Una agricultura sin talanqueras (+video)

La Tarea Ordenamiento se arrima al surco con medidas ajustadas a la talla del productor y la urgencia alimentaria, todas dirigidas a rebajar costos y viabilizar el acceso a los recursos y a la comercialización

Nuevos horizontes se divisan delante de la campiña a raíz del paquete de 63 medidas aprobadas por el Gobierno cubano.

Como nunca antes se pegó el oído a la tierra para escuchar a los que llevan años y décadas cantándole al surco bajo sol, fango y sequía. Hasta los científicos tuvieron a bien apartarse del microscopio para congeniar las hipótesis a ras de suelo. Apuraba un traje con medidas a la talla del productor, la urgencia alimentaria y la complejidad del momento; el propio Presidente de la República lo resaltaba en meridianas palabras: “Ustedes nos han alertado, nos han inducido a buscar un grupo de transformaciones que ya no podíamos postergar más en el tiempo”.

Tres meses después de haberse implementado la Tarea Ordenamiento, que en su acápite de precios y tarifas se volvió para la agricultura espirituana en un azote tan fuerte como la aguda sequía —al extremo que provocó desestímulo en no pocos programas productivos—, nuevos horizontes se divisan delante de la campiña a raíz del paquete de 63 medidas aprobadas por el Gobierno cubano para potenciar la producción de alimentos.

Se trata de un sector maltrecho, golpeado por limitaciones y las medidas de acoso que sufre la economía. También, hasta contaminado de chapucerías y manejos viciados; de manera que alguien pudiera pensar que semejante inyección de disposiciones no basta para dar salidas o respuestas al déficit productivo y preocupaciones puestas sobre la mesa por los propios productores, bien a través de los intercambios o de las visitas de funcionarios, expertos y la prensa.

Tal compendio de medidas ni por asomo puede verse como una lechada de cal para cambiar la imagen del principal sector productivo del momento; hay disposiciones tan estratégicas y útiles como radicales y novedosas, aunque algunas lleguen con años de retrazo; lo cardinal ahora es beber en el catálogo de oportunidades  para no perder más tiempo, apurar al máximo cada implementación, desatar la iniciativa y el emprendimiento, justo cuando hay delante una agricultura sin talanqueras para todas las formas productivas.

Nadie se engañe pensando que en asuntos de la tierra una decisión surte efecto de hoy para mañana, porque hasta la más noble de las producciones exige tiempo; ni qué decir entonces de la medida más popular, la relativa a la carne de res, a sabiendas de la actual depauperación de la masa ganadera, la insuficiente disponibilidad de alimentos, las deudas en el manejo del rebaño, la reproducción y la genética. Entonces regularizar ese comercio de carne también demandará tiempo y, por ahora, es preferible no especular sobre el precio, en qué moneda se cotizará y hasta quién tendrá posibilidad de comprarla; pero en hora buena la venta entró en la legalidad.

Más allá del esclarecimiento que aporte el anunciado intercambio de un grupo de trabajo del Gobierno central con los productores de cada provincia, el paquete de medidas en sí despeja caminos y corrige varias distorsiones derivadas de la Tarea Ordenamiento.

En primer orden, puede citarse el beneficio que se vislumbra sobre los costos de producción en virtud de las rebajas en los precios de la electricidad, el agua, los insumos, los piensos, los servicios y trámites, así como las mejoras en el pago de varios renglones agrícolas. No menos trascendente resulta facilitar el acceso a los recursos e incluir en la agenda de las transformaciones dos eslabones con elevada incidencia en la actividad agropecuaria: el Banco y el Seguro Estatal.

La ganadería figura entre las actividades favorecidas en los cambios, con un incremento del precio de la leche de vaca en el caso de que se cumpla o sobrecumpla el plan de entrega mensual a la industria; también ha sido bien acogida la nueva tarifa de pago en el acarreo, diferenciando precios y distancias a recorrer; cabe apuntar que fue este uno de los reclamos más generalizados entre las bases productivas de Sancti Spíritus.

Si otra novedad incluye el paquete de medidas es autorizar la venta liberada de leche y sus derivados a partir del cumplimiento de indicadores establecidos por la ganadería, la calidad e inocuidad y el plan de entrega contratada.

Desde la intención y su contenido cada medida lleva aparejado la transformación y el estímulo a la producción; sin embargo, introducirlas nunca será un acto de magia, ni debe dejarse espacio a la improvisación, se necesita disciplina, control, rigor y un constante monitoreo.

Al fin parece haberle llegado al contrato, célebre cuerpo legal que ha sido víctima de irregularidades e incumplimientos de todas las partes, el ahora o nunca. Algo tan sagrado como producir los alimentos y distribuirlos a todos necesita de un control y una planificación, máxime en este territorio, donde el grueso de la comida descansa sobre el sector cooperativo y campesino que, por cierto, es el que ha llevado a Sancti Spíritus a posiciones privilegiadas si hablamos de frijol, maíz, leche, carne de cerdo, cebolla, tomate…

El paquete de medidas en sí despeja caminos y corrige varias distorsiones derivadas de la Tarea Ordenamiento.
El paquete de medidas en sí despeja caminos y corrige varias distorsiones derivadas de la Tarea Ordenamiento.

Se trata de hacer un contrato realista, ajustado a la potencialidad de cada finca, en el que la cantidad o el plan no se inscriban por imposición, nazcan de la negociación equilibrada de ambas partes, con exigencias mutuas en cuanto a plazos y cumplimientos y donde no deje de considerarse, incluso, el punto de vista trazado por el Presidente de la Republica: “No queremos imponerle a un productor qué sembrar, pero tenemos que ver, en lo que necesitamos producir como país, de qué manera participamos todos”. En fin, un contrato con cláusulas para, si fuera necesario ventilar diferendos, que no sea siempre el productor el que termine en el banquillo de los acusados.

Es hora de dejar atrás ese gastado método de estar diciéndole a un productor en una reunión u otro escenario: ¿por qué no entregaste?, ¿por qué no hiciste más?; ¿acaso no será mejor indagar también por qué ese productor, que regularmente ha sido cumplidor, que ha sacado por años la comida de Sancti Spíritus adelante, ahora produce menos?; preguntar qué recursos está recibiendo e incluso dónde está el que le asignan; porque el hecho de que la economía esté en mal momento da más razón para mirarlo todo.

Si otra validez tiene el paquete de medidas es que responde fundamentalmente a problemas asociados a asuntos estructurales, organizativos, productivos, del uso y tenencia de la tierra, la fuerza laboral, así como de carácter financiero. Correcta fue la eliminación del cobro automático de la electricidad contra el saldo de las cuentas de la base productiva agropecuaria, decisión que transformó uno de los planteamientos más agudos de cuantos hicieron los productores espirituanos.

Sin dudas, las disposiciones del Gobierno cubano eliminan trabas, bajan tensiones al escenario agrícola y despejan caminos para acabar de acorralar problemas que dañan o frenan tanto como la mismísima sequía o escasez de recursos. Por eso al negativo fenómeno de los impagos parece que finalmente se le ha puesto contra las cuerdas, a la vez que si algo dotará de credibilidad a esta transformación es acabar de poner al día el respetable atraso: al cierre de febrero 960 productores, a nivel nacional, estaban a la espera de cobrar deudas —en total 43 millones de pesos—.

Más allá de que se elimine tamaña deuda, de activar mecanismos para impedir que vuelva a germinar y de que la Ministra de Finanzas y Precios haya reiterado: “No tenemos derecho a no pagarles a los productores”; no puede pasar desapercibida otra voluntad estipulada en las medidas: “Al que no pague no se le vende el producto”, recalcó el viceprimer ministro Jorge Luis Tapía Fonseca en la Mesa Redonda que anunció estas novedades.   

Tampoco es cuestión de mirar solo la individualidad de las medidas y su innegable alcance, muy importante resulta el proceso realizado para llegar a ellas, prueba genuina de democracia, de que se escuchó al hombre de la tierra. Ejemplarizante para tiempos futuros resulta admitir que a la hora de fijar los precios y tomar decisiones faltó, al decir de los científicos, el intercambio con los productores. 

Para el reimpulso a la producción agropecuaria es valioso el diagnóstico hacia lo interno de la agricultura y su comportamiento en el transcurso de esta década. Se identificaron, entre otros problemas, sobredimensionamiento de las estructuras estatales y empresariales, o lo que es lo mismo, una excesiva burocracia; baja productividad y limitada aplicación de los resultados de la ciencia y la innovación. Hay otras realidades que reclaman especial atención: a nivel de país prácticamente se utiliza la mitad de las tierras cultivables y de ellas solo disponen de riego el 7.2 por ciento.                                                                                                                                     Pareciera que con las medidas las producciones estarán al doblar de la esquina y hasta los potreros se llenarán pronto de reses; sin embargo, todo proceso implica tiempo y queda mucho por hacer en materia de precios, intermediarios, burocracia de los préstamos, desamparo del Seguro, estabilizar fuerza de trabajo, mejorar las vida en las comunidades, calidad de los productos y la arista comercial, al margen de las nuevas facilidades en este mecanismo.

Por supuesto, una cosa es la disposición y otra es hacerla viable, sembrarla en el surco o en la cadena productiva; pero lo principal, lo urgente, lo que la enlaza con la expectativa popular, está en la acotación de Tapia Fonseca: “Todo esto tiene que estar en el plato de la gente, porque las medidas solas no resuelven el problema”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

9 comentarios

  1. El mayor problema para mi es la burocracia y los dirigentes de la ANAP( provincia y municipio) que saben mucho de papeles pero no de campo.así como acopio que ha dejado de cumplir con su encargo social para converrirsw en un MECANISMO DIABÓLICO.

  2. Letra_Con_Filo

    quiten a Acopio del medio: a burócratas que jamás han bajado al surco,dejen a las personas hacer y sobre todo denle la propiedad de la tierra al que la trabaja y la hace producir: no inventen más teorías

  3. Lo q yo opino es que el pueblo tiene que ver la mejora por algún lado y en algún momento y que sea rápido…

  4. Si ACOPIO desaparece, la viandas, frutas y vegetales regresaran a los pueblos y ciudades. Este es el verdadero obstaculo para que el guajiro ponga la tierra a produc ir al maximo.

  5. La Fábrica de Talanqueras . Dónde en los últimos 10 años se han diseñado las «trabas» del Agro CUBANO. Es el edificio de 18 pisos sito en calle Conill esquina Boyeros en la Habana. Más conocido como Ministerio de la Agricultura. Las que se reproducen en su filial de la carretera al Jíbaro que es la Delegación Provincial de la Agricultura. Por suerte Idael tiene las indicaciones no solo de romper las trabas sino de «romper» a los trabadores.

  6. Ahora se trata de darle seguimiento a este “paquete” de medidas para verificar su implementación y cumplimiento de ambas partes. Una sección que bien pudiéramos llamar Con el lápiz en el surco, midiendo las medidas. Donde se muestre con veracidad y objetividad todo lo que el paquete va logrando como si se tratara de un niño que acaba de nacer.

  7. Ios guajiros siempre han estado prestos a cooperar, pero la ANAP NO HA CUIDADO DE ELLOS. PRESISAMENTE UNO DE LOS CAMBIOS QUE HABÍA, QUE HACER ERA, CAMBIAR LA DIRECCIÓN DE LA ANAP NACIONAL Y SIGE LA MISMA QUE DESDE UN BURO BAJABA METAS Y TAREAS Y POCAS VECES O NINGUNAS BAJABA a la base, al surco a visitar al campesino, esa ANAP QUE DESDE UN LUGAR CON AIRE ACONDICIONADO QUERÍA, DIRIGIR A HOMBRES con la espalda al sol.
    Todos pensábamos que esos burócratas, iban, a, ser removido y ahí están..
    Por muchos cambios que se propongan y sigan los mismos «dirigentes» nada cambiará los que estaban, son los que están con la mima retórica, vicios y métodos, cambiar la mentalidad es más difícil que adaptarse a, los nuevos tiempos
    Siempre ha sido así, y seguirá siendo

  8. Muy bueno el articulo. Ahora, las 63 medidas anunciadas solo son un gesto de buena voluntad para transformar la triste realidad que tiene nuestro sistema agrícola, con las bajas producciones y unos cuantos aspectos más que que hasta hoy la hacen ser muy ineficiente ya que no cubre las demandas de la población cubana. Solo falta que las AUTORIDADES PERTINENTES EN LOS MUNICIPIOS, SEAN CAPACES DE LLEVAR DE LA MANO, ESTAS 63 Y ROMPER CON LA FALTA DE CONTROL Y LA INEFISIENCIA EN ESTE SECTOR TAN IMPORTANTE PARA EL PAÍS, COMO ES LA PRODUCCIÓN DE ALIMENTOS. Esperemos que en un período de tiempo no muy largo se comiencen a ver los resultados de algunas de los cambios que hoy se realizan. Reitero, el municipio es el encargado de realizar todo con el productor. Si los que dirigen no tienen control y le dan seguimiento a lo que se está implementado terminaremos nuevamente en el fracaso.

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