La «descolonización» del Mundial de fútbol

Ni oráculos fabricados, ni pronosticadores con patente. Nadie alcanzó a predecir lo que el terreno ha dicho: el Mundial anda de zurda. Los equipos de ´”abajo”, históricamente “colonizados” cada cuatro años por aquellos con mejor palmarés y aupados por el favoritismo de entendidos y fanáticos, han protagonizado una especie de

Escena del partido entre Ghana y Alemania.Ni oráculos fabricados, ni pronosticadores con patente. Nadie alcanzó a predecir lo que el terreno ha dicho: el Mundial anda de zurda.

Los equipos de ´”abajo”, históricamente “colonizados” cada cuatro años por aquellos con mejor palmarés y aupados por el favoritismo de entendidos y fanáticos, han protagonizado una especie de rebelión

Desde que Chile dejó tendida a España en medio del Maracaná y le obligó a hacer sus maletas apenas al segundo partido, las cosas comenzaron a torcerse en el gigante sudamericano.

La “vedette” de Europa y valga decirlo, del mundo en el último cuatrienio caía a los pies de una “colonia” que de paso, comenzó a marcar la superioridad de Latinoamérica sobre el viejo continente al menos en este inicio.

Ya antes Costa Rica, la noticia de la Copa, había protagonizado la rebelión más connotada con un 3-1 a Uruguay, uno de los talentosos de América. La excomulgación llegó después cuando desbancó a la tetracampeona Italia, que aún no se cree tal humillación con   que le ha puesto a temblar el boleto, mientras el diminuto país centroamericano, hacía historia con su temprana clasificación a octavos y ser la vida en el grupo de la muerte.

El “insulto” fue tal que hasta la FIFA, en una actitud prepotente y discriminatoria, ordenó la prueba de doping para ¡siete” ticos, cuando normalmente no pasan de tres, como si estos no hubiesen ganado en buena lid a unos italianos que creyeron ganar solo  por el peso de la historia.

Pero los uruguayos fueron también a la “conquista” de las “metrópolis”, acaso para lavar la afrenta de sus co-continentales. Así cayeron sobre otro de los crack del viejo continente: Inglaterra y le obligaron a empacar temprano.

En la guerra entre desiguales  no le ha ido muy bien a los más “alcurniosos”  de América. Ni el pentacampeón local  ha podido sacudirse del fantasma de  la “descolonización” o al menos de los intentos de ella. Primero debió sudar para ganarle a Croacia, con cierto “empujón” arbitral y el empate a 0 ante México, vino a confirmar la hidalguía de las minorías y retardó un boleto que a estas alturas se creía seguro.

La agonía de Argentina, el tricampeón del mundo, para ganarle  primero al debutante Bosnia 2-1 y luego al discreto Iran en tiempo de descuento con la genialidad de Lío Messi, vino a agregar  notas sobre la rebelión de los “de abajo” y el temblor de los “de arriba”

En esta propia cuerda se inscribe el sufrimiento holandés para triunfar 3-2 ante Australia , tras aquel 5-1 vs España que los hizo parecer infranqueables.

Otro de los rebelados ha sido Colombia que sin mucho ruido logró su boleto para la siguiente fase con dos claros triunfos, uno de ellos ante el Costa de Marfil, una de las postales de África.

El éxtasis de la “descolonización” llegó, sin embargo, con patente ghanés cuando los del continente negro hicieron hincar de rodillas a los superfavoritos alemanes , que debieron conformarse con un empate a dos ante la mirada incrédula del mundo luego de que la goleada 4-0 a Portugal casi les hace colgar el título sin jugar.

Quienes no se creen lo que está pasando  le achacan los saldos a las altas temperaturas como principales rivales de los europeos.

No alcanzan a comprender que en la era de la globalización la inmensa mayoría de los jugadores que hoy intervienen en el Mundial se desempeñan en clubes europeos, el 75 por ciento de ellos, para ser más exactos.

Dos ejemplos elocuentes: Siete de los jugadores costarricenses juegan en Europa  y Luis Suárez, vino a confirmar que no hay peor cuña que la del mismo palo cuando con sus dos goles dejó fuera al país que lo acoge como delantero del Liverpool .

Y es que los ejes de esa propia globalización que envuelven al futbol contempla  diseños publicitarios armados por los consorcios mediáticos catapultan al estrellato  a los crack europeos, a lo Ronaldo, Casillas, e incluso Messi, mientras otros andan más escurridizos entre titulares y noticias, a la caza del “escampado” que cada cuatro años también pone el cielo a los pies de los grandes.

En la guerra continental Latinoamérica gana la partida pues aún sin terminar la fase de grupos más de un europeo ya tiene su boleto de vuelta,  mientras  Argentina, Costa Rica, Chile  y Colombia aseguraron su presencia en octavos y otros tres : Brasil, Ecuador,  Uruguay y México mantienen opciones reales. Solo Honduras no había alcanzado puntos. Al parecer el jugar en la casa continental les ha trasmitido el influjo de sus hinchas.

Valga decir que los equipos “de abajo” han llegado con el “ego”  exacerbado y han hecho gala de  dignidad para  desdecir la historia, voltear los pronósticos y bajarle los humos a más de un “colonizador” de antaño.

Con un altísimo honor deportivo y amor a su camiseta han defendido su pedazo de patria para darle colorido a uno de los Mundiales más “raros” en los vaticinios, hecho a la moldura del mejor culebrón brasilero donde ya no se sabe quien va a ganar cuando suena el primer silbatazo.

Queda mucho por rodar a la Brazuca en tierras cariocas y aun debe escribirse una que otra historia  de esta “descolonización” futbolística.

Ya algunos ni se lanzan a pronosticar. Quien sabe y tengamos un rey “extraño”. Vivir para ver.

Mientras habrá que alinearse por las “bandas·” de Maradona  para salir ilesos de esta delirante locura: “Cuando el mundo está al revés, mejor pegarle de zurda…

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

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