Hay que trabajar desde la raíces

Tras visitar Trinidad, Laura Peralta, cantante, profesora e investigadora argentina, insiste en que el presente de los pueblos se construye desde la memoria Al principio, la caja Tinya en manos de Laura Peralta parecía algún instrumento para una ceremonia sagrada. El sonar del cuero y el tono de invocación del

Tras visitar Trinidad, Laura Peralta, cantante, profesora e investigadora argentina, insiste en que el presente de los pueblos se construye desde la memoria

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Al principio, la caja Tinya en manos de Laura Peralta parecía algún instrumento para una ceremonia sagrada. El sonar del cuero y el tono de invocación del canto parecían marcar el ritmo de una ofrenda a la Pachamama (Madre Tierra). Sin embargo, los aplausos permitieron identificar que en aquel patio devenido escenario, la artista argentina regalaba a los trinitarios fragmentos de la riqueza del patrimonio musical de su país.

Aunque procede de Buenos Aires, esta folclorista ha dedicado casi una década a compilar el repertorio del norte de Argentina; cantos legados por generaciones, que atraparon a la también profesora e investigadora cuando, con 16 años, conoció a Leda Valladares, intérprete y difusora de melodías tradicionales argentinas.

“Tomé clases con ella y formamos un grupo para indagar sobre las composiciones y ritmos nacidos en las distintas comunidades de la región con motivo de festividades por el ciclo agrario, la fiesta de la Pachamama en agosto, los carnavales”, comenta.

Con el respaldo del Fondo Nacional de las Artes, Peralta inició en 2004 el recorrido por distintas regiones de su tierra para entrevistar a cantores y habitantes de los asentamientos, grabar melodías, recoger testimonio gráfico de las celebraciones populares y hurgar en documentos con el propósito de concebir un cancionero tradicional, documentales y materiales multimedia que hoy son consultados en carreras de Musicología, centros especializados y otros de distintos niveles de enseñanza.

“Fue muy grato devolverles a los intérpretes sus propias vivencias, compartidas voluntariamente, para la historia de sus comunidades —señala—. Y también es reconfortante saber que tu trabajo se utiliza como material didáctico y bibliografía básica en las escuelas”.

Sin embargo, este tipo de música es poco conocida…

No es comercial ni tiene espectacularidad; es más bien funcional dentro de los pueblos porque todos la cantan y participan en las fiestas donde se entona. En los escenarios empieza a verse un poco más, pero todavía no se difunde lo suficiente; incluso, hay lugares en Argentina donde se escucha poco.

Entonces, ¿por qué apostar por ella?

Estos estudios permiten articular un discurso basado en la descolonización del pensamiento, el cambio en la mirada y poder valorar nuestra propia riqueza cultural. Hay que trabajar desde las raíces para perfeccionar una educación que si bien es rigurosa, académica, muchas veces no corresponde a la historicidad nuestra ni de ninguna otra región del continente.

Usted visitó Cuba en 2007, cuando Argentina fue invitado de honor a la Feria del Libro, e impartió conferencias en escuelas primarias de La Habana…

Fue un privilegio porque siempre me ha emocionado hasta las lágrimas todo lo que pasa aquí. En aquel viaje traje fotos e instrumentos para darle clase a los niños porque también soy docente de canto, específicamente de bagualas, vidalas, vidalitas y otros géneros tradicionales, sobre todo en centros donde se forman los futuros maestros. Nunca había dado una clase tan prolongada ni notado tanto interés en conocer acerca de unas raíces que, a fin de cuentas, no son las de ustedes. Ese día también aprendí de la música cubana porque la retroalimentación en el campo investigativo es esencial. Enseñar y aprender son dos aspectos que deben ir de la mano en todas las profesiones.

Ahora llegó a Trinidad…

“Vine con Coki Oritz, otro compañero folclorista, gracias al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. Estuvimos en Santa Clara y luego en Trinidad, en el Lío de Lía, el proyecto auspiciado por el Centro Pablo. Aunque las construcciones son diferentes, las piedras trinitarias me parecen un pedacito de Humahuaca, en la provincia de Jujuy, que tiene la Quebrada de Humahuaca, también declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Me llama la atención que aquí hay música a toda hora, que los niños aprenden en las escuelas de su cultura musical, velando siempre porque lo tradicional no se asocie únicamente con la música que se hace para los extranjeros. Sería un buen lugar para realizar talleres, conferencias…

Inmersa en la realización de nuevos productos audiovisuales, a estas alturas Laura Peralta no se arrepiente de haber abandonado el sueño de convertirse en estrella internacional para desentrañar los misterios de las bagualas y las coplas. “Cada quien debe contribuir a la historia de su pueblo y luchar para que las culturas dominantes no borren el legado tradicional que distingue a cada país.”

Carlos Luis Sotolongo Puig

Texto de Carlos Luis Sotolongo Puig
Autor del blog Isla nuestra de cada día. Especializado en temas de patrimonio cultural.

Comentario

  1. Juan Miguel Pietrafesa

    Una bellísima persona que abrió de par en par la música cubierta y negada durante siglos .
    Con tanto talento como fuerza y capacidad de enseñar aprendiendo .
    Gracias que la reconocen , che .

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