A partir del encargo estatal, que concibe destinar el 90 por ciento de la producción de miel a la exportación, la Apicultura espirituana se abrió al desarrollo de una economía paralela al introducir seis emprendimientos productivos con los mismos trabajadores; un esquema que ha llevado a la entidad a recuperar fuerza laboral, incorporar nuevos surtidos en el mercado y captar ingresos en moneda nacional.
Dentro de las seis formas de trabajo se incluye un centro de desarrollo activado en los últimos tiempos en la unidad de aseguramiento, donde, a través de un pequeño colectivo laboral, producen alrededor de 45 productos elaborados por la propia Unidad Empresarial de Base (UEB) Apícola Sancti Spíritus.
En la práctica, el centro ha devenido el nuevo panal de la Apicultura en Sancti Spíritus porque sentó las bases para la diversificación de los renglones apícola y agroforestal y ha permitido a la entidad recuperar su economía, estabilizar la fuerza laboral, mejorar los ingresos y crear utilidades. “Hoy se garantiza la solvencia económica, el salario medio subió a unos 10 500 pesos por trabajador, la UEB puede sufragar los gastos y pagar a los productores en tiempo”, destacó Amaury Santander Hernández, director de la Apicultura en el territorio.
De acuerdo con la propia fuente, la creación del centro trajo consigo incorporar varias actividades, entre ellas la producción de minidosis de miel —en formato de 16 gramos— a través del encadenamiento con una mipyme que aporta equipamiento y envase.
También se abrió una sala de envasado donde se elaboran té de plantas medicinales, mezclas de miel y complementos nutricionales, surtidos que se ofertan en la tienda La Colmena, en la ciudad espirituana, en tanto se puso en marcha la primera línea de secado de polen de la Apicultura cubana con miras a la exportación de ese renglón y se comenzó a producir, a escala estatal, la miel de la abeja melipona (abeja de la tierra).
Explicó Santander Hernández que la planta de secado de polen fue adquirida con un crédito de la Agencia Francesa para el Desarrollo, cuenta con respaldo de la energía fotovoltaica y basa su funcionamiento en un proceso de secado de 72 horas; después el producto pasa a una fase de limpieza y tamizado hasta lograr la granulometría ideal; luego se envasa en formatos de bolsas al vacío y en frascos herméticamente cerrados.

Trascendió que el polen de la abeja requiere una cadena de frio estable, de ahí que a través del crédito se adquiriera también el equipamiento que garantiza el proceso de recolección y traslado hasta la planta de secado, una línea de moderna tecnología.
“En esta planta —dijo— vamos a beneficiar y secar todo el polen que se recolecte en las regiones central y oriental del país. Es el primer secador de este tipo que se pone en explotación en la rama apícola cubana. La conformación de los lotes para la exportación, próxima a comenzar, va a realizarse desde Sancti Spíritus; sin esta línea de secado no se puede exportar porque el polen tiene que cumplir requisitos sanitarios; además, se trata de un producto muy nutritivo”.
Abrir el centro de desarrollo y diversificar las producciones —subrayó Santander Hernández— ha sido un paso necesario para recuperar las pérdidas en que incurrió la empresa a raíz de la introducción de la Tarea Ordenamiento, recuperar la vitalidad económica y laboral y garantizar la continuidad de los procesos productivos.
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