San Isidro: ¿un Maidán habanero?

Lo del llamado Movimiento San Isidro no difiere de otros espectáculos protagonizados por grupos mercenarios o títeres sin escrúpulos al servicio del gobierno de Estados Unidos, que pretende promover en Cuba el clima de desobediencia civil consignado en sus manuales

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Denis Solís González, presentado como un joven artista censurado. (Foto: Tomada de Facebook)

Cuentan sus vecinos que en San Isidro, barrio de gente humilde en la Habana Vieja, las rutinas del día a día han venido cambiando de color y de temperatura desde que hace unas semanas un grupo de personas —se habla de 14, cuatro de ellas pertenecientes al movimiento que le ha robado el nombre a la comunidad— con las juergas, el bullicio y los “performances” intentan atraer la atención y, sobre todo, dejar constancia audiovisual de un trabajo pagado desde el extranjero.

Quienes hemos estado al tanto de los sucesos, narrados casi minuto a minuto por las redes sociales y divulgados en los últimos días por varios medios de prensa nacionales, hemos visto una y otra vez las pruebas del delito, como suele decirse en el argot popular. Y delito es. Lo muestran las propias evidencias que los “protestantes” presentan en sus redes, a fin de ganar adeptos y conseguir, sobre todo, que sus pagadores vean cómo acá ellos hacen lo que desde allá les indican. 

No hay que andar investigando mucho. Denis Solís, el presunto artista censurado cuya liberación se exige, y a quien incluso en algún programa dieron por desaparecido tras su arresto en Cuba, no ha podido ser más explícito al decir que lo único que le interesaba de cuanto hacía para denigrar la imagen del gobierno cubano era el dinero. Lo dejó claro: recibía instrucciones de Jorge Luis Fernández Figuera, miembro de la organización terrorista Lobos Solitarios, radicada en Miami, que financian los círculos de poder de aquel país.

De si se justifica o no su sanción a ocho meses de privación de libertad por el delito de desacato a las autoridades habla el propio video que él y sus defensores hicieron viral en las redes sociales de internet. Allí puede escuchársele atacando verbalmente, y con saña, al agente policial que lo visitó ante otro desacato anterior: no presentarse cuando fue citado, justamente para ventilar su vínculo con terroristas de Miami. Se le escucha también gritar que su presidente es Donald Trump y que aquí en Cuba él no tiene presidente. Huelgan los comentarios.

Aunque para valorar la magnitud de su desobediencia están los tribunales cubanos, no se precisa ser un erudito para comprender que sus actos en los propios Estados Unidos también serían sancionados, caso de tener la suerte de llegar a un tribunal.

George Floyd, por ejemplo, quien ya se ha convertido en bandera de la población negra, la más desfavorecida allá, murió asfixiado bajo la rodilla de un uniformado que le escuchó suplicar muchas veces, jadeante, que lo dejara respirar.

Denis, dicho sea de paso, ¡oh, sorpresa!, no presentó recurso de apelación contra la pena. Ahora, desde el exterior, se exige su excarcelación. ¿Eso no huele a show meticulosamente tramado? No solo huele, sino que lo es. Y lo confirman otras aristas del montaje mediático donde una presunta huelga de hambre y de sed no ha provocado mayores consecuencias, pese a haber transcurrido cerca de diez días, dicen ellos, sin comida ni agua.

Pero una cosa dicen y otra hacen: sus propias transmisiones en directo e imágenes captadas por diferentes vías los muestran con cantidades importantes de pomos de agua y multiplicidad de alimentos en los refrigeradores, que les compran “desde afuera” en las mismas tiendas recaudadoras de MLC que ahora, en un segundo antojo, exigen cerrar.

La Agencia Cubana de Rap, institución cultural de reconocimiento internacional, ha cuestionado el calificativo de artista que se le endilga a Denis Solís: “La voz de un principiante sin obra consolidada no puede invocarse como representativa de nuestro hip hop, mucho menos cuando se conoce que los intereses que defiende hacen parte del plan subversivo orquestado contra la Revolución Cubana”, ha declarado.

Pero hay otra pieza en este juego que viene moviéndose desde hace mucho más tiempo. Se trata de Luis Manuel Otero Alcántara, a quien identifican como cabecilla del grupúsculo que han dado en llamar Movimiento San Isidro. Como carta de presentación para quien no lo recuerda o conoce, baste decir que se trata del “artista” cuyos performances consisten, básicamente, en ultrajar la bandera cubana, presentarse medio desnudo y denigrar públicamente la Ley de Símbolos Nacionales.

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Luis Manuel Otero Alcántara, el clasico provocador con fachada artística. (Foto: Tomada de Internet)

Otero Alcántara y otros de su misma catadura han involucrado a menores en actos deleznables, a cambio de dinero. Unos allá —culpables de financiar acciones contra instalaciones y establecimientos en Cuba— y otros acá hablan, en sus publicaciones delirantes que han devenido reality shows, de agresión armada, de cocteles Molotov y de crear un caos total que termine con el derrocamiento del gobierno de la mayor de las Antillas.

No ha faltado, por supuesto, el apoyo “desinteresado” de los representantes del gobierno del vecino del Norte. Mara Tekach, por ejemplo, cuando fungía como encargada de negocios de la embajada estadounidense en La Habana, era asidua visitante y protectora del ultrajador de nuestra enseña nacional, quien profesa admiración por congresistas estadounidenses que han impulsado el incremento del bloqueo comercial y financiero contra su país.

Más allá de los tecnicismos de si son o no artistas, cosa que los más duchos en la materia dudan, ¿quién va a creer en gente (literalmente, como decimos, cuatro gatos) que se muestra en las calles sin el menor asomo de pudor, en espectáculos que solo transpiran denigración e incultura? ¿Quién va a abogar en nombre de un supuesto martirologio cuando los que lo sufren bailan, cantan, riñen y ríen, repletos de energía?

Y como corresponde a todo guion bien concebido, no falta el ingrediente principal: el pronunciamiento desde la alta cúpula de gobierno de los Estados Unidos para que acá, en Cuba, se deje de oprimir a esos pobrecillos que están voluntariamente enclaustrados en una calle de la barriada habanera, se libere a violadores de la Ley, y se respeten los derechos humanos presumiblemente violados. Ya sabemos, más fuego para la hoguera que quieren encender.

No ha faltado tampoco otro elemento pintoresco: un reportero, ciudadano cubano con residencia mexicana, en flagrante violación  del protocolo de salud para los viajeros internacionales — que forma parte de la estrategia para la contención de la COVID-19—, recién llegado desde el extranjero fue directamente a brindar solidaridad a quienes se encontraban en la calle Damas No.955, en el municipio de La Habana Vieja, lo cual conllevó a que se radicara una denuncia en la Estación de la PNR de la localidad, por el delito de Propagación de Epidemias, y obligó, en consecuencia, a una actuación inmediata para la extracción de las personas que se encontraban en el lugar, en aras de protegerlas.

Lo del llamado Movimiento San Isidro no difiere de otros espectáculos protagonizados por grupos mercenarios o títeres al servicio del gobierno de Estados Unidos, en Cuba o en otras partes del mundo. Para vergüenza de la gente buena que habita el barrio humilde, laborioso y revolucionario del que han tomado el nombre, sus actores no hacen más que reproducir otras experiencias ya probadas, con mayor o menor éxito, en el Maidán ucraniano, las guarimbas venezolanas y algunos lugares de Bolivia durante el golpe de estado contra Evo Morales.

Las regularidades comunes a estas situaciones forman, curiosamente, parte de la estrategia de Golpe Suave, contenida en el manual del politólogo norteamericano Gene Sharp, quien en lo último que debió pensar mientras lo redactaba fue en la autodeterminación de los pueblos y en el respeto a sus legítimos derechos.  

No solo lo dice la experiencia descrita en disertaciones de académicos progresistas. Me lo ha dicho también, más de una vez, mi amiga residente en Crimea, actualmente parte de Rusia y antes perteneciente a Ucrania: recurren, para tener éxito, a bandidos y a personas de baja catadura moral, como regla, jóvenes desvinculados del estudio y el trabajo que se prestan para servir a un gobierno extranjero a cambio de unos billetes. En Ucrania se instauró un poder neofascista que tiene dividido y subyugado desde entonces al pueblo de aquella nación.

Pero en Cuba será diferente. Lo será, a pesar de la ayuda del Encargado de Negocios de E.U en nuestro país, Timothy Zúñiga-Brown, quien acudió en varias oportunidades al lugar de la “huelga” y se prestó para transportar personalmente y apoyar a quienes estaban violando las normas sanitarias de protección contra la pandemia de COVID-19. A pesar de los intentos por poner a verdaderos artistas cubanos en contra de la Revolución. A pesar de tanta difamación y tanta campaña sucia para enlodar la imagen del gobierno y ofender al pueblo de esta nación.

El Ministerio de Cultura de Cuba (Mincult), en la persona de su viceministro Fernando Rojas, formuló este sábado, en un programa especial televisivo sobre el tema, declaraciones acerca de la reunión sostenida la noche anterior con jóvenes intelectuales y artistas de la isla que se habían concentrado en las afueras del organismo, en un clima de respeto y diálogo. “Escuchamos con atención sus planteamientos, arribamos a un ambiente constructivo; fue una discusión entre compañeros de la que partió el interés de seguir dialogando y creo que ese es el resultado principal”, enfatizó.

Según comentó, allí se formularon interrogantes acerca de lo sucedido con los protagonistas de la huelga después de que el país aplicara los protocolos sanitarios en la barriada donde se concentraban, y otras preocupaciones giraron en torno al diálogo que debe existir entre las instituciones de la cultura y los jóvenes del sector. “Tuvimos la voluntad de no dejarnos provocar por falacias de medios que quisieron distorsionar la verdad sobre lo que pasaba en las afueras de la institución, y aclaramos que todo lo que haríamos sería con estricto apego a nuestra Constitución”, agregó Rojas.

Aunque podría parecer una deferencia que no merecen, el Mincult se comprometió a interesarse por la situación de Denis Solís y por la salud de Luis Manuel Otero Alcántara, como una expresión de buena voluntad. Pero ello no significa en modo alguno que Cuba vaya a deponer sus mejores armas, que son sus principios, como ya lo ha expuesto en la red social Twitter el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y lo ha declarado el ministro del Exterior de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla.

No va a ser con presiones venidas desde afuera, a través de elementos lo suficientemente descalificados por su propia conducta como para no creer en ellos, que nuestro país cambie su rumbo de humanismo para instaurar aquí los métodos dictados por un gobierno agonizante en el norte del hemisferio. Es sabido que la inteligencia que asesora a Donald Trump —por no hablar de todos o casi todos los presidentes anteriores— en relación con Cuba ha financiado durante años cada campaña dirigida a desestabilizarnos y rendirnos por hambre y desesperación.

El Che y Fidel muchas veces lo advirtieron: los pueblos que han escrito su historia con tanto sacrificio no se rinden; al imperialismo, pero ni tantito así. Y de esa forma será por los siglos de los siglos, porque esa es la determinación de los millones de cubanos que seguimos sus pasos.

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

7 comentarios

  1. Que se vayan con el presidente que les sirve, si aquí no se sienten representados. Es un verdadero descaro decir que su presidente es Trump y luego declarar que solo le interesaba el dinero.
    Y a ese que dice que se pasa la Ley de Simbolos Patrios por donde dice, lo meto preso igual, por violar lo que establece la Constitución, sea o no sea artista. Con esas escenas grotescas que divulgan eso es lo que menos parecen.

  2. BUEN COMENTARIO FELICIDADES DELIA, LOS PRINCIPIOS NO SE NEGOSIAN, NO NOS RENDIREMOS A DEMANDA ALGUNA, VIVA CUBA LIBRE, VIVA LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA.

  3. Si deshecha en menudos pedazos
    llegar a ser mi bandera algun dia…
    Nuestros muertos alzando Los brazos
    La sabran defender todavia .

  4. Si desecha en menudos pedazos
    llega a Ser mi Bandera algun dia
    Nuestros muertos alzando Los brazos
    La sabran defender todavia .

  5. Los jóvenes cubanos no permitiremos bajo ningún concepto q fuerzas externa vengan acometer ingerencia alguna dentro de nuestra isla bella y soberana te juramos Fidel que tu pueblo nunca claudicara a los principios de nuestra Revolución y a la convicción de defender a nuestra patria fuerza Cuba que tu pueblo nunca claudicara

  6. Yo seré de San Andrés cuando vea q protestan frente a la embajada usa
    1 x los niños muerto de cance x falta de medicina bloqueo
    2 x los 6o años de injusto bloqueo
    3por endurecer sanciones en pura pandemia
    Si lo hacen
    Mañana seré un miembro del sandres

  7. Felicidades colega, muy documentado y claro artículo.

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