Nuevos precios para productos agrícolas: No siempre juega la lista con el billete (+ Fotos)

Productores agropecuarios y directivos del sector admiten cierta disminución en las entregas de productos a raíz de la rebaja de precios aprobada en el país Unos lo achacan al período final de las cosechas; otros, al impacto de la sequía, algunos admiten que las producciones y el transporte son insuficientes

Productores agropecuarios y directivos del sector admiten cierta disminución en las entregas de productos a raíz de la rebaja de precios aprobada en el país

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Los que más incumplen los contratos con Acopio son Sancti Spíritus, Trinidad y Cabaiguán. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Unos lo achacan al período final de las cosechas; otros, al impacto de la sequía, algunos admiten que las producciones y el transporte son insuficientes y, muchos coinciden en que la comida está aguantada. Lo cierto es que a partir de la Resolución 157 del 2016 del Ministerio de Finanzas y Precios, que establece precios máximos de compra y venta para productos agrícolas de primera calidad, se ha creado un bache en el abastecimiento de viandas y otros renglones en la provincia que ha obligado, incluso, a realizar envíos desde otros territorios para cubrir encargos estatales.

La regulación de precios ha tenido aceptación en el pueblo y de forma general en las sitierías; sin embargo, en el surco y sus alrededores, no todo ha sido color de rosa; hay incumplimientos en los contratos, criterios que difieren de los márgenes de utilidades plasmados en la Resolución y, en los casos de la cebolla y el ajo, desacuerdo con la forma de venta por libras.

Una cosa ha sido la buena nueva de esta segunda rebaja de precios minoristas en apenas cinco meses y, otra, la inestabilidad de la comida en varias formas de comercialización, la retirada de no pocos carretilleros y el cierre de más de un centenar de puntos de venta. Sancti Spíritus, Trinidad, Cabaiguán, Jatibonico y Zaza del Medio, entre otros lugares, son ejemplos de esas irregularidades.

Las últimas ferias dominicales en la cabecera provincial demuestran la caída de la oferta; en la malanga se concentra el reclamo más acentuado de los consumidores, situación en la que incide la regulación de precio en ese recinto, que obliga al concurrente a venderla por debajo de como se aprobó en la reciente resolución.

Escambray prefirió esta vez acercarse al escenario agrícola y pulsar el comportamiento del contrato y las entregas, sobre todo, en dos emporios productivos: Banao y Cabaiguán.

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No he dejado de entregar, pero hay cultivos como este que el costo es muy alto, explica el campesino David Pérez Luna. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

¿CONTRATOS SOLO EN EL PAPEL?

Vale decir que en lo que va de año los establecimientos de Acopio en la provincia —más de 60— reportan niveles de ventas superiores a igual etapa anterior. A pesar de la amplitud que muestran las estadísticas en los acápites de siembra, producción y comercialización, el número no siempre es el mejor reflejo de la realidad, porque alrededor del contrato existen fisuras e irrespeto y, entre el plan y la oferta, sonados incumplimientos.

Por ejemplo, en Cabaiguán, en abril, varias cooperativas incumplieron en cantidades significativas los planes de viandas, algunas no hicieron envíos a Acopio incluso con contratos firmados y hubo hasta bases que en el mes no suscribieron compromisos productivos para ese destino.

Otras, como la Niceto Pérez y la Julio Hidalgo, que se planificaron aportar 3 y 2 quintales de viandas, respectivamente, lograron una entrega real de 60 y 457. ¿Qué objetividad tuvieron esos planes? ¿Acaso esas cantidades de viandas sorprendieron a los productores? ¿Puede hablarse de que la Empresa Agropecuaria y Acopio tenían un control efectivo de las cosechas y la producción?

Quizás una de las verdades que hay detrás de esas evidentes brechas entre el surco y la tarima la señala Pedro Álvarez, presidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria 13 de Marzo.

“Cada vez que hacemos un análisis de la contratación nos sale a la luz que está mal hecha y la responsabilidad está compartida entre Acopio y la base productiva; vamos acomodando una contratación para que la cooperativa pase el año sin mucho atosigamiento en los controles que se realizan; ese es el mayor problema que nos pasa, lo demás es echarnos las culpas unos a los otros. Hasta que Acopio no vea como suyo un problema de comercialización de la cooperativa y viceversa no vamos a resolver este problema”.

Según cifras oficiales, Cabaiguán computó en abril una producción total de viandas de 266.5 toneladas; Acopio contrató 154 y las 40 bases productivas entregaron 124.6, el 65 por ciento del plan.

O sea, que al principal destino definido para las viandas —Acopio— se aportó el 46 por ciento de lo producido en el mes. ¿A dónde fue a parar el resto de la comida? ¿Las 112 toneladas que quedaron fuera del contrato de Acopio y las 30 del incumplimiento se habrán consumido por los cerdos, vendido en las ferias, carretillas u otros encargos estatales? ¿Falló la producción, bajó el rendimiento, o es que existe una gran puerta de escape?

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Algunos campesinos opinan que hay que bajar los precios, aunque, ir de extremo a extremo tampoco es bueno, porque hay cultivos que cuestan más. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

En el contexto de la nueva Resolución, una cosa ha sido la comida en el papel y otra, en la tarima. El plan de Acopio para mayo asciende a 281 toneladas de viandas y, hasta el día 23, la entidad solo había recibido 63 toneladas, el 22 por ciento del contrato, refiere Yamilé Quintero, al frente de la entidad en Cabaiguán.

“Después que empezó la Resolución —agrega— han disminuido las entregas de las producciones a Acopio; por ejemplo, solo de cebolla hemos comprado 2 quintales, de ajo ninguno, está contratado, pero no ha entrado más; tenemos plan de envíos a Sancti Spíritus y otras provincias, vemos difícil llegarle a las cifras porque se está incumpliendo el contrato y para cubrir el consumo social del municipio estamos trayendo viandas de otros lugares”.

¿Por qué se ha perdido parte de la comida a raíz de empezar la Resolución?, preguntó Escambray a Marcos Bernal, presidente de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Alfredo López Brito.

“La mayoría de los campesinos está esperando a ver qué sucede en los cambios de precios; aunque parezca que no, siempre hay fuga de comida, se ha demostrado que algunas casas son almacenes ocultos y sacan el producto a la tarima con un precio por delante y hay otro por detrás, aquí se han tomado medidas con eso, pero la gente se ha aguantado a ver qué pasa y los jornales están a 150 pesos, no pueden vender tampoco tan barato”.

BANAO POR DENTRO

El abastecimiento de la cabecera provincial tiene gran dependencia de Banao, hasta mediados de mayo las entregas a Acopio distaban de acercarse a lo planificado; según datos del punto de recogida, de las más de 140 toneladas de viandas y otros renglones contratadas para el mes, hasta el día 17 se reportaban 22.

Una inquietud de las cooperativas guarda relación con la negativa aplicada en el punto situado en la localidad de reconocer el margen comercial a la CCS por la mercancía llevada hasta allí. Tal irregularidad se rectificó y fue solucionada.

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Ricardo Obregón: “Lo que más pasa en Banao es que se contrata, después no se ratifica y se incumple la entrega. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Vladimir Mesa, al frente de los cultivos varios en la Empresa Agropecuaria Banao, apunta que la entidad tiene incumplimientos con la entrega de viandas a Acopio, son planes altos y esta zona por tradición no era viandera, eso tiene un proceso y los planes no descargan de momento.

“Con los puntos de venta que tiene la empresa en Sancti Spíritus –seis— confrontamos un desabastecimiento de más de una semana porque tuvimos que destinar nuestro transporte para trasladar el frijol de la canasta básica de Camagüey”, refiere Juan Carlos Sicilia, director general de la entidad.

Hemos querido llevar todo a la libra con una buena intención, pero hay cosas que no funcionan, precisa Vladimir Mesa. “El ajo —añade— no pesa, una ristra promedia sobre las 2 libras, al precio actual son 28 pesos, si se vende por unidades reporta 100 pesos, es una ganancia grande, pero ese cultivo es costoso”.

Freddy Alonso, reconocido productor de la zona, subraya que el respaldo productivo que se esperaba con la aplicación de la oferta y demanda no se comportó así y el país ha tenido que tomar estas medidas. “Creo que un precio de tomate a 25 pesos la libra, o a 18, era exagerado, pero de pronto disminuir a dos, provoca un aguante. La medida está bien tomada, hay que bajar los precios, aunque, ir de extremo a extremo tampoco es bueno, porque hay cultivos que cuestan más. Creo que algunos productos van a estar en los ranchos o debajo de la tierra, sacarlos, daría pérdidas”.

Ricardo Obregón, jefe del punto intermedio —Acopio— manifiesta: “Lo que más pasa aquí es que se contrata, después no se ratifica y se incumple la entrega. Otro problema es que no dispongo de estibadores y tengo que poner en esa función a los dos controladores productivos que ganan por visitar las plantaciones.

“Se está dando una estadía de la producción en la nave y no estamos preparados con el transporte, si llegara esa cantidad de comida que está contratada, hace falta un tren en Banao para llevársela porque no hay carros”, explica Ricardo Obregón.

Héctor Castellano, presidente de la CCS Ramón Pando, suscribe que esa base sí sostiene el ratificado y cumple los contratos, “Posiblemente haya que recontratar un poquito más, no es que dejamos una reserva, sino que ha habido una respuesta de los productores. La oportunidad para que no se nos quede comida es ratificarla semanalmente y que Acopio pueda preparar la recogida”.

“Con los acopios hay precios para los cuales no está preparado el campesino, como es el caso del ajo y la cebolla; no es que sean malos precios sino que el productor incidió en un grupo de gastos pensando que le iba a sacar un poco más de utilidades; es mucha la diferencia entre lo que había y la decisión que se tomó con estos renglones, por eso no se ven ahora en las placitas y mercados, no juega la lista con el billete”, advierte Mario Fiallo, presidente de la CCS Josué País.

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El abastecimiento de la cabecera provincial tiene gran dependencia de Banao. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

“El boniato en Banao no rinde mucho —agrega–, es muy costoso y que el productor le pueda sacar 55 pesos al quintal no da. Era un abuso vender al pueblo una yuca a 2.50 pesos; pero a 60 pesos el quintal, para cobrarlo a 55 el campesino, lleva análisis; si queremos estimular que se siembre, debe pagarse más. Los guajiros tenemos la obligación de defender al pueblo, somos parte de él, lo que considero que en algunos productos deben hacerse estudios justos para motivar la entrega de comida”.

“En abril y lo que va de mayo hemos estado entre el 85 y el 90 por ciento en el cumplimiento del contrato de modo general en la provincia”, refiere Juan José Nazco González, delegado de la Agricultura y precisa: “Tenemos equipos de trabajo monitoreando esto, conocemos que hay muchos puntos que han cerrado, que han hecho rechazo a los nuevos precios, se ha estado discutiendo y aplicando lo establecido. Lo que nos toca es exigir que lo que está contratado se entregue y el precio que decidió el país es por el que tenemos que trabajar”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

11 comentarios

  1. El tema de los precios topados es algo muy dificil de aplicar a plenitud.
    En el mundo desde los primeros tiempos de la comercialización el hombre pensó en producir de acuerdo a la demanda y eso logicamente acarrea la competencia y de alli el comportamineto de los precios. Nosotros carecemos de esa iniciativa de producir para competir y si no hay producción suficiente la competencia no va a existir.. Si las empresas agropecuarias del estado no son capaces de producir para hacerle competencia al resto de los productores la cosa seguirá muy mal al respecto y vamos a seguir en las mismas.

  2. Lo que me preocupa más bien es qué solución se le va dar a los problemas que se están presentando sin que ello implique más malestares para la población ni desentendimiento con los que producen. El texto no lo dice pero claramente ese «aguante» de comida es una forma de huelga. No creo que imponiendo cosas vayamos a a ganar nada. Hay que conversar con el productor.
    Se habla de la venta de ajo y cebollas por lbs y la verdad en la feria yo la sigo viendo por cabeza y bastante pequeña por cierto.
    Saludos

  3. La unica forma para regular los mercados a todos los niveles es la ley de la oferta y la demanda, a mayor producción, menores precios. Toda otra forma es artifical, forzada y no funciona.

  4. Todos sabiamos que esto iba a pasar ¿Porque? Porque todo el mundo arrima la braza a su sarten. El campesino productivo, digamos con tierra y con recursos, que ha hecho cientos de miles de pesos en todos estos años de descontrol e ineficiencia estatal se resiste a trabajar por menos, quiere seguir enriqueciendose y hara maravillas para obstaculizar todo lo reglamentado en la reduccion de los precios. En tanto el Estado y nosotros trabajadores asalariados seguiremos prestandole servicios de primera necesidad, digamos Educacion, Asistencia Medica, y Orden Publico, entre otros, con salarios miserables comparados con sus ganancias historicas. El Estado subsidia la educacion y atencion medica de su familia y no pagan ni un kilo. Es cierto que el trabajo del campo es duro y necesita recursos que son costosos pero formar miles de ingenieros, maestros o medicos es mucho mas costoso, y el cerebro y los conocimientos de los profesionales son impagables. ¿Porque nuestros queridos compatriotas no hacen un sacrificio en el proximo año y ajustan sus sistemas de produccion?. Todos tienen dinero de reserva en el banco, o en una botija. Pero que tenemos los asalariados, nada, solo nuestro trabajo. Cobrenle los servicios bien cobrados, denle valor al trabajo nuestro y entonces nos emparejaremos los trabajadores de la ciudad y los del campo, que al fin de cuentas estudiamos y trabajamos duro, y ellos tampoco pueden vivir sin nuestros servicios. ESE ES EL GRAN DILEMA: LE REGALAMOS NUESTRO TRABAJO Y LUEGO NOS TRAICIONAN ¿Y LA ALIANZA OBRERO CAMPESINA QUE?

    • Estoy en desacuerdo con Jorge, creo que los agricultores privados son los menos culpables, pues son los que mejor producen, los principales culpables son los que poseen la tierra y no la hacen producir, empresas estatales, UBPC y CPA , se que hay excepciones, pero ahí está la base de todo el problema y lamentablemte es de lo que menos se habla en los foros públicos. En la sociedad funcionan leyes objetivas, si usted fuera el campesino también trataría de vender lo más caro posible sus producciones, seguramente
      que no iba a bajar precios por amor al prójimo o porque recibe gratuitamente educación y salud. Los campesinos junto con los intermediarios que siempre han existido estos últimos y hacen falta se aprovechan del desabastecimiento, es decir se aprovechan de una realidad económica y esto es un comportamiento con injusticias pero inevitable, a no ser que existan altos niveles productivos, que no es el caso.
      Por otra parte los bajos salarios también tienen su origen en la improductividad, si nuestros cañaverales fueran prósperos y nuestras industrias funcionaran bien seguramente que nuestros salarios serían mejores. Por lo tanto la mejor solución es ser creativos y buscar fórmulas que permitan hacer producir la tierra.
      La educación y la salud constituyen una conquista de la Revolución y deben seguir siendo gratuitas para todos y para toda la vida.
      Estoy en dasacuerdo también con la opinión de Lazaro.
      Nungún país que se respete permite la ley de la oferta y la demanda con bienes esenciales para la vida, los gobiernos de la región ponen restricciones a la subida de los precios, lo que las regulaciones deben ser realistas, y ajustados a las realidades de la producción y la comercialización, lo cual es muy complejo pues en ello influyen muchas variables. La falta de conocimientos nacidos de la investigación científica de estos procesos sociales, que permitan entender mejor las ineficiencias de la empresa de acopio, de la existencia de producciones en regiones apartadas de las zonas urbanas, o de las fluctuaciones en el proceso productivo por el comportamiento del clima y otros factores, limitan el establecimiento de políticas realistas en relación a los precios, es claro que hay que toparlos, pero esto no debe covertirse en un freno a la producción.

      • Todo el mundo hecha mano a las conquistas de la Revolucion en cuanto a gratuidades porque resulta muy conveniente recibir con las manos abiertas y ojos cerrados los beneficios de los trabajadores asalariados que sin ser propietarios de tierra ni de negocios trabajan para prestar servicios sociales imprescindibles, para todos. Estos trabajadores asalariados, nosotros la mayoria, tampoco tenemos los insumos necesarios y economicos para calzar, vestir, y alimentarnos sin embargo vamos todos los dias a trabajar. El periodista a informar, el educador a enseñar, el obrero fabril a producir y el medico a atender a la familia de todos. Segun usted y las leyes objetivas de la sociedad nosotros deberiamos de buscar nuestra compensacion salarial a toda costa, es decir robando y saqueando, porque no tenemos precios que subir como los propietarios de la tierra que les dio en su momento la Revolucion y ahora hacen quinta columna y escupen la mano de quien le dio su lugar en este pais, o no recuerdan cuando eran los parias de la sociedad. Y mire los bajos salarios para todos en este pais existen no por la falta de productividad solamente, sino porque el Estado tiene que erogar miles de millones de pesos para mantener todas las gratuidades, incluso para los vagos y delincuentes y de sus familiares, incluso para darle el entierro al que tienen derecho de forma gratuita. Por lo tanto la fuente mas grande importante para obtener dinero y financiar todas las gratuidades y subsidios es el obtenido por ofrecernos trabajo con bajos salarios, y asi la diferencia dejada de cobrar se puede destinar para atender la salud, incluso de los nuevos explotadores de la sociedad cubana, que tienen hijos y familia con necesidades de educacion y de atencion medica, entre muchas otras y no son discriminados. Es muy comodo alzar la bandera de las gratuidades como una gran conquista social inamovible porque le conviene a mucha gente, pero no les resulta conveniente bajarnos los precios porque van a ganar menos. Puro egoismo. ¿Y la Alianza obrera campesina que? Aleberto por ultimo te voy a decir una cosa mis abuelos fueron campesinos explotados miserablemente en el capitalismo, lamentablemente no sobrevivieron para ver como cambio la vida del campesino despues de la Revolucion, cosa que todos deberian de agradecer. Pero ya a todos se nos ha olvidado cuales fueron nuestros origenes. Saludos.

        • Si alguien es menos culpable es el campesino privado, aunque algunos y no la mayoría acumule riquezas, son los responsables de más del 70% de lo que produce la agricultura y por lo tanto de lo que comemos de producción nacional, nunca serán culpables del desabastecimiento causante del aumento de los precios. Más si tenemos en cuenta que disponen de menos de la mitad de la tierra cultivable del país. Los culpables son esas empresas agricolas estatales UBPC y CPA que muchas de ellas son verdaderas verguenzas agricolas, con terrenos perdidos en herbáceas leñosas abandonados o semiabandonados, son estas las que poseen la mayor parte de la tierra dedicada a la caña de azucar muchas veces con rendimientos tan bajos que dan verguenza. Esta es la real causa del desabastecimiento, de los precios altos, y de los bajos salarios del sector publico.
          Claro que hay que topar precios, pues no es justo que una libra de malanga tenga el precio de 10 0 15 pesos, pero con mucho cuidado pues pueden afectar lo poco que se produce al desestimular el interés. Nadie produce porque desde el discurso político se llame a la conciencia, ni porque llegue un dirigente y le diga que hay que sembrar más. Lo triste del caso es que ni la prensa, ni la imagen popular, ni muchos funcionarios del estado centran su atención en la causa principal, lo más que uno olle es que hay que aumentar la producción, pero los mecanismos para ello no aparecen.

          • Aleberto estoy de acuerdo contigo en cuanto a la gran cantidad de tierra improductiva que esta en manos de empresas y cooperativas del sector estatal y campesino que no rinden los frutos que espera la poblacion, esto es vergonzoso como tu bien dices. Esta muy claro que esta es una de las causas mas importantes del desabastecimiento que hay y del encarecimiento de la comida. Ahi es donde se aprovecha el que teniendo tierra en produccion, con gran esfuerzo de su parte, y muchos abonos, quimicos y combustible comprado a ladrones estatales, quiere hacerse rico a costa de los trabajadores asalariados del Estado, que ademas le regalamos nuestro trabajo. Lo peor del caso es que ahora estan aguantando sus producciones y almacenandola para incrementar aun mas los precios y no rendirse al control estatal de precios. Eso es tan vergonzoso como acaparar medicinas creando desabastecimiento para luego hacer un dinerito en la bolsa negra. ¿Le gustaria a estas personas, es justo, es moralmente correcto que tengamos que comprar medicamentos vendidos por los especuladores? Estoy de acuerdo en que esto es complejo pero no se puede ser criminal.

      • Estoy de acuerdo con usted la ineficiencia estatal deja mucho que desear en estas cuestiones recuerden que las empresas estatales controlan los productos en el caso de La Sierpe el CAI arrocero siempre le da los productos más malos a los productores de las CCS y al final sus rendimientos son menores, son mono productores con todos los recursos disponibles y no aportan nada más que el arroz el QUE muchas veces por las malas esstrategiaS DE SIEMBRA SE PIERDE EN LOS CAMPOS Y ESTO NO SE MENCIONA.

  5. magnífico artículo, pero coincido con el autor del comentario anterior porque hay que estar bien documentado de como funciona todo este sistema. Lo único que hace bajar los precios es la abundante oferta. La ley de oferta y demanda es reguladora, no es un capricho y el personal que dicta las resoluciones debe pensar en los precios de productos como el petróleo, el abono que al ser altos, el campesino opina que no puede regalar su producto y así pagamos todos los que no tenemos tierra. Todo ese andamiaje conlleva a que haya productos que desaparezcan. Ejemplo el arroz por citar uno y eso lleva a que las ferias se muesten muy decaídas los fines de semana porque el productor prefiere no vender al precio topado y emerge nuevamente el mercado negro que hasta ahora es incontrolable. Ojalá haya sabiduría en estos temas y todos se pongan de acuerdo.

  6. Sabia que eso vendría, es claro que hay que topar los precios, pero hay que hacerlo con conocimientos de cómo funciona el proceso productivo. Este panorama descrito puede interpretarse como el comienzo del impacto, en un futoro cercano tendremos que los agricultores se adaptaron a la nueva realidad y se dedican a las producciones que les permita tener mejores dividendos, como pueden ser el tabaco, el ganado o el maíz , esto puede llevar a que desaparezcan las viandas de los mercados y claro quien no se adapta es el consumidor que será el afectado. El agricultor busca alternativas de subsistencia, pero el citadino tiene que comer obligado y si no encuentra el producto en el mercado legal entonces con la complicidad de todos lo compra en el mercado ilegal, es por eso que los carretilleros no desaparecen se multiplican, lo que cambian de lugar físico y de estatus jurídico y esto no hay quien lo controle con efectividaden, por lo menos esta ha sido la historia hasta el momento. Por otra parte mucha de la producción agrícola cubana se crea a partir de la compra de insumos en el mercado informal a precios exagerados, desde zapatos y ropas hasta químicos y abono o petroleo,y el aumento del precio del jornal día se ha disparado, no hay jornaleros y esos campos de cebolla o de malanga necesitan brazos. Esta realidad entra en el costo y en las decisiones de los agricultores. Espero que reanalicen estas medidas y que los que planifican los precios abandonen sus oficinas y caminen los campos y pregunten un poco antes de fijar precios

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