Sancti Spíritus: salvan a niños recién nacidos

Aunque la cifra de pequeños ingresados en los servicios neonatales del Hospital Materno Provincial sobrepasa el millar, más del 95 por ciento han egresado Quien los ve en aquella incubadora inmensa donde los cuerpecitos se pierden y donde lucen tan diminutos arropados con esas batas que le quedan tan anchas,

Aunque la cifra de pequeños ingresados en los servicios neonatales del Hospital Materno Provincial sobrepasa el millar, más del 95 por ciento han egresado

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Quien los ve en aquella incubadora inmensa donde los cuerpecitos se pierden y donde lucen tan diminutos arropados con esas batas que le quedan tan anchas, duda y por un instante —o por más tiempo, incluso— hasta puede sentir que se le encoge el alma. Únicamente cuando se sabe el prodigio se respira aliviado: de los 1 150 niños que al cierre de diciembre habían requerido ingreso en la Sala de Neonatología, solo a ocho la muerte les ganó la partida.

Y todavía duele. Sobre todo porque dentro de aquella sala del más cerrado verde abundan los desvelos y también esa constante porfía de médicos y enfermeras por la vida. En la cotidianidad se van escribiendo acaso las proezas; bastan las estadísticas para aquilatarlo: tres niños han pesado menos de 1 000 gramos —uno falleció— y de los 27 que han tenido un peso por debajo de los 1 500 gramos, 24 se han salvado.

Según los especialistas en Medicina General Integral y en Neonatología Manuel López Fuente y Migdiala Soria Díaz —esta última jefa de los servicios neonatales del Hospital Materno Provincial— el bajo peso al nacer ha sido una de las principales patologías que ha requerido hospitalización, tanto que 242 recién nacidos con pesos inferiores a los 2 500 gramos han ingresado, pero —pese a ello— más del 98 por ciento han logrado sobrevivir.

Entre las causas de esos pesos extremos los expertos coinciden en señalar los partos pretérminos, las preclampsias, las toxemias y la sepsis durante el embarazo, además de las gestaciones en adolescentes y en mujeres añosas.

“El bajo peso al nacer causa varias complicaciones a los neonatos —apunta Soria Díaz—, como dificultades respiratorias, infecciones, hemorragias, membrana hialina; muchas de las cuales ponen en peligro sus vidas.

“Además del tratamiento médico para tales padecimientos a estos pacientes se les incluye también, aun en la sala de terapia, fisioterapia y una vez que egresan se siguen atendiendo en una consulta especializada de neurodesarrollo que está integrada por diferentes especialistas: neonatólogos, pediatras, radiólogos, foniatras, logopedas, entre otros”.

En la recuperación de los niños influye también, al decir de los galenos, la superación y el adiestramiento médico y de enfermería, tanto que para la atención de los pacientes graves y extremos se destina el personal con mayor calificación.

Mas, aun cuando la asistencia especializada en aquellos cubículos asépticos deviene puntal para asir vidas desde que abren los ojos al mundo, no es el único lugar donde se batalla por tal empeño. Y es que la existencia, sobre todo de los niños, deviene un desvelo constante de muchos, tanto que en medio de esas cifras alentadoras, que al término del año indicaban una tasa de mortalidad infantil de 3, 5 por cada 1 000 nacidos vivos en la provincia, pocos sospechan que hay un montón de batas blancas anónimas escribiendo páginas de salvación.

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

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