Gian María Volonté a través de Giovanna

La presencia en Sancti Spíritus de Giovanna Gabriela Volonté, hija del gran actor italiano, aportó un vínculo físico al Festival Escambray de cine italiano con el protagonista de memorables filmes. El tiempo inexorable, las modas, los modos y los avances tecnológicos mellan todos los días lo que por sus méritos

Giovanna Volonté: “Mi padre hizo una selección minuciosa de sus personajes”. La presencia en Sancti Spíritus de Giovanna Gabriela Volonté, hija del gran actor italiano, aportó un vínculo físico al Festival Escambray de cine italiano con el protagonista de memorables filmes.

El tiempo inexorable, las modas, los modos y los avances tecnológicos mellan todos los días lo que por sus méritos y calidades debía ser permanente. Ocurre así con la imagen insigne de Gian María Volonté, uno de los más grandes actores de todos los tiempos, a quien ha sido dedicado el Festival Escambray de cine italiano celebrado por estos días en Sancti Spíritus.

Es providencial entonces tener diálogo en esta tarde lloviznosa y nublada con una mujer mediana, de rizado cabello castaño y abierta a la reflexión y que responde al nombre de Giovanna Gabriela Volonté, quien mira al gran artista con la familiaridad y el cariño de hija única, mimada y a la vez sufrida por la ausencia casi permanente de un padre siempre ocupado, al punto de que murió en plena faena en Grecia, en 1994.

Nacida en el norte de la península italiana, Giovanna se trasladó a los 18 años a la ciudad de Torino para estudiar arte dramático y luego se fue a Roma.

Hija de actores, pues su madre es también artista, ella, sin embargo, ha devenido una especie de promotora cultural, que auspicia una escuela donde se forman actores jóvenes, se dan talleres de experimentación y, alejada luego de la megalópolis romana, ha estado radicando en la pequeña isla Magdalena, cerca de Cerdeña, donde vivió también su padre Gian María.

¿Cómo pudo Gian María Volunté, en un ambiente como el de la Italia de los años 60 y 70 del pasado siglo, matizado de injerencia política estadounidense, mafia y neofascismo, hacer un tipo de cine comprometido como el que muestran El caso Mattei, Sacco y Vanzetti, El caso Moro y otras de ese carácter?

“Mi padre, a lo largo de toda su carrera, hizo una selección minuciosa de sus personajes porque pensaba que el cine debía tener una función social e influir de manera positiva en el mayor número de personas posible como parte de la lucha política.

“Es textual el planteamiento donde expresa: ‘Ser actor es cuestión de opciones… O exprimimos la estructura conservadora de la sociedad y así uno se contenta con ser un robot en manos del poder, o por el contrario miramos los componentes progresivos de la sociedad para establecer una visión revolucionaria del arte y de la vida’.

“Ese es el caso de Sacco y Vanzetti (1971) -dos obreros italianos ejecutados en los Estados Unidos, acusados de haber realizado un atentado anarquista que nunca les pudieron probar-. Allí mi padre, que encarna a Bartolomé Vanzetti, trasluce su oposición a la pena de muerte.

“Pero también en El caso Mattei asume la personalidad del ingeniero Enrico Mattei, opuesto al dominio del imperialismo a través de las transnacionales petroleras, lo que está en consonancia con su ideología de izquierda. Y eso se puede ver también en Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha (1970), de Elio Petri, donde se censura fuertemente al estado burgués y su estructura corrupta”.

¿Qué relación mantuvo Gian María Volonté con Cuba?

“Él amaba mucho la cultura de América Latina y, en especial, la cubana. Así participó en el filme Tirano Banderas (1991), una coproducción ítalo-cubano-mexicana. Vino a Cuba en cuatro o cinco ocasiones, invitado al Festival de Cine Latinoamericano.

“Yo descubrí hace poco que mi padre estuvo presente en unas reuniones previas con García Márquez y con Fidel Castro y hablaron un día de la posibilidad de una academia de cine para la región, idea que luego se vio confirmada en la Escuela Latinoamericana de Cine de San Antonio de los Baños”.

UNA ACLARACION NECESARIA

Quisimos conocer cómo nació el Festival Escambray y por qué Volonté y Totó. Entonces Giovanna se auxilió de Rodolfo Dalpane, un compatriota suyo que reside en Cabaiguán.

“La idea surgió el año pasado, un día que estábamos sentados en la sede nacional de la UNEAC en La Habana con el cineasta italiano Doménico Gavalla, que fue el que donó los afiches de la muestra que hemos expuesto en Sancti Spíritus y los que están montados en la Sala Charles Chaplin en La Habana.

“Estando allí con el escritor espirituano Senel Paz, hablando de cine y esas cosas, se confirmó la idea del Festival, que ya veníamos manejando, y se escogió a Gian María Volonté para encabezarlo. Entonces Senel Paz dijo una frase que resultó una excelente idea: ‘Bueno, y vamos a incluir alguna película de Totó’.

Giovanna: “Gian María Volonté fue un actor muy relacionado con el movimiento de izquierda en Italia en los años 60- 80 cuando hizo muchas películas de corte progresista, constituyéndose en un paradigma para nosotros. Totó, en cambio, es un símbolo de la comedia italiana y lo escogimos porque pensamos que sus películas aportan el elemento refrescante que le hace equilibrio a la crudeza de los filmes de denuncia política y social de Volonté”.

“El caso fue que se creó un proyecto en Ravenna para promover todo lo que se realizaría en la jornada de cine. Allí se proyectó un documental de jóvenes realizadores sobre Gian María y me preguntaron si quería unirme al grupo y viajar. Yo me decidí porque estaba muy contenta, ya que poder venir a Cuba y conocer al país y su pueblo era un sueño mío de mucho tiempo”.

No ha asistido mucho público al festival y eso ha sido en parte por problemas de divulgación, pero creo que también se debe a desconocimiento y, además, la competencia de otros medios audiovisuales…

“Sí, es cierto que no son películas comerciales, pero aún así en Italia cuando se proyectó en los años 70 Investigación sobre un ciudadano… o si no Giordano Bruno, los cines se llenaban…

“Pero aun así, aquí y en Italia, ocurre igual por el bombardeo de la llamada industria cultural, el cine de los efectos especiales, el cambio cultural del consumo debido a que es un cine que no induce a pensar, sino un cine de disipación y escape”.

¿Qué impresión se lleva Giovanna Volonté de Cuba y de los cubanos?

“Bueno, aunque he pasado pocos días acá, tuve la fortuna de vivir situaciones notablemente diversas, como visitar la Escuela de Cine en La Habana, comunidades en el Escambray, la Escuela de Artes Plásticas de Trinidad, museos  y otros sitios, y me llevo una visión cardinal, positiva, del país y su gente”.

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

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