La Convención de Ramsar

Los humedales se conservan porque son esenciales para la salud, el bienestar y la seguridad de las personas que viven en o cerca de ellos. Están entre los ambientes más productivos del mundo y proporcionan un amplio conjunto de beneficios.

Además mantienen grandes poblaciones de aves (especialmente aves acuáticas), mamíferos, reptiles, anfibios, peces e invertebrados así como numerosas especies de plantas (incluyendo el arroz, dieta principal de más de la mitad de la población mundial) por lo que la diversidad biológica que albergan es uno de sus atributos especiales.

Las interacciones que se dan entre el suelo, el agua, las plantas, y los animales de un humedal permiten el almacenamiento y purificación del agua, la protección contra tormentas e inundaciones, la estabilización de las condiciones climáticas locales como lluvia y temperatura, el mantenimiento del manto freático, la retención de nutrientes y sedimentos, entre otros.

Estas funciones que realiza un humedal proporcionan grandes beneficios económicos como el suministro de agua, pesquerías, agricultura, pastoreo, producción de recursos energéticos (leña y turba), facilita el transporte fluvial y brinda alternativas de investigación, recreación y turismo.

La Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, comúnmente referida como La Convención de Ramsar, por el nombre de la ciudad de Irán en que fue adoptada en 1971, se establece originalmente por la preocupación que existía desde principios de la década de los años 60, acerca de la disminución de las poblaciones de aves acuáticas y sus hábitat.

Sin embargo a través de los años la Convención ha ampliado su inquietud a todos los aspectos referidos al uso racional y conservación de los humedales, de modo que las aves acuáticas han pasado a ser una más de esas preocupaciones, en igualdad de condiciones con las demás.

La Convención en 1996 contaba con 96 países como partes contratantes y 859 Sitios Ramsar. La UNESCO es la Organización depositaria de la Convención, pero su administración está a cargo de la Oficina de Ramsar de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).

En Cuba se ha estado trabajando en la propuesta de Sitios Ramsar desde el año 2000. Fueron sometidos a la consideración de esta Convención seis sitios para su inclusión dentro de la Lista de Humedales de Importancia Internacional.

La Oficina de la Convención de Ramsar anunció, la designación de seis valiosos humedales cubanos, aumentando a 1 188 411 ha la superficie total cubierta por Ramsar en el país. Estos seis sitios incluyen una gran variedad de tipos de humedales costeros y mantienen numerosas especies de flora y fauna, algunas de ellas raras o en peligro.

Buenavista

Designados desde 2002 y situada en la región central de Cuba, entre las provincias de Villa Clara y Sancti Spíritus, Buenavista está formada por varios tipos de humedales costeros: amplias playas y sistemas de dunas, lagunas costeras, manglares y carso. Este sitio Ramsar abarca unas 313 500 hectáreas y contiene en su interior el área protegida Parque Nacional Caguanes.