Trinidad: Una vivienda revela su historia (+fotos)

La vivienda, nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos, es un ejemplo de cuánto puede lograr la propia familia en el empeño de preservar el contexto histórico en que vive. En la vivienda de la calle José Martí, número 263, no solo sobrevive la opulencia de la

El trabajo de la familia ha sido vital en la preservación de los valores arquitectónicos y patrimoniales de la vivienda.La vivienda, nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos, es un ejemplo de cuánto puede lograr la propia familia en el empeño de preservar el contexto histórico en que vive.

En la vivienda de la calle José Martí, número 263, no solo sobrevive la opulencia de la antigua aristocracia trinitaria, también la hidalguía de un apellido que ha preservado el patrimonio familiar, de toda una ciudad.

De su madre heredó Ana Sofía Lemes Mauri el apego por cada rincón de la impresionante casona, adquirida por su abuelo en 1925 y que hoy comparte con sus hijos y sus nietos.

“Ella siempre me contaba historias de la casa, de los cambios que le hizo su padre, de los materiales que empleó; siempre me enseño a valorarla y por supuesto le he inculcado las mismas ideas a mis hijos, por eso se conserva como patrimonio de la familia”

Esta vivienda trinitaria es nominada al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos.El inmueble, nominado al Premio Nacional de Conservación y Restauración de Monumentos, constituye fiel exponente de la vida doméstica en la que se desenvolvía la burguesía criolla del siglo 18: espaciosa, de tejado alto, de grandes ventanales, numerosas habitaciones y un precioso patio interior.

La vivienda se ubica en una de las arterias citadinas más importantes y ha sido testigo de la constancia de una familia para preservar sus valores arquitectónicos y patrimoniales: “No resulta fácil la conservación de este inmueble pues siempre se ha respetado cada detalle de original, incluso a pesar de que algunos materiales son escasos y caros, pero es una deuda con mi madre, con su abuelo, con nuestro apellido”, confiesa la descendiente de los Mauri.

El inmueble constituye fiel exponente de la vida doméstica en la que se desenvolvía la burguesía criolla del siglo 18.En uno de los espacios más queridos de la casa; luego en el típico patio colonial, Ana Sofía agradece también la asesoría de los especialistas de la Oficina del Conservador de la Ciudad y el Valle de los Ingenios, quienes están al tanto de cada nuevo trabajo, por que “todavía queda mucho por mejorar en nuestra casa”.

Los premios se darán a conocer el 18 de abril, día internacional de los Monumentos y Sitios; pero ya la nominación, al decir de los propietarios del inmueble, constituye reconocimiento y apremio para prodigarle nuevos mimos al siempre cautivador inmueble.

(tomado de Radio Trinidad)

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

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