Fuera del área de cobertura

Etecsa le comunicó a sus usuarios sobre la promoción “si recarga una tarjeta de 20 CUC duplicará su saldo a 40 CUC” y no garantizó la disponibilidad de tarjeta para que todos los interesados pudieran adquirirlas. No sé en otros lugares, al menos en Sancti Spíritus, los usuarios de Cubacel

En la ciudad de Sancti Spíritus hubo tarjetas de 20 CUC solo los días 15 y 16, escribió un lector a Escambray.Etecsa le comunicó a sus usuarios sobre la promoción “si recarga una tarjeta de 20 CUC duplicará su saldo a 40 CUC” y no garantizó la disponibilidad de tarjeta para que todos los interesados pudieran adquirirlas.

No sé en otros lugares, al menos en Sancti Spíritus, los usuarios de Cubacel debían ser agentes de seguridad y protección —para apostarse en cada punto de venta desde el mismo día del anuncio— o cartománticos para saber desde mucho antes que la más reciente promoción de Etecsa era solo un amago.

El mensaje, que debió llegar a las 82 000 líneas de celulares que aproximadamente se han activado en la provincia, informaba: “Del 15 al 19 de abril si recarga una tarjeta de 20 CUC duplicará su saldo a 40 CUC” y como única advertencia: oferta válida solo para tarjeta de 20 CUC. El texto no aclaraba, sin embargo, que las colas serían interminables —aunque puede presumirse de antemano—; que las tarjetas se agotarían en poco más de 24 horas en casi todos los puntos de venta existentes en la provincia; que, como siempre, la demanda se quedaría sin oferta; que alrededor del 9.8 por ciento de los usuarios podría recibir los beneficios.

Pero a nadie en su sano juicio hubiese podido caberle en la cabeza dichos supuestos; de lo contrario, las opiniones de los clientes no habrían congestionado desde los locales de venta hasta los oídos de este órgano de prensa. El 17 de abril pasado la misiva de Jesús Cuéllar, residente en la cabecera provincial, ponía en altavoz la interrogante de muchos otros.

“Específicamente en la ciudad de Sancti Spíritus —escribía el lector— hubo tarjetas de 20 CUC solo los días 15 y 16, los restantes días no había tarjeta en ninguna parte; es decir, el 60 por ciento del tiempo de promoción no había disponibilidad de tarjetas. Yo personalmente me pregunto, ¿por qué esta empresa le comunicó a sus usuarios sobre la promoción y no garantizó la disponibilidad de tarjeta para que todos los interesados pudieran adquirirlas?”.

Con similares inquietudes en línea Escambray buscó respuestas. Del otro lado del auricular, Acelia María González Lorenzo, jefa del departamento que atiende la telefonía móvil, esclareció dudas: “Se abastecieron los 16 puntos de venta para enfrentar la promoción, pero fue insuficiente. Había 8 022 tarjetas, las cuales se distribuyeron en todo el territorio, pero al segundo día prácticamente se agotaron. En ello tuvieron gran incidencia los agentes de telecomunicaciones, quienes sacaron provecho para realizar su trabajo de venta de tarjetas —uno de los servicios que brindan— y a ellos se les vendió la cantidad que solicitaban. El expendio a la población se reguló: una tarjeta por persona”.

Si antes de escribir los primeros caracteres de texto Etecsa sabía que no habría respaldo posible para la demanda en ninguna parte de la isla; si no existía otro modo de duplicar el saldo que mediante los codiciados cupones; si desembolsar 500 pesos para hablar por el móvil es un lujo que pueden darse pocos; si tampoco existe otro mercado para abastecer a cuentapropistas y al resto de los usuarios; si demasiado caro cuesta aquí la telefonía más barata en el resto del mundo…, ¿por qué no alertar a los clientes? ¿Por qué no restringir el plazo de la promoción a la duración de las tarjetas en los puntos de venta? ¿Por qué se permite una oferta sin respaldo?

Es un síntoma recurrente —no solo de Etecsa—: el desamparo a la demanda. Como si las escaseces todas no les abrieran las puertas a las reventas; como si se pudiesen ampliar los servicios sin un sustento tecnológico coherente; como si se pudiese promocionar cualquier oferta sin un estudio de mercado cuanto menos, sin un respaldo económico cuanto más; como si la improvisación no estuviese cansada de tendernos zancadillas.

Dayamis Sotolongo

Texto de Dayamis Sotolongo
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas sociales.

3 comentarios

  1. Excelente articulo, espero el ministerio de comunicaciones de una respuesta, pero no explicativa con justificaciones, sino que repare el daño relanzando la oferta con la existencia de las tarjetas, es la única manera de que los clientes y el pueblo espesemos a cambiar tan mala opinión de nuestra única empresa de servicios telefónicos.

  2. todo eso pasa por la incompetencia , si etecsa tuviera que competir en su mercado donde los usuario(clientes) tuvieran diferentes opciones, con varios fallos de estos pasarían a la historia,además tendrian que adecuar sus elevados precios.

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