En los altos cerros, que custodian a Caracas, Venezuela; en un renombrado hospital de Qatar; en Belmopan, Belice; en fin, en los más insospechados sitios de este mundo, presta servicio, ahora mismo, personal de Salud de Sancti Spíritus; suman, en total, unos 740 colaboradores de la provincia, distribuidos en 32 naciones, donde imparten clases magistrales de solidaridad.
Ha ocurrido así desde que la Revolución apenas irrumpió en el mapa geopolítico mundial. Ante la mirada absorta de muchos, una brigada sanitaria de la isla arribó a Chile en 1960, cuando un terremoto esparció, a sus antojos, la muerte, la desolación y el terror en ese país sudamericano.
Tiempo después, en mayo de 1963, un grupo de cubanos, compuesto por 28 médicos, tres estomatólogos, 15 enfermeros y ocho técnicos, llegaba a Argelia. Aquella misión, considerada oficialmente como la primera de su carácter en los anales de la Revolución, corroboró el humanismo de este proyecto emancipador, liderado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, quien se solidarizó con el gobierno y el pueblo argelinos, país que, en ese entonces, recién se sacudía del colonialismo francés y, en consecuencia, los médicos, en su mayoría galos, pusieron pies en polvorosa de esta nación del norte de África.
A la vuelta de estos años de la presencia de la mayor de las Antillas en Argelia, más de 605 000 trabajadores de la Salud (muchos lo han hecho en varias ocasiones, pero cada misión se cuenta como una) han prestado servicio de colaboración en 165 países, y actualmente lo hacen en 56, según estadísticas del Ministerio de Salud Pública.
Precisamente hoy, la administración de Donald Trump persiste en desacreditar la colaboración médica de la isla caribeña en el exterior, campaña liderada por el secretario de Estado, de la nación norteña Marco Rubio.
Son harto conocidos los objetivos de la gira que meses atrás este representante del gobierno estadounidense efectuó por la región con el propósito declarado de romper contratos y compromisos de los gobiernos caribeños con Cuba en ese ámbito.
¿Qué subyace detrás de la embestidda de Washington contra la exportación de servicios médicos? Con el olfato de adiestrado lobo de la taigá, la Casa Blanca huele cada intento de la nación antillana de acceder a mercados y a recursos financieros. La administración de Estados Unidos insiste en ahogar, literalmente, la economía cubana, lo cual se traduce en la práctica en la carencia de alimentos, medicinas y de otros bienes imprescindibles para vivir. Busca, en definitiva, provocar la desesperación y, a la postre, el estallido social en la isla.
En esa cruzada, ¿qué matrices de opinión pretenden sembrar entre las audiencias? Que los servicios médicos cubanos en el exterior son trabajo esclavo, el Gobierno no les paga y con estos el Gobierno se enriquece.
Al respecto, coincidimos con nuestro presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez en que minar intentar contaminar medios tradicionales y redes sociales con esos mensajes es solo una parte del cínico plan que la ultraderecha de origen cubano, ha concebido.
Hace 63 años de la llegada de la brigada médica cubana a Argelia, y la Revolución no ha extraviado el sentido solidario y humanista de su proyecto político. Por ello, no debe sorprender si en un remoto poblado de México, si en uno de los sitios más pobres de Haití o en un punto de la cordillera de los Andes profesionales de la Salud del país antillano, ahora mismo, siembran vidas ante la mirada del mundo.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.