Elegancia y arte distinguen al Café Teatro del “Principal”

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Este Café Teatro, que forma parte del complejo cultural del Teatro Principal, nació como un centro para desarrollar actividades afines a la escena y a las demás manifestaciones artísticas.

Intimidad y buen gusto, sencillez y elegancia señorean en este pequeño espacio pintado con tonos claros y el beneficio del arte en cada detalle: los cuadros que seducen desde las paredes; las reproducciones de obras cuando emergen a relieve en los muebles y hasta en la barra, toda de cedro, con ese color vino que recuerda las mansiones antiguas; hermosas plantas ornamentales, lámparas, un toldo de listas coloridas. Elegancia y distinción.

Con ello coincide Vladimir Osés, creador de la plástica espirituana muy vinculado a la idea desde sus inicios, quien insiste en el apoyo recibido de las autoridades de la provincia, la Dirección de Cultura y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas.

“La concepción del proyecto de ambientación fue crear un espacio que reinterpretara los códigos del patio interior de la arquitectura colonial. Para caracterizar el lugar se incluyeron sobre el mobiliario y la barra obras plásticas de artistas espirituanos, fundamentalmente jóvenes. Los muebles, la estructura metálica y el toldo que sostiene los realizó el Taller Forjaluz. La barra y las banquetas, todas de cedro, son una creación del Taller de Raúl Arteaga, de Fomento”, detalla Osés.

En este espacio -asegura-, pretenden desarrollar agasajos a personalidades del sector, recepciones, conciertos informales, peñas, de acuerdo con los intereses de las Artes Escénicas y en general de Cultura en el territorio.

“Todas las actividades tienen que surgir con un sentido, ya hemos desarrollado algunas y pretendemos continuar con otras durante el verano, aunque nos encontramos en un momento de puesta en marcha y aún faltan detalles por ultimar”.

Según su definición, este constituye un centro cultural donde todo requerirá un nivel de exigencia estética para un público que guste del arte, del enriquecimiento espiritual y por tanto los programas que se presenten mantendrán ese rigor.

El centro no constituye un espacio bailable, sino de ambiente reposado. Aquí no se escuchará El Chacal, chistes de mal gusto ni nada por el estilo. Cuando se utilice música incidental, siempre contará con elevada factura estética: “Quien jamás se haya leído un poema, no haya escuchado a Silvio o disfrutado un buen concierto, seguramente no se sentirá a plenitud aquí”, apunta Vladimir.

Algunos detalles aún no se han definido, como los horarios, el precio de las entradas (siempre independientes de las del coliseo), pero en este Café Teatro se exigirá un vestuario de elemental elegancia y también podrán encontrarse propuestas audiovisuales, performances, shows, promociones artísticas…

Con capacidad para unas 40 personas, el local se encuentra ubicado en un ala del Teatro Principal. Su barra, que atienden trabajadores de Artex, ofrecerá una propuesta gastronómica en divisas que no incluye comestibles, sino cocteles, infusiones, con la calidad que el espacio demanda.

Hasta ahora, muchos de los artistas implicados en el proyecto no han cobrado o solo han demandado módicos precios por sus obras o presentaciones aquí, quizás como parte de esta ofrenda espiritual que la ciudad tanto necesitaba al borde de sus 500 años y que ahora resta a sus hijos salvaguardar para el legado que conforma su más preciada identidad.