¿Por qué tan devastadores los terremotos de Turquía y Siria?

Este terremoto ocurre en una región donde hacía más de 200 años que no había un sismo de estas magnitudes y ni siquiera ha habido en este tiempo alguna señal de advertencia

La cifra de fallecidos tras el terremoto (y sus réplicas) en Turquía y Siria, mantiene tendencia al aumento. (Foto: Getty Images)

Miles de personas han muerto después de que la madrugada de este lunes un gran terremoto, de 7,8 de magnitud, sacudiera el sureste de Turquía, cerca de la frontera con Siria. Al sismo, que tuvo su epicentro cerca de la ciudad turca de Gaziantep, le siguió horas después un nuevo temblor de magnitud 7,5.

Ambos han dejado extensas zonas devastadas en las que se teme que haya decenas de ciudadanos atrapados bajo los escombros.

En la noche del lunes se registraron, según cifras preliminares, más de 3 500 fallecidos y miles de heridos.

¿Por qué han sido tan mortíferos y han golpeado tan fuerte a los dos países?

Ambos han sido grandes terremotos.

El de cerca de Gaziantep se estimó en 7,8, calificado como “mayor” dentro de la escala de magnitud oficial.

Pero, además, su foco fue relativamente poco profundo, tan solo a unos 18 kilómetros tierra adentro. Esto hace que afecte mucho más la superficie y, por lo tanto, implica más daños en las estructuras y edificios.

“De los terremotos que haya habido más mortíferos en un año cualquiera, en los últimos 10 años ha habido solamente dos de una magnitud equivalente (al de este lunes). Y solo cuatro similares si nos remontamos a la década anterior”, cuenta la profesora Joanna Faure Walker, directora del Instituto para la Reducción de Riesgos y Desastres del University College de Londres.

Pero no es solo el poder del temblor causa devastación.

Este hecho ocurrió en horas de la madrugada, cuando la gente estaba bajo techo y durmiendo.

Y, en este caso, el país carece de un sistema de alerta sísmica al estilo de México, donde unos sensores monitorean permanentemente los movimientos de la tierra y, cuando detectan alguno que pueda convertirse en un sismo de 6 grados en la escala de Richter, emiten inmediatamente una señal de radio.

En el caso de Ciudad de México llega a una central que la retransmite a estaciones de radio, televisión e incluso está en aplicaciones para teléfonos celulares.

Estos segundos previos de aviso pueden hacer la diferencia y que la gente logre salir de sus casas y ponerse a salvo.

El tipo de edificios, su altura y robustez, también son factores determinantes para que un sismo sea más o menos mortífero.

“Desafortunadamente, es muy poco común que haya infraestructuras resistentes en el sur de Turquía y especialmente en Siria. En este momento, salvar más vidas depende de una rápida respuesta. Las próximas 24 horas son cruciales para encontrar supervivientes. Después de 48 horas el número de supervivientes disminuye drásticamente”, apunta Carmen Solana, profesora adjunta de vulcanología y comunicación de riesgos en la Universidad de Portsmouth.

Pero, además, este terremoto ocurre en una región donde hacía más de 200 años que no había un sismo de estas magnitudes y ni siquiera ha habido en este tiempo alguna señal de advertencia, por lo que el nivel de preparación es menor que en una zona que esté acostumbrada a temblores.

Aún así, Arancha Izquierdo, sismóloga de la Red Sísmica Nacional de España, apunta que “para una magnitud de 7,8 es muy difícil construir algo que lo resista, casi todas las construcciones no están preparadas”.

¿Cómo se miden los terremotos?

Se miden en una escala llamada escala sismológica de magnitud de momento. Un temblor de 2,5 o menos por lo general no se siente, pero se puede detectar con diversos instrumentos. Los temblores de hasta 5 se sienten y causan daños menores.

El sismo de Turquía de 7,8 está catalogado como mayor y suele causar graves daños, como ha ocurrido en este caso.

Cualquier movimiento por encima de 8 causa daños catastróficos y puede destruir totalmente las comunidades que se encuentren en su centro.

Por ejemplo, el terremoto frente a la costa de Japón en 2011 se registró como magnitud 9 y causó daños generalizados en la tierra, y provocó una serie de maremotos gigantes, uno de los cuales causó un gran accidente en la planta nuclear a lo largo de la costa.

El terremoto más grande de la historia fue de 9,5 y ocurrió en Chile, un domingo 22 de mayo 1960. El gran terremoto de Valdivia duró unos 10 minutos, liberó energía equivalente a 20 000 bombas de Hiroshima y causó un tsunami con olas de hasta 25 metros que causaron devastación y sepultaron poblaciones costeras.

(Tomado de BBC Mundo

Cubadebate

Texto de Cubadebate

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