Sancti Spíritus gradúa a médicos paquistaníes

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Luego de cinco años de estudio en la Universidad de Ciencias Médicas Faustino Pérez Hernández de la provincia, 263 alumnos procedentes de Paquistán se graduaron como doctores en Medicina

Las imágenes llegaron en torrente, como aluvión de recuerdos: primero, los pedazos de Cachemira tras el terremoto del 2005, las cicatrices de dolor en los rostros de los sobrevivientes, las batas blancas de Cuba que empezaban a minar aquellos sitios en ruinas… Luego, los flashazos trajeron otros días cuando las muchachas cerradas en tela de pies a cabeza comenzaron a desandar las calles de esta isla, cuando esos jóvenes de tez oscura y barba tupida se iniciaban también en el mundo de estetoscopios y tratamientos. Era la primera vez que estudiantes paquistaníes llegaban al archipiélago para aprender a salvar vidas.

Este viernes se agolparon otra vez tantas remembranzas y no fue casual: luego de cinco años de estudio en la Universidad de Ciencias Médicas Faustino Pérez Hernández de la provincia, 263 alumnos procedentes de Paquistán se graduaron como doctores en Medicina.

Y como quien se sabe quizás en deuda llegaron las palabras de Akbar Alí, mejor estudiante graduado con título de oro y coordinador de la Federación Estudiantil Universitaria: “Aquí hemos aprendido que no hay nada más importante que el ser humano. Nos llevamos la alegría y el sentido de humanidad de los cubanos y, en especial, de los espirituanos. Yo quiero trabajar y ayudar al pueblo paquistaní. Aquí la Medicina es preventiva y allá es curativa, por lo que nosotros queremos llevar esos conceptos de prevención a mi país. Me gustaría, incluso, ser un miembro más de la brigada cubana Henry Reeve para dar ayuda a quien lo necesite”.

La primera graduación de doctores paquistaníes en Sancti Spíritus, dedicada al líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz, devino también espacio para reconocer a los 82 egresados con título de oro, a los estudiantes destacados en las diferentes esferas académicas y extracurriculares y a la universidad espirituana por su aporte a la formación de los noveles galenos, distinción esta última entregada a nombre de la embajada de Paquistán en Cuba.

Al referirse a la preparación de estos profesionales Naeem Khan, jefe de la misión de la embajada paquistaní en La Habana, apuntó: “Estos estudiantes que se gradúan son una prueba de que el sistema educacional de la Salud Pública tiene muy buena calidad. Cuba es un modelo de internacionalismo y de ayuda desinteresada, reconocido por muchos países, aquí el paciente es lo primero, por eso no solo Paquistán, el mundo entero debe aprender de Cuba”.

Distinguidos funcionarios paquistaníes entre los que se hallaban el señor Azhar Jadoon, diputado y miembro del Comité de Salud Pública de Paquistán, y Tahir Abbas Zaidi, director de la comisión de altos estudios de ese país, resaltaron, asimismo, la elevada formación profesional adquirida por los recién titulados doctores quienes deberán contribuir a mejorar la calidad de vida de su pueblo y agradecieron, a su vez, al gobierno cubano por esta facilidad de estudio concedida a su nación.

Quienes ayer lucían las batas blancas encima de aquellos trajes de cuello y corbata de rigor o de esos vestidos tan típicos quizás ya no sean los mismos muchachos que hace siete años aprendieron a lidiar con la canícula de esta isla y con la disparidad cultural e idiomática; ahora ya dicen claramente “buenos días” —con ese acento aún tan distinto— o desfilan el Primero de Mayo o andan por las calles sin temor a amenaza alguna, pero se llevan consigo acaso lo más importante: haber descubierto las esencias mismas de sanar.