Oposición da la espalda a Venezuela con negativa al diálogo

Las facciones opositoras volvieron a ceder ante presiones externas y sencillamente patearon la mesa de conversaciones Con la negativa a suscribir el acuerdo de convivencia democrática emanado del diálogo con el gobierno de Venezuela desarrollado en República Dominicana, la oposición dio la espalda al país y quedó más desacreditada rumbo

Las facciones opositoras volvieron a ceder ante presiones externas y sencillamente patearon la mesa de conversaciones
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El gobierno de Venezuela y su presidente Nicolás Maduro sí refrendaron el 7 de febrero el pacto.

Con la negativa a suscribir el acuerdo de convivencia democrática emanado del diálogo con el gobierno de Venezuela desarrollado en República Dominicana, la oposición dio la espalda al país y quedó más desacreditada rumbo a las elecciones presidenciales del 22 de abril.
 
Luego de varios meses de debatir varios puntos de vital importancia en el actual contexto político-económico venezolano, y cuando parecía que se llegaba a un consenso, las facciones opositoras volvieron a ceder ante presiones externas y sencillamente patearon la mesa de conversaciones.

El gobierno de Venezuela y su presidente Nicolás Maduro sí refrendaron el 7 de febrero el pacto, el cual precisaba en su primer punto el compromiso de las partes de trabajar conjuntamente para que fueran revisadas y suprimidas las sanciones unilaterales contra el país de carácter económico y financiero.

A continuación, el acuerdo pactaba la celebración de comicios presidenciales para el 22 de abril, con las debidas garantías constitucionales para un proceso transparente, junto con la propuesta al secretario general de las Naciones Unidas de conformar una misión de acompañamiento.

Asimismo, lo acordado en Santo Domingo llamaba a fortalecer el Estado de Derecho Constitucional a través de la creación de una comisión política entre la Asamblea Nacional de mayoría opositora (en desacato) y la Asamblea Nacional Constituyente para la coexistencia institucional.

La formulación de propuestas constructivas para abordar la situación económica de Venezuela, una comisión de la Verdad dirigida a fomentar la reconciliación nacional y la convivencia democrática en Venezuela, y las garantías para el cumplimiento de lo pactado, completa el documento.

Entonces, la negativa de la parte opositora a firmar un acuerdo de tal magnitud que estaba llamado a dar el golpe de gracia a la crisis política y sus graves repercusiones económicas y sociales, lleva el nombre de sabotaje a la democracia en Venezuela, al decir del politólogo y sociólogo argentino Atilio Borón.

En un artículo publicado en el portal www.aporrea.org, el catedrático sudamericano resultó enfático al señalar al gobierno de Estados Unidos como principal responsable en el fracaso de las conversaciones, debido a las continuas presiones ejercidas sobre los representantes de la oposición.

Sostuvo Borón que el pretexto utilizado por la oposición radicó en la renovada exigencia de que las elecciones presidenciales fuesen monitoreadas por el denominado Grupo de Lima, colección de países cuyos gobiernos siguen ciegamente las órdenes emitidas por Washington para atacar a Venezuela.

Algunas de esas naciones latinoamericanas, dígase México, Argentina, Perú y Colombia, sirvieron de escala a la reciente gira del secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson, con el objetivo de promover más sanciones y estrechar el cerco contra el gobierno de Nicolás Maduro, y por extensión, el pueblo venezolano.

En ese contexto, las administraciones de corte neoliberal imperantes en los estados mencionados expresaron ya sus intenciones de desconocer los resultados de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela.

Borón enfatizó que para la Casa Blanca la única solución aceptable pasa por la destitución de Maduro y un ‘cambio de régimen’, aún si esta opción entraña el peligro de una guerra civil e ingentes costos humanos y económicos.

‘En otras palabras, el modelo es Libia, o Iraq, y de ninguna manera una transición pactada entre el gobierno y la oposición, o menos todavía, aceptar la supervivencia del gobierno bolivariano a cambio de algunos gestos de moderación por parte de Caracas’, sostuvo el catedrático argentino.

Aseguró Borón que la gira de Tillerson por los citados países latinoamericanos constituyó un ‘esfuerzo para coordinar a nivel continental las acciones de lo que bien podría ser el comienzo de un asalto final contra la patria del (Simón) Bolívar y (Hugo) Chávez’.

Ante el inminente incremento de las acciones contra Venezuela, coordinadas desde Washington, el gobierno bolivariano de Nicolás Maduro abogó nuevamente por la vía democrática para avanzar hacia la solución pacífica de los conflictos.

Tras la convocatoria del Consejo Nacional Electoral para efectuar las elecciones presidenciales el 22 de abril venidero, Maduro convocó al pueblo de Venezuela a participar entre el 17 y 18 de febrero en una masiva jornada de firma del acuerdo de convivencia democrática emanado del diálogo en República Dominicana.

Al exhortar a la población a refrendar el documento suscrito por el gobierno bolivariano, el mandatario reiteró su llamado a la derecha a firmar lo acordado en Santo Domingo, y recordó que las puertas del diálogo siempre estarán abiertas para los partidos opositores con el objetivo de consolidar la paz en la nación.

Por su parte, la oposición -fracturada y acéfala- se debate ahora entre la opción de acudir a las elecciones presidenciales, o ausentarse para sumar otro punto a su descrédito, luego de promover la violencia insurreccional en 2017 y patear ahora la mesa de conversaciones, en franco desconocimiento de las vías democráticas.

Agencia Prensa Latina

Texto de Agencia Prensa Latina

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