La locomotora guajira

Sin creerse el ombligo de Sancti Spíritus, los campesinos aportan más que un grano de arena a la mesa espirituana. – La tierra de Lalo Reina Aunque no lleve nombre de campesino, aunque no cargue más de 37 años en sus espaldas, aunque no use machete en la cintura y

La cooperativa Hirán Rojas superó los 200 000 quintales de arroz el año precedente.Sin creerse el ombligo de Sancti Spíritus, los campesinos aportan más que un grano de arena a la mesa espirituana.

La tierra de Lalo Reina

Aunque no lleve nombre de campesino, aunque no cargue más de 37 años en sus espaldas, aunque no use machete en la cintura y a veces ni sombrero en la cabeza, Dixán Bernal es desde hace algunos años lo que en la zona de Mapos se dice un guajiro bien planta’o.

Dixán Bernal, un guajiro bien planta’o.Integrante de la nueva hornada de usufructuarios que de un tiempo a esta parte viene refundando el campo cubano, Dixán aprendió primero a lidiar con el marabú y el sol inclemente de las terrazas y luego, con los mosquitos y las yaguasas de la noche en esa nueva aventura suya de asociarse a la Cooperativa de Créditos y Servicios Hirán Rojas, de La Sierpe, con la que ha llegado a cosechar hasta 6.4 toneladas de arroz por hectárea, toda una quimera para cualquier otra zona del país.

El ejército de los usufructuarios no solo ha significado un aporte tangible para la producción agropecuaria en aquellas tierras ociosas o deficientemente explotadas, sino también una verdadera inyección para las filas de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) —más de 4 500 nuevos miembros por concepto de entrega de tierras en la provincia — y sobre todo un rejuvenecimiento para el sector campesino, peligrosamente marcado por el envejecimiento de su membresía.

Así lo siente Yoel Obregón, presidente de la organización en el municipio de La Sierpe, quien desde su propia juventud advierte el valor de los recién llegados a la asociación y en particular su aporte a la producción arrocera del municipio, donde el año precedente seis cooperativas superaron la cota de los 100 000 quintales del cereal y una de ellas, la Hirán Rojas, los 200 000.

SE NOS ESTÁN ACABANDO LOS ISLEÑOS

Inventariados como guajiros o guajiras, en Sancti Spíritus laboran la tierra 27 852 campesinos, repartidos en 163 CCS y 55 CPA, un potencial que incluye casi 5 700 mujeres y 2 400 jóvenes, cifras estas últimas que vienen preocupando a la dirección de la ANAP en la provincia, que, según reconoce, está necesitada de crecer en ambos frentes.

“Ya los isleños se nos están acabando”, se lamentaba recientemente un directivo de la rama tabacalera, en alusión a la falta de fuerza para asegurar este frente en polos tradicionales como Cabaiguán, Zaza del Medio y Taguasco.

Pero los isleños no son la única carencia del campo espirituano, admite Pedro Andrés Águila Tejera, presidente provincial de la ANAP, quien también reconoce falta de profesionales, sobre todo economistas, a pesar de contar con 260 universitarios y 720 técnicos de nivel medio. “Es que el campo de hoy no es como el de ayer —dice— hay que andar constantemente introduciendo nuevas tecnologías, actualizando los conocimientos para sacarle más provecho a lo que hacemos”.

La necesidad de superación de los nuevos usufructuarios y de lograr un mayor sentido de pertenencia en ellos; de seguir trabajando en la introducción de la ciencia y la técnica y en el ordenamiento de la tierra —entre el 2013 y lo que va de 2014, por diversas razones, han sido rescindidos más de 200 contratos de entrega de áreas—; de resolver de una buena vez las irregularidades con los pagos al sector y de respetar religiosamente el cumplimiento de los planes figuran también en la carpeta de insatisfacciones de la presidencia de la ANAP en la provincia.

Muy lejos de creerse el ombligo de Sancti Spíritus están los guajiros de esta región, quienes, sin embargo, con algo más del 60 por ciento de la tierra cultivable constituyen la verdadera locomotora de la economía local: aportan el ciento por ciento de la producción tabacalera, el 96 por ciento de los granos, el 95 por ciento de la carne de cerdo, el 90 por ciento de las viandas y alrededor de las tres cuartas partes de las hortalizas y la leche.

Según estadísticas de la propia organización campesina, en el arroz, también una producción representativa de Sancti Spíritus, logran el 47 por ciento del total territorial, mientras en el café sus entregas ascienden al 44 y en la caña, al 18.

NI MELESIO NI VALERIA

Un ordenador táctil “parqueado” en una sala de Santa Lucía, un Mitsubishi atravesando los arrozales de Mapos o un guajiro buscando cobertura para su móvil en medio de los cafetales de Topes de Collantes serían razones sobradas para volver loco de remate a Melesio Capote, el singular personaje que hace 40 años encarnó al campesino cubano, obstinado por aquel entonces con el pujante proceso de cooperativización que se gestaba.

Pero ni Melesio ni Valeria habitan ya los campos cubanos, donde casi el ciento por ciento de los hogares se encuentra electrificado, el parasitismo es historia antigua, se discute habitualmente del Barca y del Real Madrid o de Rihanna y Beyonce, y resultan normales términos como paquete tecnológico, energía renovable o abonos orgánicos.

Interpretar las expectativas de los guajiros de hoy, corresponder con inteligencia a sus demandas y trabajar para involucrarlos en el empeño nacional de actualizar el modelo económico cubano e implementar los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución constituyen la principal prioridad para la organización campesina.

En Sancti Spíritus saben que la creatividad y la cohesión son dos de los componentes que no pueden estar ausentes a la hora de fertilizar este proceso, un propósito donde lo mismo cuentan los isleños de Cabaiguán y Zaza del Medio, que todavía hacen las vegas aruñando la tierra con las manos, que el joven Dixán Bernal, un arrocero que puede sacarle 6 toneladas de arroz a una hectárea sin llevar machete en la cintura ni sombrero en la cabeza.

Juan Antonio Borrego

Texto de Juan Antonio Borrego
Director de Escambray desde 1997 hasta su fallecimiento el 4 de octubre de 2021 y corresponsal del diario Granma en Sancti Spíritus por más de dos décadas. Mereció el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Tomás Álvarez de los Ríos (2012) y otros importantes reconocimientos en certámenes provinciales y nacionales de la prensa.

2 comentarios

  1. Enrique Martín prieto

    Jose Luis fue muy mesurado en su valoración yo la comparto y la elevo a la n potencia, hasta cuando vamos a aplaudir a los que dicen que si a todos y no hacen nada. Trabaje en granjas del pueblo y en una sola empresa se producía tabaco, caña, aves, porcino , granos, frutales, café, madera, etc y en la región espirituana había 6 granjas, ahora tenemos una diabólica desorganizacion improductiva donde se vive del cuento, el teque y las consigna, un poco tarde , pero a tiempo, para aprender de los hermanos campesinos

  2. Con esos datos impresionantes del sector privado,no me explico porque no cierran las ineficientes granjas estatales que solo sirven para sostener una burocracia improductiva y drenar las arcas del estado a través del desvío y mal uso de los recursos estatales. Como sentenciaba la primera ley de reforma agraria: La tierra es para en que la trabaja y a juzgar por lo que producen,las granjas estatales la explotan muy poco

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