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Profesionales cubanos son tentados por exclusivos planes de robo de talentos. Con pasos seguros, el cirujano cubano entró a un cibercafé en la ciudad de Banjul; en escasos minutos ya estaba al habla con la Embajada de Estados Unidos en Gambia. “Soy un doctor cubano que quiere ir a Estados

El Gobierno de EE.UU. continúa fomentando el robo de cerebros con objetivos políticos.Profesionales cubanos son tentados por exclusivos planes de robo de talentos.

Con pasos seguros, el cirujano cubano entró a un cibercafé en la ciudad de Banjul; en escasos minutos ya estaba al habla con la Embajada de Estados Unidos en Gambia. “Soy un doctor cubano que quiere ir a Estados Unidos. ¿Cuándo nos podemos ver?”, dijo. La respuesta, esperada; le orientaron acudir a un mercado de la urbe para contactar allí con una mujer rubia, vestida de verde; sin regodeos: la diplomática le entregaría las llaves de la deserción. A través de esta anécdota, el periódico The Wall Street Journal describió en el 2011 el abandono de la misión de un especialista de la isla, acogido luego en Miami como refugiado con estatus legal.

La historia no resulta eventual y sigue y seguirá reciclándose con nuevos protagonistas, más aún si damos crédito a Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, quien, el propio día de publicado el Decreto-Ley No.302, modificativo de la Ley de Migración cubana, pronosticó que no habría “ningún cambio en la letra” en la legislación norteamericana en relación con nuestro país.

Como lo reconoce el referido decreto-ley, el Gobierno de EE.UU. obstaculiza la cooperación médica internacional y continúa fomentando el robo de cerebros con objetivos políticos. Basta acceder a la web del Departamento de Estado, donde con una tranquilidad de espanto se anuncia el Programa de Parole para Profesionales Médicos Cubanos (CMPP, por sus siglas en inglés).

Sin el menor recato diplomático, este mecanismo de migración “legal” hacia los EE.UU., diseñado exclusivamente para Cuba, brinda tratamiento especial en las embajadas del norteño país a los colaboradores de la Salud de la isla, quienes pueden pisar tierra norteamericana prácticamente de modo expedito.

El CMPP, ahijado de la Ley de Ajuste Cubano y de la política de Pies Secos-Pies Mojados, tiene inscrito como padre, en su partida de nacimiento en el 2006, al coronel (r) de la inteligencia militar Emilio González, en ese entonces director de los Servicios de Inmigración y Ciudadanía (2005-2008). González no tuvo que apelar a muchos argumentos para que el mandatario George W. Bush le diera el visto bueno de gracia a su iniciativa.

Un reporte de la agencia Europa Press retrata de cuerpo entero los genes ideológicos de quien fungiera también como principal asesor sobre asuntos cubanos en el Consejo de Seguridad Nacional (2001-2002). “Guantánamo (la base naval) es el único lugar de Cuba en el que se respetan los derechos humanos”, dijo el señor González.

Con la subversión a punta de lengua, el hoy empresario se autotituló frente a El Nuevo Herald como el “árbitro final” ante las solicitudes de deserción. “Hay casos de cómo se sacó a médicos desde lugares remotos que merecerían una película (…); algunos se veían obligados a hacer varias escalas para llegar a Estados Unidos y teníamos que asegurar que gente nuestra estuviera monitoreando los casos en cada escala (…)”, sostuvo.

Filtrado por Wikileaks, un cable fechado en el 2009 desde la embajada de EE.UU. en Venezuela destierra la menor conjetura sobre la casta política del CMPP, enfocado no solo a incentivar la deserción -léase minar el prestigio de la Revolución-, sino a sabotear la Misión Barrio Adentro, surgida en el 2003.

Como refiere la web del proyecto de solidaridad Cubainformación, no resulta fortuito que la mayor cifra de deserciones se registre en Venezuela: la isla concentra allí el número más alto de personal de la Salud gracias a un convenio rubricado entre las dos naciones. Recuérdese, asimismo, la llamada Misión Barrio Afuera, promovida por la organización Solidaridad sin Fronteras, con cuartel general en Miami, bajo la celosa tutela de Washington.

A juicio de José Luis Méndez, autor del libro La Operación Cóndor contra Cuba, “el desarrollo del mencionado programa CMPP ha tomado un estilo mafioso; las deserciones de los médicos cubanos que cumplen labores en Venezuela son promovidas y administradas regularmente por Ileana Ros-Lehtinen a través de dispositivos localizados en Colombia”. Con esos truenos…

En un escenario, donde los grandes medios de comunicación silencian la epopeya solidaria cubana, sí sobran materiales periodísticos que revelan el marcado interés del gobierno de los EE.UU. de politizar la migración de nuestros profesionales, para satanizar a la Revolución. Esta postura va más allá del carácter selectivo del “robo de cerebros”, en opinión de Ileana Sorolla Fernández, directora del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales, de la Universidad de La Habana, quien refirió en la Mesa Redonda que en suelo estadounidense reside el 80 por ciento de la emigración cubana; pero este fenómeno data del siglo XIX.

Expertos subrayan las causales económicas como las razones fundamentales en la determinación de los ciudadanos cubanos de residir en otro país, decisión que en el caso del personal médico pone en entredicho las cualidades ético-morales individuales.

Aris Fortain Espinosa, jefe del Departamento de Colaboración Médica perteneciente a la Dirección Provincial de la Salud, confirmó a Escambray el abandono de la misión por parte de un número ínfimo de espirituanos, comportamiento similar a la cifra nacional, ascendente a menos del 2 por ciento de los cooperantes, a tenor de un artículo de Cubainformación publicado en el 2011.

El efecto del CMPP ha llegado al Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, según su director, el doctor Manuel Rivero, quien cuestiona la decisión de unos pocos especialistas de no retornar, si se consideran, además, los recursos financieros invertidos por el Estado en su formación profesional, sin mediar un centavo.

Mientras nuestro país flexibiliza su política migratoria, Washington, embriagado por su antológica hostilidad, se mantiene en sus trece y no ha movido dedo alguno para derogar sus cinco programas de otorgamiento de visados de inmigrantes aplicables a los cubanos, entre estos el CMPP. Por ello, lamentablemente no faltará otro médico que marque el número telefónico de esta o aquella embajada de EE.UU.: Please, I’m a Cuban doctor…

Enrique Ojito

Texto de Enrique Ojito
Premio Nacional de Periodismo José Martí, por la obra de la vida (2020). Máster en Ciencias de la Comunicación. Ganador de los más importantes concursos periodísticos del país.

3 comentarios

  1. Lorenzo Aleman Batista

    De acuerdo con todo lo comentado por Lázaro izquierdo, de hecho en la cafetería donde tomo café todos los días el Sr. Que es a la vez camarero- Freganchin- limpiador es un médico cubano ( arrepentidisimo de haber abandonado Cuba) pues en su país era el seńor doctor y aquí en Canarias es el comemierda al qué todo el mundo le grita pidiéndole la consumision. Yo le digo que cuando pueda ir a Cuba diga la verdad y no mienta como hacen muchos que llegan alardeando de tener un carro mercedes una mansión etc. Todo mentira, lo que hacen es ocultar el fracaso de su vida en el exterior y a la vez perjudicar la de otros cubanos que oyendo los cuentos de estos quieren salir del país.

  2. creo que esta tendencia migratoria esta dado por problemas economicos ….es una realidad que cualquier medico en cualquier pais tiene un salario prestigioso y no carece de ningun tipo de necesidades ,, nuestro sistema no debe basarme en principios de igualitarismo…..es cuestionable que hasta un cuenta propia sin quitar meritos a ninguna labor ,,tenga mejor vida que los profesionales ,,que cada cual tenga lo que merece y lo que logre con su talento ….no pretendamos vivir en comunidad …eso es insostenible para cualquier pais

  3. Por desgracia algunos cubanos cooperantes creen en los cantos de sirenas del imperialismo norteamericano y toman para peor decisiones de sus vidas al dejarse meter los ruidos en el sistema al llegar a la USA a la ciudad bananera de MIAMI le espera el desprestigio moral pues las promesas de una vida holgada ejerciendo sus profesiones se es fuma desaparece pues no pueden ejercer como doctores en los ESTADOS UNIDOS pues carecen de licencias las cuales solo se obtienen pasando un proceso de examen en lengua inglesa con una sola oportunidad que si des apruebas tienes que comenzar a estudiar como principiantes en alguna universidad norteamericana eso es si tienes dinero para costearse los estudios personalmente conozco doctores cubanos que han descendido a lo mas bajo pues son CDP enfermeros y diversos otros trabajos mal remunerados que a mi me da pena pues parecen cucarachas en picada que nunca mas levantaran sus cabezas y ahora se mantienen arrepentidos del mal paso dado pues ya no han de volver a ejercer como en el otrora que fueron considerados DOCTORES en CUBA aca en MIAMI solo viven de los recuerdos y de un pasado que por ambiciosos perdieron. Lazaro izquierdo

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