Noveno Congreso: Escudo y espada para la Uneac

Gran impacto tuvieron las palabras de clausura del IX Congreso de esa organización en la voz del Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, al delinear los pasos a seguir para sostener la Cultura como sustancia esencial de nuestra nación

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El congreso eligió a Luis Morlote como nuevo presidente de la organización. (Foto: Marcelino Vázquez)
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El congreso eligió a Luis Morlote como nuevo presidente de la organización. (Foto: Marcelino Vázquez)

Aseguran los colegas acostumbrados a laborar en sucesos de trascendencia que desde hacía muchos años el Palacio de Convenciones, en La Habana, no se estremecía como sucedió el pasado domingo al clausurar el Presidente de los Consejos de Estados y de Ministros, Miguel Díaz-Canel, el IX Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).

Actrices de la talla de Corina Mestre Vilaboy y Fátima Patterson Patterson perdieron el habla entre los sollozos; Guido López Gavilán impuso con sus aplausos un ritmo nunca antes compuesto, Alex Pausides encontró el verso exacto para resumir segundos de compromiso, realidades y guía…

“Fue un momento de mucha sinceridad, valentía, euforia, emotividad y compenetración de quienes estábamos allí con el pensamiento expuesto. Ello se sintió, sobre todo, entre los de más experiencia porque dijeron que sus reclamos de tantos años ahora estaban siendo reivindicados, situados en un contexto actual y hacia el futuro”, describe Jairo Alberto Pacheco, delegado espirituano.  

Resultaron, sin dudas, palabras de actualización de la política cultural de la nación, expuesta por el Comandante en Jefe Fidel Castro en 1961 y dictamen de los nuevos caminos para el trabajo de toda una sociedad que sintió de cerca con cada oración el alma vigorosa de la isla.

“Su discurso es escudo y espada para la organización en cada uno de los territorios porque nos permite defendernos de esas erradas interpretaciones de la política cultural, los burócratas, parásitos culturales e institucionales, así como nos lanza a trabajar de forma más activa a cada uno de los miembros de la Uneac”, añadió Jairo, uno de los delegados más jóvenes de la magna cita.

Pero la lúcida intervención de Díaz-Canel, capaz de trascender los perímetros del sistema institucional y las creaciones artísticas, tuvo como cimientos los debates a chaquetón quita’o realizados en las comisiones de trabajo que precedieron la sesión plenaria. Tanto así que el discurso abordó temas medulares que laceran las producciones de los creadores, el funcionamiento de la Uneac y la formación de seres sociales con los pies sobre la tierra de la Cuba del siglo XXI.

REPUDIO A LA DISCRIMINACIÓN

El reconocido escritor espirituano Ramón Luis Herrera fue testigo de los intercambios donde se analizó cuánto le queda por hacer a la Comisión Aponte de la Uneac para combatir los prejuicios raciales que aún imperan en nuestra sociedad, no a nivel institucional, sino en las subjetividades.

“También se puso sobre la mesa de análisis la pérdida del pensamiento crítico, capaz de cuestionar y rechazar expresiones de un consumo cultural ajeno a nuestras raíces. Se insistió en el acompañamiento necesario de la Uneac en todos los niveles de enseñanza, tanto en la preparación de textos especializados como el trabajo en valores, educación estética y extensión universitaria, así como en comprender finalmente que las líneas de la política cultural tienen que trascender el sistema institucional del sector”, añadió.

POR UNA SÓLIDA IDENTIDAD CULTURAL

Marco Antonio Calderón, presidente del Comité Provincial de la organización, asistió a la denuncia de no pocos creadores por no contar con trabajo en los espacios pertenecientes al Ministerio del Turismo.

“Hoy es una entidad incapaz de comprender el contexto actual. Es como una isla independiente con una práctica alejada del discurso oficial de nuestro país ya que potencia, por lo general, propuestas que no son lo mejor del arte cubano”, expresó.

Por ello ejemplificó en su comisión el lamentable suceso que tuvo lugar esta semana en Sancti Spíritus por Islazul al promocionar y expender entradas con un precio de 15 CUC por la presentación en Los Laureles del Chacal.

“Sigue predominando el criterio de la comercialización y continuamos dándoles a los turistas una imagen totalmente ajena de quienes somos”, acotó.

Por su parte, Jairo Alberto conoció de primera mano las proyecciones de trabajo de forma conjunta del Instituto Cubano de Radio y Televisión, el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Cultura.

“Se habló, entre otros tópicos, de impulsar el trabajo de los productos comunicativos en la plataforma multimedial, así como la necesidad de validar el trabajo a través de las investigaciones científicas y establecer jerarquías culturales. En todo ello la Uneac tiene que asumir un rol más proactivo como contrapartida vital”, concluyó.

DERECHOS, DEBERES Y FUNCIONES

Un secreto a voces quedó al desnudo en los análisis del cónclave y en el discurso de clausura: las instituciones culturales son para y por los creadores.

“Esos espacios solo existen porque estamos nosotros y no a la inversa. Precisan asumir en sus programaciones a la vanguardia legítima porque urge reconocer a la cultura más allá de los desafueros del mercantilismo. Esas ideas también estuvieron en la lectura profunda y prospectiva, con el dedo en la llaga, de nuestro Presidente”, opinó Rigoberto Rodríguez Entenza, Coco.

El futuro del arte cubano también estuvo en el punto de mira de quienes asistieron a los dos días de intercambio. Precisamente, a Liudmila Quincoses Clavelo le correspondió participar en los criterios sobre la Enseñanza Artística y la atención a los jóvenes creadores.

“Hay que apostar por centros con mejores condiciones constructivas, cómo sortear la ausencia de instrumentos con calidad como consecuencia del bloqueo y potenciar claustros de profesores comprometidos que formen con sensibilidad y entrega al estudiantado”, insistió.

Pasados los días, aún la euforia y el estremecimiento por lo vivido en La Habana se siente cerca cuando se escucha a quienes fueron testigos presenciales del IX Congreso de la Uneac y de muchas personas que lo siguieron por las diferentes plataformas de comunicación. Y es que, sin dudas, el evento se erigió desde su génesis a apostar por el debate sobre cada una de las realidades que identifican a Cuba, y marcó en las propias palabras del Presidente un trazo firme a seguir y las verdaderas esencias de un contexto complejo que solo encuentra asidero en la auténtica cultura cubana.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

Comentario

  1. Alejandro garcia

    El compañero de la uniac de ssp, está totalmente equibocado, el país necesita ingresos y no creo que los tendrá con la música que propone, si no le gusta el regueton sencillamente no lo escuché, no saque la cuenta por sus gustos personales, si tanta personas fueron al concierto del chacal y pagaron ese precio es porque les gusta, nadie los obligó, entiendan de una vez y por toda que es un país libre, jóvenes, adolecentes, estudiantes consumen ese género porque les gusta y pagan porque les gusta, no me gusta el regueton para nada solo defiendo la libertad de cada persona a elegir no que les gusta no a obligarlos a que consuman lo que personas de la tercera edad no les gusta y los obliga

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