Disertan sobre estancia de Churchill en Sancti Spíritus

Detalles ignorados, controversiales o poco conocidos de la estancia de Winston Leonard Spencer Churchill en Sancti Spíritus y Arroyo Blanco en los días cruciales del inicio de la invasión del Ejército Libertador cubano al Occidente de la isla durante la guerra de 1895, fueron esclarecidos en una conferencia que pronunció

Detalles ignorados, controversiales o poco conocidos de la estancia de Winston Leonard Spencer Churchill en Sancti Spíritus y Arroyo Blanco en los días cruciales del inicio de la invasión del Ejército Libertador cubano al Occidente de la isla durante la guerra de 1895, fueron esclarecidos en una conferencia que pronunció Lourdes María Méndez Vargas, espirituana residente en La Habana, en la sede provincial de la Sociedad Cultural José Martí.

Por Pastor Guzmán Castro

La licenciada en Relaciones Internacionales explicó que, efectivamente, a fines de noviembre de 1895 año el futuro Primer Lord del Almirantazgo Británico y Primer Ministro de Inglaterra llegó a la capital de la hoy provincia espirituana, vía Santa Clara-Cienfuegos-Tunas de Zaza-Sancti Spíritus, viajando en tren o en barco, y que pasó aquí la noche del 24 o el 25 de noviembre.

Pero Churchill no llegó solo, alegó Lourdes, sino que emprendió esta aventura por voluntad propia junto a su joven compatriota Reginald Barnes, cuando ambos eran soldados del famoso IV Regimiento de Húsares del Ejército de su majestad británica.

Está confirmado, dijo la conferencista, que ambos húsares fueron asignados por el Capitán General de España en Cuba Arsenio Martínez Campos, a la columna reforzada del coronel Suárez Valdés, que marchaba en dirección a Sancti Spíritus, donde debían unírsele.

Lourdes describió, según lo escrito por el propio Churchill en el capítulo Cuba de su libro Mi primera juventud, las peripecias del trayecto hasta que la larga columna de 4 000 hombres hizo su entrada en Arroyo Blanco el 29 de noviembre de 1895.

Lourdes María explicó que entre las motivaciones principales para su investigación -hoy convertida en un artículo de casi tres decenas de cuartillas- figuró el haber encontrado en ECURED un texto según el cual el joven Winston almorzó con el General en jefe del Ejército Libertador, Máximo Gómez, en la casa comunal de Arroyo Blanco.

“Si eso hubiera sido así -apuntó Lourdes-, ese mismo día se hubiese acabado la guerra”, pues aquella era una ‘aldea fortificada’ española, como escribió el propio Churchill.

Aquella noche, la del 29, durmieron Churchill y Barnes en Arroyo Blanco y al día siguiente cumple 21 años el futuro Premio Nobel de Literatura para escuchar más tarde, en la propia jornada, los primeros tiros de la guerra cuando la columna, en marcha rumbo al Este, fue hostigada por fuerzas insurrectas.

Lo más destacable para esta aficionada a la Historia es la conjunción de Churchill los días del 30 de noviembre al 2 de diciembre, en una misma área, con la presencia de cerca de 4 500 soldados mambises al mando de los generales Gómez, Maceo y Serafín Sánchez en La Reforma, en los aprestos organizativos para emprender la Invasión a Occidente.

“Si el general español Suárez Valdés no llega a pecar de ‘precavido’ cuando tuvo a los cubanos a tiro de fusil en esa zona, y si el propósito de los insurrectos hubiera sido enfrentar a las tropas colonialistas, Churchill muy probablemente hubiera muerto allí y la historia de Inglaterra y de Europa hubiera sido otra”, concluyó Lourdes.

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

Comentario

  1. para los que estamos interezados en leer el trabajo completo, si alguien sabe donde lo puedo leer que sea por internet. muchas gracias

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