Denis entre los imprescindibles

En silencio anduvo por el Escambray. Las más importantes acciones libradas contra el bandidismo en la primera mitad de la década del 60 lo catapultaron al puesto de los imprescindibles. Para algunos de sus compañeros de hazañas entonces, Luis Felipe Denis rebasó grados y cargos para convertirse, sencillamente, en el maestro, el educador. “Lo era todo”, dice todavía Longino Perera, la persona que sirvió de enlace entre él y Alberto Delgado, el legendario Hombre de Maisinicú, de la Seguridad cubana.

Y es que Denis, al decir de Aníbal Velaz, entonces delegado del MININT en Las Villas, “tenía la ventaja entre todos de que era uno de los de más nivel”, argumento al que añade un humanismo que no escapa al aval de ninguno de sus compañeros de aquellos años épicos.

Proveniente de las filas del Ejército Rebelde, al que se incorporó en 1958, tras su militancia en la Juventud Socialista y el Movimiento 26 de Julio, desde cuyas filas asumió disímiles misiones clandestinas, Luis Felipe Denis pasó a la lucha guerrillera en 1958. Al triunfo de la Revolución marchó con el Che a La Habana, y se incorporó unos meses después al Departamento de Inteligencia del Ejército Rebelde.
Entre 1960 y 1965 regresó al Escambray y dirigió la labor del Departamento de Seguridad del Estado en la Lucha Contra Bandidos.
«Denis fue el alma de todos los trabajos que se hicieron en el Escambray, la cabeza pensante», reconocen quienes encabezaron el protagonismo de miles de cubanos en aquellas jornadas imborrables de enfrentamiento a una de las primeras manifestaciones de la política terrorista contra Cuba.

Aunque su espíritu lo llevó a poner su vida en peligro durante el cumplimiento de disímiles misiones a lo largo de su extensa hoja de servicios, murió como consecuencia del ataque de una enfermedad oncológica el 3 de marzo de 1987.

No por casualidad su nombre se asocia a muchas de las más importantes operaciones desplegadas en el Escambray: participa en acciones contra Osvaldo Ramírez, Chano Ibáñez, Blas Tardío y Dauquín Tardío y Celestino Rojas, por mencionar algunas, aunque las ejecutadas contra las bandas de Maro Borges y Julio Emilio Carretero por intermedio de Alberto Delgado se inscriben entre las más notorias.

Ocupó numerosos cargos de dirección en el MININT, entre ellos el de jefe de la Dirección de Contrainteligencia, jefe de la Misión en Angola, jefe de la PNR, etc. Fue miembro del CC del PCC.