Los misterios del puente viejo

Juan Antonio Borrego

Con sus casi dos siglos a cuestas, además de símbolo arquitectónico de Sancti Spíritus, el puente Yayabo sigue siendo fuente de inspiración y búsquedas para los investigadores.

No son pocos los que todavía atribuyen la fortaleza que lo ha mantenido en pie durante tantos años a la magia de un cemento especial traído desde la lejana Italia exclusivamente para su construcción. Otros, en cambio, exageran más y hablan de los prodigios de la leche de cabra o la sangre de toro que supuestamente fue añadida al mortero empleado.
Pero leyendas aparte, el puente está ahí, soportando año tras año no sólo el paso de peatones y automóviles en una ciudad de más de 100 mil habitantes, sino el rigor de arrolladoras crecidas que han sepultado incluso obras más contemporáneas.
El puente sobre el río Yayabo, Patrimonio Nacional desde 1995, que ha sido durante mucho tiempo fuente de inspiración para cantores trasnochados, artistas plásticos, poetas o corredores de serenatas, es también permanente fuente de búsquedas entre investigadores locales resueltos a develar sus misterios.

LA LEYENDA CEDE

Un informe de laboratorio del Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología, realizado a distintas muestras del viaducto por petición de las ingenieras Maribí Cabrera y Anait Gómez, del Centro Provincial de Patrimonio en Sancti Spíritus, asegura que el puente se levantó con ladrillos, cal y arena de la zona.
Este diagnóstico echa por tierra la teoría del famoso aglomerante italiano, que a juicio de las especialistas parece haber sido alimentada por la confusión que creó el término “cemento romano”, usado en la época para referirse a una mezcla de cal, arena y puzolana (rocas volcánicas, ladrillos, tejas u otras cerámicas rotas por medios mecánicos para convertirlas en polvo fino).
Cuando se sabe que el cemento que hoy conocemos no fue patentado hasta 1844 –tiempo después de terminarse la obra en Sancti Spíritus-habría entonces que buscar la resistencia del puente en la calidad de los materiales de la comarca y no en alguno traído desde Europa.
En sus estudios Maribí y Anait, a partir de la revisión de las Actas Capitulares y otros documentos de la época colonial, han logrado establecer también que la construcción de esta obra fue asumida por presidiarios de la región, algo que hasta ahora era atribuido a mano de obra esclava.
Asimismo han podido confirmar que el costo total de los trabajos ascendió a unos 30 mil pesos y que su financiamiento se basó en la recogida de dinero entre los vecinos, la formación de fondos, la imposición de gravámenes, mediante suscripciones, donaciones, aportes de los dueños de los tejares y otras personalidades como el Obispo de Espada que entregó durante su visita a la villa espirituana mil pesos oro para tal propósito.

UN PROYECTO NECESARIO

En desarrollo incipiente de la región y el propio auge de las comunicaciones impuso desde aquellos tiempos la necesidad de construir un puente sobre el río Yayabo, obstáculo principal para unir a Sancti Spíritus con Trinidad y con los puertos de Tunas de Zaza y Casilda.
Asumido por Domingo Villaverde y Blas Cabrera, el proyecto ingeniero resultó una monumental obra de marcado estilo románico, con cinco arcadas, única de su tipo en el país.
La investigación de las especialistas del Centro Provincial de Patrimonio cuenta con una cronología (desde1771 hasta 1905), que recoge la mayoría de los detalles de la construcción y entre otros aspectos precisa que la primera piedra fue colocada, tras varios intentos, en 1817 y que su terminación se remonta a 1831, aunque está demostrado que tuvo valor de uso desde mucho antes.
Continuas filtraciones aconsejaron años más tarde sustituir el empedrado original por pavimento, hecho que se consumó en 1901 y que ha sido sucedido de varios trabajos de remozamiento.

Fue terminado en el año 1831. El valor de su construcción se calcula aproximadamente en más de 30 000 pesos.
Es el único exponente de su tipo que se conserva en el país y los espirituanos ven en él uno de sus más valiosos bienes, pues se integra de forma perfecta a un bello paisaje urbano que identifica a la ciudad.

Puente sobre el río Yayabo visto desde la calle Llano.

Además de su estilo único, que realza la arquitectura colonial del lugar donde se levanta sobre el río Yayabo, el Puente constituye uno de los símbolos de la ciudad de Sancti Spíritus. Se encuentra situado al suroeste del Centro Histórico Urbano, en el antiguo Paso de las Carretas. Conecta el área histórica con el barrio de Colón.

No es una obra inerte, sino algo activo en la vida de generaciones de espirituanos.

La legendaria edificación vial está viva en el recuerdo y las añoranzas de los que están lejos, ansiosos por, desde las gruesas barandas de su inolvidables puente, contemplar las tranquilas aguas del Yayabo.

 

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