Respeto bastante la palabra

La joven escritora espirituana Dalila León Meneses obtuvo con su cuaderno Sin buenas nuevas el premio El girasol sediento, que otorga la Asociación Hermanos Saíz en Cienfuegos. Muchos recuerdan aún a aquella muchachita delgada, pequeña, de ojos vivaces que llegó un día a la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí, de

Uno debe dejarse guiar por la lectura, que es la que te brinda la herramienta exacta para escribir, señala Dalila.La joven escritora espirituana Dalila León Meneses obtuvo con su cuaderno Sin buenas nuevas el premio El girasol sediento, que otorga la Asociación Hermanos Saíz en Cienfuegos.

Muchos recuerdan aún a aquella muchachita delgada, pequeña, de ojos vivaces que llegó un día a la Casa de Cultura Osvaldo Mursulí, de la ciudad espirituana, con un cuaderno bajo el brazo, marcado con algunas letras en busca de saciar su sed por la literatura.

Mucho empeño y variedad de lecturas a partir de ese momento fueron sus máximas. El tiempo dio el veredicto final: Dalila León Meneses tenía la madera suficiente para expresar su mundo interior en la letra impresa.

Desde que descubrió su don, jamás pudo desechar los lápices y las hojas. No importaron las largas horas de estudio de matemática y cálculo en la escuela de economía. La suerte estaba echada: con buenas nuevas o sin ellas, se convertiría en escritora.

Más tarde el destino la hizo regresar al antiguo hogar que un día la acogió como su hija. La Casa de Cultura volvió a abrirle sus puertas, esta vez para que enseñara a los más jóvenes e inexpertos a encontrar su estilo literario.

“Ser asesora es una escuela para mí porque desde el momento en que tú aceptas ayudar a otros, tallerear sus textos, encontrar su propia voz, te beneficias también. Como soy joven eso me retroalimenta, me ayuda. Es curioso, tengo amigos que han publicado primero que yo, talleristas de aquí, y me pongo muy contenta con eso porque es también el fruto de mi trabajo. Y es que no se puede confundir lo que hacemos los asesores, por ejemplo, con los editores. Nosotros más bien les impregnamos la voluntad para que sigan leyendo, escribiendo, que es lo más importante y yo aprovecho, hasta me guío por mis propios consejos. Leo mucho y escribo”.

En cada taller, Dalila León trata de transmitir a sus muchachos el camino a seguir, siempre de la mano de la sapiencia de la literatura. Todos deben visitar y hojear una y otra vez los máximos exponentes de las letras universales.

“En mis inicios, gracias a amigos como Entenza y Coco, descubrí textos que trazaron un estilo a seguir, luego fui haciendo el mío. Creo que para ser escritor primero hay tener esa madera por dentro, pero luego uno debe dejarse guiar por la lectura, que es la que te brinda la herramienta exacta para escribir”.

¿Cómo llega Sin buenas nuevas a Dalila?

Ese libro lleva conmigo unos cuantos años. En él expreso la visión de la mujer sobre el mundo que le rodea y un poco más, cómo se ve la intimidad de la fémina, cómo enfrenta la soledad…

Ya lo he mandado a cinco eventos. En La Habana con ese cuaderno obtuve una mención en el Premio David 2011, que para mí significó mucho porque es el certamen más importante de los escritores noveles. Luego aquí recibí otra en el Premio Raúl Ferrer de este año.

A Cienfuegos lo envié por embullo de un amigo mío. Estoy muy contenta, por fin llegó mi primera publicación; aunque no soy de esas creadoras que escriben hasta el cansancio con el objetivo de que salgan a la luz. Respeto bastante la palabra, la literatura. Me gusta, como si fuera un hijo, ayudarlo a crecer para que pueda salir a la calle y convivir con la sociedad. Espero, entonces, que guste a los lectores.

Proyectos…

Seguir escribiendo. Continuar mi labor como asesora literaria y leer mucho, que es lo más importante en un escritor.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

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