Los precios también tienen rosca

El gobierno de Cabaiguán decidió poner coto a la espiral de los precios en las ferias de domingo. ¿Imposible clonar ese ejemplo?   Para comer en Cabaiguán, o mejor dicho, para aprovisionarse de las “balas” alimenticias indispensables para “tirar” el resto de la semana hay que salir de compras únicamente

ferias agropecuiarias, precios de alimentos, sancti spiritusEl gobierno de Cabaiguán decidió poner coto a la espiral de los precios en las ferias de domingo. ¿Imposible clonar ese ejemplo?

 

Para comer en Cabaiguán, o mejor dicho, para aprovisionarse de las “balas” alimenticias indispensables para “tirar” el resto de la semana hay que salir de compras únicamente el domingo. Y no porque los lunes o los miércoles, por ejemplo, cierren los mercados y las placitas, ni porque otros días los abundantes carretilleros —poco ambulantes, por cierto— estén en veda; sino porque únicamente el domingo se ha logrado contener un poco la hasta entonces incontrolable espiral de los precios.

Ha sido de cuajo, como dirían quienes se parapetan detrás de las tarimas. Tres domingos atrás, por fin, el gobierno local empezó a intentar ponerle el cascabel a la carestía de los productos que se expenden en las ferias dominicales. Hasta entonces, al parecer, solamente los bolsillos asalariados venían advirtiendo el timo pregonado en plena calle: “Yuca a 2 pesos la libra”; “tomate barato aquí a 15 pesos la librita”; “vamos tu arroz a 5 pesos, ven”; “el buen bistec de puerco a 35…”.

Y tales costos no solo rezaban en las tablillas por cuenta propia; fuentes oficiales han admitido que, aun cuando eran un poco menos caros, los precios de las bases estatales que concurrían a esta especie de mercado al aire libre también se contaminaban de la supuestamente intocable ley de oferta y demanda. Por suerte, al menos por ahora, los precios tienen rosca.

“Como el gobierno organiza la feria, cobra los espacios y convoca las entidades para las ventas —asegura José Martínez Hernández, presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular—; es decir, que tiene responsabilidad en la organización, ejecución y en las decisiones de esa feria, ante las quejas de la población nosotros acordamos regular los precios.

“Convocamos a las 56 bases productivas del municipio y todos los domingos vienen a la feria 16 de esas entidades con su presidente al frente, y en la reunión de feria, que se realiza los miércoles por la tarde se coordinan con todos los factores —Delegación de la Agricultura y ANAP— la propuesta de precios, que han sido lógicos porque los productos estaban en cosecha y había posibilidades de comercialización con la disposición que tenía la base productiva a partir del plan de producción y de siembra que tienen planificado. Además, los trabajadores por cuenta propia que acuden a la feria para poder vender tienen que ajustarse a estos precios: yuca y boniato a 80 centavos la libra; el arroz hasta 3. 50 pesos la libra; el tomate a 10 pesos la libra —debe ir bajando porque están saliendo— y la piña a 5 pesos la unidad”.

Visto así no hay dudas: el intento de equilibrar la balanza resulta la mayor ganancia, sobre todo, para los clientes. Mas, ¿las ofertas baratas de las tablillas verdaderamente llegan a las jabas? ¿Abaratamiento permanente o subida tras el paso de los inspectores? ¿Abundancia para coartar acaparamientos?

Pese a que varias estrategias se agotan para limar divorcios entre las tarimas y las jabas, todavía —según no pocos cabaiguanenses— algunas plagas atentan: que si los camiones de las cooperativas suelen desbordar las carretillas ambulantes al por mayor y, luego, esa misma mercancía amanece el lunes a sobreprecio; que si los perniles de puerco —carne que se expende con regularidad a 16 pesos la libra— se compran, a veces, por los vendedores particulares para engordar la venta de las libras de bistec a 35 pesos; que si no siempre se acata a rajatabla la disminución de los precios; que si los inspectores, de vez en vez, también se hacen los de la vista gorda…

Y aun con tales eslabones sueltos la feria dominical cabaiguanense pudiera clasificar como la mejor de las ferias posibles. Lo sostengo al escuchar los argumentos de la trinitaria Estela Peralta: “En el karaoke, como le dicen a la feria aquí en Trinidad, los precios no bajan. Una pata de cebolla te cuesta hasta 70 pesos y ni hablar de la yuca, que la libra puede costarte hasta 10 pesos”.

Es una plaga. En otros territorios de la provincia se replican timbiriches idénticos e iguales costos. Sucede en Jatibonico, en Yaguajay, en Fomento…; en este último lugar, según trascendía en un reciente Consejo de la Administración Provincial, los precios no bajan de las nubes.

¿Imposible clonar el tope de los precios? Como si cada municipio fuera una isla diferente, como si los gobiernos locales estuvieran maniatados ante precios que suben con o sin demanda, como si fuera permisible admitir que por una libra de yuca —a precios exorbitantes— usted casi tenga que pagar también por la siembra, por el abono, por las energías que puedan necesitarse para desenterrar los cangres de la tierra y hasta por el combustible para transportarla…

Ponerle coto a los precios entonces no es un delito. Se puede, lo que para que dé frutos hay que cosechar antes ofertas abundantes y estables y cuerpos de inspección a cuatro ojos de timbiriche en timbiriche. Irremediablemente ante tales evidencias sigo cuestionándome que la balanza pueda inclinarse nada más un día a la semana a favor de los consumidores y que el Estado solo tenga potestad para romper esa artimaña de oferta y demanda únicamente los domingos, ¿será posible que de lunes a sábado la vida siga igual?

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

4 comentarios

  1. Creo que una de las vías para que el pueblo obtenga los productos del agro a un precio módico es eliminar la cantidad de intermediarios que está, viviendo del pueblo trabajador, he podido comprobar que hay productos que para llegar al consumo de las personas trabajadoras pasan por más de tres manos. Hasta Cuando?

  2. Soluciòn: Vender tierra a particulares. Aumento de la producciòn y al mismo tiempo bajan los precios.
    Regulaciones demuestran solo incompetencia. Que no exista jama o que los precios estèb altos no tienen nada que ver con el bloqueo, sino con otras cosas.

  3. La decisión del gobierno de Cabaiguán para tratar de regular los precios en la Feria de este municipio los domingos es una excelente idea pues ya los criterios del pueblo eran muy fuertes y empezaba a perderse la confianza en este sentido. Si fue un acuerdo del gobierno es necesario que perdure en el tiempo y no solo unas semanas. Considero que se deben de constituir comisiones de trabajo gubernamentales que durnante la Feria supervicen este acuerdo en el terreno y que luego rindan un informe que incluya los criterios del pueblo, solo esto podrá sostener esta decisión en próximos meses y años. Además hay que tener en cuenta que la familia cabaiguanense no tiene una red de mercados donde se pueda adquirir con higiene, calidad y buen precio los alimentos de la semana, por tanta la opción de la Feria, aunque es una opción rustica, no deja de ser una opción para adquirir los alimentos de la familia. Por otra parte se debe monitorear lo que venden o mejor dicho revenden los cuantapropistas, porque en ocasiones acaparan productos de primera necesidad que salen a la venta en las Shoping u otros establecimientos para revenderlos al doble de su precio, por ejemplo los huevos, las máquinas de afeitar, luz frias, bombillos ahorradores, etc, etc. Acaso ¿tienen fábricas particulares de estos productos?¿Tienen licencia para venderlos? Evidentemente que no y por tanto están incurriendo en un hecho delictivo delante de los ojos de las autoridades que afecta sensiblemente al pueblo. Esperamos que poco a poco el gobierno vaya tomando decisiones en esta dirección que ayuden al pueblo trabajador. Felicidades a las autoridades por la decisión tomada respecto a los precios de los alimentos en Cabaiguán.

  4. pero hasta cuando van a dejar a los mismos inspectores hacer y deshacer no ponen orden sino desorden lo de ellos es llevarse la jaba llena al no poner la multa le llenan las jabas lo que hace falta son buenos inspectores con verguenza y del lado del pueblo trabajador de aquel que solo vive de su salario y le es imposible llegar a mitad del mes con dinero con esos precios tan elevados , pienso que el gobierno ya esta actuando como se debe y organizando muy bien la feria , esperamos que se mantega este ritmo y que sea tambien en el resto de la semana pues hay trabajadores que no pueden ir el domingo por estar en su centro de trabajo y al salir los viernes o los lunes es imposible con tales precios

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