canciller ruso Serguei Lavrov criticó los intentos de algunos gobiernos de interpretar los documentos de la primera reunión de Ginebra a su conveniencia, donde no se exige la renuncia de al-Assad o se le inhabilita para seguir gobernando.

Lavrov exhortó a los negociadores a respetar estrictamente los principios básicos del derecho internacional, entre ellos la soberanía y la no injerencia en los asuntos internos.

El diplomático ruso abogó por incorporar a los kurdos al proceso negociador, al igual que a representantes de la oposición interna y a Irán, -país excluido de la cita a última hora tras serle cursada una invitación-, con el objetivo de brindar más seriedad y posibilidades de éxitos a la gestión de paz.

En este sentido, el vicepresidente iraní, Mohammad Alí Najafi, consideró que la posibilidad de llegar a un acuerdo para Siria en la conferencia resulta nula, debido a la propia composición de la mesa de Ginebra II.

Lavrov alertó que las negociaciones «no serán simples ni rápidas», algo en lo cual convino el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien exhortó a facilitar la entrega de ayuda humanitaria a la población civil siria, especialmente en áreas pobladas que padecen el rigor de los combates entre el Ejército Árabe Sirio y grupos opositores.

Este jueves habrá una pausa en las labores de la conferencia y se reanudarán el viernes, en Ginebra.

El gobierno sirio ha advertido que en la cita resulta imprescindible discutir el tema del terrorismo y el mercenarismo, si realmente existe la voluntad política de acabar el conflicto.

Siria padece desde hace 33 meses un agudo conflicto armado entre el gobierno y grupos opositores, integrados en su mayoría por entidades fundamentalistas y radicales islámicos que pretenden derrocar a al-Assad e imponer un califato donde rija la sharia o ley islámica.

Damasco acusa a Catar, Arabia Saudita, Turquía, así como a gobiernos occidentales y de la región de brindar amplio apoyo financiero, logístico y mediático a los denominados rebeldes sirios para impulsar lo que consideran como un cambio de régimen.

Diversos documentos constatan la agudización del mercenarismo en Siria, con la presencia de unos 100 mil combatientes de 83 naciones asociados a grupos ligados a la red terrorista Al Qaeda.

Escambray

Texto de Escambray

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