Falleció Enrique Germán Zayas Bringas, destacado investigador de la cultura cubana y de Trinidad

Artistas y personalidades lamentan su muerte ocurrida en la madrugada de este lunes a la edad de 87 años

Zayas Bringas fue un profundo conocedor de la cultura cubana, investigador y musicólogo que cultivó también una fructífera carrera como diplomático. (Fotos: Ana Martha Panadés/ Escambray)

Trinidad despide a uno de sus hijos más ilustres, Enrique Germán Zayas Bringas, profundo conocedor de la cultura cubana, investigador y musicólogo, sobreviviente de la guerra de Vietnam y que cultivó también una fructífera carrera como diplomático.

Artistas y personalidades de la cultura lamentan su muerte, ocurrida en la madrugada de este lunes a los 87 años de edad. Alfredo Castro Díaz, presidente de la filial de Música de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) en Sancti Spíritus expresó: “Ha muerto Enrique Zayas. Yo perdí a un hermano; la cultura, un gran batallador y Cuba un fiel y probado patriota… Descansa en paz”.

Este hombre extraordinario tuvo la dicha de una vida intensa, de viajar medio mundo y atesorar vivencias extraordinarias en tierras vietnamitas durante los bombardeos de Estados Unidos a la nación asiática, ser amigo personal de Indira Gandhi, recibir a Fidel Castro en la India, ser consejero cultura en Suiza, desafiar el cáncer y la soledad… 

Aunque Enrique Zayas Bringas se graduó como Ingeniero Agrónomo, la fuerte influencia familiar marcó su pasión por indagar en el estudio de las raíces de la música cubana, de ritmos tradicionales como la rumba, y posteriormente en un género exclusivo de la tercera villa de Cuba, las tonadas trinitarias, o fandangos; de esta última investigación resultó un libro en proceso de edición por la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios.

“Mi vida está llena de sorpresas”, me confesó en una entrevista que ambos disfrutamos y que selló no solo mi amistad con Enrique, sino una profunda admiración por su prolífera trayectoria, no siempre reconocida.

Y ya no hay tiempo para hacerlo, al menos en esta vida. Entonces, además de acompañarlo en este adiós, nos queda recordarlo como alguien que amó profundamente a su ciudad; con su andar pausado, su voz gruesa y su buen humor. Entre nosotros se queda el hombre de espíritu aventurero y visión cosmopolita que prefirió regresar a Trinidad; a sus raíces, cerca del mar y del Puerto de Casilda.

Ana Martha Panadés

Texto de Ana Martha Panadés
Reportera de Escambray. Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

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