Dibujar la esperanza

Arropada de ternura y conocimientos, una maestra llega cada día al Hospital Pediátrico Provincial José Martí, de Sancti Spíritus, a inyectar dosis de enseñanza. Cada miércoles, a media mañana, Yesika Mora Hernández dibuja la esperanza con la mirada. Basta que a su mundo interior llegue la voz: ¡ahí viene la

Arropada de ternura y conocimientos, una maestra llega cada día al Hospital Pediátrico Provincial José Martí, de Sancti Spíritus, a inyectar dosis de enseñanza.

Cada miércoles, a media mañana, Yesika Mora Hernández dibuja la esperanza con la mirada. Basta que a su mundo interior llegue la voz: ¡ahí viene la profe!, y sus ojos surcan las órbitas del conocimiento, asienten, niegan, hablan. Todo a su alrededor se vuelve, en ese instante, secundario; hasta las lágrimas que le provocan las inyecciones se detienen; sus pupilas espantan la angustia, solo tienen espacio para la maestra que desde septiembre le imparte nociones de la enseñanza preescolar.

“Nada la anima más que ponerse el uniforme y tener ese encuentro con la maestra”, revela Aida Alonso Gil, la abuela materna de Yesika, una niña que padece la enfermedad de Werdning Hoffman (una atrofia muscular por degeneración de la médula espinal) que desde hace más de cinco años -ingresó a los seis meses- permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos Progresivos del Hospital Pediátrico Provincial José Martí, al amparo del amor y el altruismo de un Estado que garantiza su atención, aunque su costo sobrepase ya los 750 000 pesos.

La sobrevivencia de Yesika, con vida artificial y acoplada a un equipo de ventilación permanente, obedece, por mucho, al nivel de la Medicina cubana y al esmero del personal que la atiende. “Fue un interés del hospital y de la familia que tuviera acceso a las clases, por eso un grupo de pedagogos del territorio elaboró un programa docente específico para la niña, que desde el inicio de este curso le imparte la maestra y, hasta donde conocemos, es el único caso en Cuba con una enfermedad de este tipo con tal sobrevivencia y que esté insertada en la enseñanza escolar”, declara el doctor Francisco Felipe Martín, jefe de la unidad intensiva.

AULA HOSPITALARIA

A los 37 años de ejercicio en el magisterio, María del Carmen Caballero García comenzó, en septiembre del 2011, la obra más refinada de su carrera: maestra ambulatoria del aula hospitalaria en esa institución de la Salud.

“El objetivo es atender a los niños que ingresen con una estadía que los aleje por varios días del curso y casos como el de Yesika, que permanecen por mucho tiempo, para que no se atrasen en su aprendizaje. El hospital nos ayuda en la localización de esos casos, buscamos el consentimiento de la familia y también indagamos con la escuela de donde provienen para conocer en qué fase del contenido está cada alumno y, a partir de ahí, continuar el trabajo docente.

“Trabajamos por salas, las clases siempre son en la cama, sin interferir la asistencia médica porque lo más importante para el niño en ese momento es la salud, nosotros apoyamos el aprendizaje hasta donde sus condiciones lo permitan. Le dejamos tareas y orientaciones para que los padres le den seguimiento”.

En su tránsito educacional, casi siempre por la Enseñanza Especial y como maestra ambulatoria, María del Carmen tuvo alumnos que la marcaron y le fue gratificante ver sus resultados; “pero, el aula hospitalaria ha sido la labor más humana, más difícil, la que más preparación me ha exigido, porque imparto desde el preescolar hasta el séptimo grados; la familia lo reconoce mucho y ni te imaginas con qué ansiedad los niños esperan a la maestra”.

Desde septiembre hasta enero, María del Carmen ha impartido clases a 47 escolares, asiste de lunes a viernes a la institución y se quita tiempo hasta de su sueño en el afán de organizar los contenidos, para que no desmaye esta medicina de la enseñanza, una experiencia que sobrepasa los seis años y en la cual hicieron carrera anteriormente los docentes Naida Ramos y Rafael Herrera.

YESIKA APRENDE

“Su estado de ánimo, su comunicación han mejorado mucho después que empezó a recibir clases, no se puede decir que obedezca a eso, pero en estos cinco meses no ha tenido ningún tipo de infección”, expone el doctor Francisco Felipe.

La enfermedad priva a Yesika de todo movimiento muscular; son sus ojos, mediante gestos, el puente para la comunicación y el aprendizaje. Gracias al entrenamiento que le hicieron la familia y el colectivo de Terapia, entiende ahora a la maestra.

“Las tardes y las noches de cada martes las dedico por completo a preparar las clases que voy a impartir al otro día a Yesika. Requieren elaborar medios de enseñanza específicos para que ella pueda asimilar el conocimiento. Le hice una muñeca de trapo, la nombré Lola, porque la L es un sonido que se da en preescolar y, desde que se la regalé, esa es su compañera de aula; cada miércoles, cuando llego a su cuarto, convertido prácticamente en una habitación infantil, allí están ella y Lola, vestidas las dos de uniforme escolar, esperándome para empezar la clase”.

¿Qué contenidos domina la niña?

Conoce los colores, figuras geométricas; escucha narraciones de cuentos y sabe definir los personajes buenos y malos, ese es otro objetivo del preescolar. Domina contenidos elementales de espacio como arriba, abajo, izquierda; identifica muy bien a Martí, a Fidel.

“Tengo que interactuar con ella, pero cuidando que no se emocione mucho porque se le eleva la frecuencia respiratoria y es peligroso para su vida.

Su intelecto es normal, lo que se ve frenado por la falta de comunicación. “Para la niña, ese rato de los miércoles es alegría, emoción; para mí, algo muy especial, comprendo cuánto la anima mi presencia, cuánto disfruta aprender; me resulta muy difícil al terminar la clase dejarla, pues otros niños también me esperan. Yesika me toca la fibra del corazón. Lo que más me interesa es ella, que aprenda, que cumpla seis años el 12 de febrero, que la esperanza siga en su mirada”.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

Comentario

  1. MARIA DEL CARMEN es una victuosa de corazon pues no es facil cumplir su mision pedagogica en en el hospital pues debe dominar sus deberes de profesora y de ser humano lo que para mi es extremadamente dificil por lo que la felicito por esa tan bella dedicacion hacia los mas desvalidos y nececitados yo la recordare a diarios cuando crea tener alguna difilcutad en vez de sentir tristeza o enojo llenare mi corazon y mi mente de alegria pues el recordar esta noble y digna accion solidaria de la profesora MARIA DEL CARMEN sera un honor imitarla ah le envío un saludo a su esmerada alumna YESIKA. Lazaro

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