Cuando la italiana Julia Menegatti preguntó no importó el atropello de un español cogido con pinzas. Del otro lado, respuestas entusiastas salidas del mejor de los imaginarios, el infantil, rompieron toda barrera idiomática. Sucedió así en cada uno de los escenarios donde, junto a su coterráneo Marco Antonino, compartió canciones y experiencias de su tierra natal, Turín.
“Estar en Cuba por segunda vez ha sido una experiencia preciosa —dice mientras piensa cada vocablo para que se entienda mucho mejor esa alegría que se le desborda—. Nos encontramos con comunidades, habitantes de diferentes lugares. Dialogamos con ellos nuestras experiencias sobre un pequeño proyecto de teatro basado en la semilla como pretexto para cultivar todo lo bueno que podamos incorporar a cada una de nuestras vidas”.
Llegaron aquí como parte de La tropa de Cambolo, proyecto sociocultural con raíces habaneras y que reúne a artistas de diferentes agrupaciones de varios puntos de la geografía del país e invitados internacionales. Es la segunda ocasión que planta bandera en Sancti Spíritus.
“Nos unimos todos en un mismo grupo para regalar el arte en las comunidades más alejadas, donde residen públicos con menos oportunidades para interactuar con los referentes culturales —acota Yojandry Naranjo, Pachy, director de Teatro Parabajitos, anfitrión de la parada de ese proyecto en tierra espirituana—. Llegamos a Yaguajay, La Sierpe y Sancti Spíritus”.
Diferentes consejos populares del norte y sur de la provincia, así como instituciones educativas de la ciudad del Yayabo y el Hospital Pediátrico Provincial José Martí se convirtieron en los mejores escenarios, donde se acogieron canciones, actos de magia, narraciones orales, espectáculos de clown y experiencias de agroecología.
“La frase más escuchada fue: ¿cuándo regresan? Es una especie de termómetro que te permite decir que lo que se hizo estuvo bien. Claro, podemos perfeccionarlo. Tenemos que agradecer el esfuerzo de las direcciones municipales de cultura y gobiernos de los territorios que nos acogieron porque, a pesar de las complejidades del contexto, los largos apagones y la escasez de combustible, nos abrazaron voluntades humanas de manera especial. Así que valió la pena desafiar cualquier adversidad”, apunta Pachy.
Acompañaron por la geografía espirituana a Parabajitos y al payaso Galletica —los únicos locales—, además de Julia y Marco, el italiano Paolo Beneventi —con su cámara en mano—, una colombiana narradora oral y La Familia, proyecto teatral habanero.
Ahora la tercera etapa de La tropa de Cambolo volverá a comunidades alejadas del centro de la capital del país, provincia por donde comenzó su viaje. Se sumarán hasta el día 12 de mayo a los amigos europeos, grupos de México y Chile.
Hasta allá llevarán las experiencias espirituanas y, sobre todo, lo vivido a su paso frente a la Plaza de la Revolución Mayor General Serafín Sánchez Valdivia, donde compartieron con los escénicos del territorio durante la fiesta del proletariado.
“No podía ser diferente porque nos confirma la importancia del trabajo con dignidad y que son tiempos de unión para proteger los derechos de los trabajadores y luchar todos juntos”, insistió Julia Menegatti.
El buen sabor que dejaron los cultores del teatro por esta tierra, donde las Cruzadas, protagonizadas por el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, se impulsan, a pesar de vendavales con escasez, ya avivan un proyecto para esparcir la alegría de La tropa de Cambolo a todo lo ancho y largo de nuestro archipiélago.
“Para el 2026 o 2027 queremos hacer la invasión de Occidente a Oriente. La idea es honrar la protagonizada por nuestros mambises cuando la Guerra Necesaria, que como sabemos fue a la inversa y, en segundo lugar, porque es una manera de desafiar cualquier contratiempo y demostrar que podemos lograrlo gracias a la unidad y pasión por el teatro”, concluye Pachy.
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