Manías tóxicas

El alcohol protagoniza la actual concepción de fiesta de los jóvenes, donde no pocas veces “se baja” al compás de otras. Me he peleado a golpes con mi padre. He perdido el cariño de mi mamá. Ninguna mujer me hace caso. Cada vez me siento más despreciable. He llegado a

Los jóvenes constituyen los más vulnerables ante las drogas.  El alcohol protagoniza la actual concepción de fiesta de los jóvenes, donde no pocas veces “se baja” al compás de otras.

Me he peleado a golpes con mi padre. He perdido el cariño de mi mamá. Ninguna mujer me hace caso. Cada vez me siento más despreciable. He llegado a pensar en el suicidio. El consumo siempre me produce una gran culpabilidad. Me siento un esclavo…

¿Fábula?: vida real. El grillete de la adicción sangra en tobillo propio, familiar o amigo. ¿Los más vulnerables?: la adolescencia y la juventud. El uso experimental, intermitente y recreativo de las drogas deviene la más tentadora carnada.

LA TRAMPA DEL PRIMER PASO

Según estudiosos cubanos, las edades del debut son cada vez menores en concordancia con la tendencia mundial: de 12 a 15 años y de 16 a 20, segmento poblacional mayormente expuesto.

(…) Mis complejos nacieron al sentir que no comprendían que mis problemas en el estudio no dependían de mi esfuerzo. Perdí el cariño de mis padres y con la gordura me perdí el cariño a mí mismo…

Entre los porqués: uno de los grupos etarios más impactados por el período especial, rasgos de pobre autoestima, rebeldías, impulsividad y búsqueda de aceptación e independencia, según explica el psiquiatra Ricardo González Menéndez en el libro Toxicomanías y adolescencia. Realidades y consecuencias.

Paradójico. ¿Por qué recurrir a una conducta que coarta la libertad en la etapa de la vida donde este valor social es más preciado?

¿Acaso es lógico superar la dependencia parental y subyugarse a la botella, una rama disecada, ese polvo hediondo o un puñado de pastillas? ¿Canjear la vida por minutos de enajenación artificial?

El Centro de Orientación para Jóvenes Adolescentes y la Familia (COJAF) en Sancti Spíritus registra casi 2 millares de casos atendidos por consumo de drogas desde el pasado año a la fecha.

El psicólogo Rafael Wert apunta: “Para muchos, los adolescentes y jóvenes no tienen el mayor problema porque no son los que más mueren, pero es donde se empieza. Lamentablemente, el condicionamiento social sugiere que sin ron la fiesta no está completa y muchas veces ese es solo el inicio”.

La bebida alcohólica —droga modelo, mitificada como inofensiva y menos dañina— suele estrenar dependencias y abrir puertas a psicofármacos y píldoras de prescripción médica, marihuana, crack o cocaína, “aun cuando los índices de consumo en Cuba durante las últimas dos décadas son muy bajos”, enfatiza María Soledad Sóñora Cabaleiro en el artículo “Jóvenes y drogas: ¿una relación inevitable?”.

El policonsumo constituye una problemática relativamente nueva en el entorno cubano y junto a drogas legales —tabaco y alcohol— emergen compuestos tóxicos, pero más reducidos que en otros contextos. Estas sustancias, fiscalizadas y controladas internacional y nacionalmente, pueden combinarse para potenciar los efectos de la droga principal o en situaciones de falta de disponibilidad.

Sóñora Cabaleiro atañe el incremento de consumidores en nuestro país al incipiente mercado negro, la apertura al turismo, las redes ilícitas de tráfico internacional, la situación geográfica de la isla que la hace diana de corredores aéreos y marítimos dirigidos a Europa y Estados Unidos, además de la accesibilidad de algunas drogas, sobre todo de medicamentos.

El bajo costo y la percepción de que no es ilícito explican el nivel de acceso a los fármacos. Además, no dejan olor característico, son fáciles de portar, más difíciles de detectar y menos complicado conseguirlos, pese al estricto control del Ministerio de Salud Pública.

“Voy a ser más popular”, “Así pienso mejor”, “Me activa”, “Me pone sabroso”, “Solo una probadita”, “Quiero saber qué se siente”, “Todo el mundo lo hace”, “Me ayuda a romper el hielo”… Tan disímiles son los impulsos iniciales, como las motivaciones y condicionantes.

Tengo todos los complejos que pueden existir. Soy un bicho raro y la oveja negra de mi casa. Soy un cobarde…

Desinhibirse, sobreponerse a la timidez y facilitar el contacto social, depresión, estilos evasivos para afrontar la cotidianidad, exclusión, sentimientos de soledad, necesidad de afecto o sensación de desamparo, desmotivación, conflictos en la familia, la escuela o el trabajo y fracasos amorosos emergen entre los motivos.

La Organización Mundial de la Salud resalta otras causas: satisfacer la curiosidad, sensación de pertenecer al grupo y de ser aceptado, obtener experiencias placenteras, emocionantes, nuevas o peligrosas y escapar a las situaciones angustiosas de la vida.   

Mientras me sienta solo y rechazado, ¿para qué cambiar? Pienso que no hay solución, soy realmente de mala calidad…

También median factores sociales como residir en espacios urbanos y el predominio de conceptos éticos débiles o ausentes. Aunque, el perfil del toxicómano, junto a los patrones de consumo han variado y resultan heterogéneos.

El texto Lecturas de la realidad juvenil cubana a principios del siglo XXI detalla: “Se ha incrementado la participación del sexo femenino y la droga tiene mayor presencia en los espacios de ocio y tiempo libre de los jóvenes si se compara con el modelo de recreación predominante en décadas anteriores.

“Es más frecuente el consumo colectivo, no en solitario, lo habitual es que se comparta la droga entre varias personas (conocidos, amigos, pareja, familiares…) en parques, centros nocturnos, fiestas privadas y públicas, pocas veces en la casa”.

¿Se trata de malhechores? El doctor Ricardo González Menéndez despeja: “Ni todos los farmacodependientes son delincuentes ni todos los que delinquen abusan de las drogas. Que son melenudos, sucios, hippies, promiscuos y no trabajan es un mito. Dicho perfil se adapta pocas veces a la vida de estas personas”.

RETRATO DE UN DROGODEPENDIENTE

Todo el dinero lo utilizo en drogas. Tengo mal aliento, he perdido algunos dientes, mi encía está dañada, tengo menos potencia sexual, corro riesgos de infartos o hemorragias. Puedo morirme…

Por lo general, el consumo ocasional pasa inadvertido. Los signos físicos y psicológicos aparecen más tarde: irritación de los ojos, pérdida de peso, fatigas o hiperactividad, dolor de cabeza, temblores, trastornos en la conducta, cambios de humor (tensión y nerviosismo, euforia, irritabilidad, inquietud), alucinaciones, insomnio, conflictos interpersonales, problemas financieros y legales, indiferencia o desinterés por las actividades cotidianas, incluida la sexual.

Entre otras señales figuran los restos de hierbas en bolsillos, la disminución del rendimiento escolar o laboral, los cambios en horarios habituales, la desaparición del dinero, de objetos de valor, medicinas o recetas pertenecientes a otros miembros de la familia.

Quisiera haber nacido inteligente y con un cuerpo distinto, lo que no haría sería probar otra vez la maldita droga. Me hace robar y quedar en ridículo. Ahora me doy cuenta de que no es divertida…

Lejos de animarnos y pasarla bien con amigos, los efectos tras drogarse aguan la fiesta con náuseas, vómitos, agresividad e ideas paranoides. Falta de coordinación y concentración, pérdida de memoria o dificultad para hablar constituyen algunas sensaciones desagradables. En verdad, la imagen proyectada tras consumirlos no responde a cómo nos gustaría mostrarnos ante los demás.

¿A quiénes has dañado?

A mis padres, a mi abuelita, a mis hermanas, a las personas que he estafado… A mí, más que a nadie.

¿Minas de contacto o riesgos de consumo a evitar?

Los lugares donde se reúnen consumidores o vendedores, llevar prendas que puedan ser cambiadas por droga, el tener mucho dinero en el bolsillo, la ropa o la música que acostumbraba a usar mientras consumía, la hora de la noche en que solía hacerlo y escuchar conversaciones sobre ese tema.  

VIDA DESINTOXICADA

Si salgo de esto tendré dinero para usarlo en cosas positivas, me sentiré con un aliento limpio, recuperaré mi potencia sexual, superaré mis complejos, pues la droga lo que ha hecho es aumentarlos…

¿Cómo protegernos de este mal? Evitar ser blanco de manipulaciones, rechazar la presión e influencias de amistades y exigir respeto por la decisión de no consumir y hacer lo conveniente para nuestra salud y bienestar deviene un potente escudo.

Los entendidos mencionan, además, poseer autoestima elevada, seguridad y confianza en sí mismo para afrontar conflictos; definir metas y proyectos de vida y trabajar para lograrlos; tener amplitud de intereses, buenas relaciones interpersonales, capacidad de comunicarnos de modo efectivo, sentido de la responsabilidad ante el cuidado propio y el de los demás y saludable estilo de vida.

Podré desarrollar mi físico y superar la obesidad, le devolveré la tranquilidad a mi familia, dejaré atrás este egoísmo. Mejorará mi suerte con las mujeres y demostraré que no soy un inútil…

La droga no recrea, es un falso concepto. Existen mejores modos de distraerse, sobre todo en este período de vacaciones: el cine, el teatro, un concierto, la playa, el campismo, una excursión, practicar deportes, escuchar la música preferida y compartir intereses, vivencias o aficiones en sanos espacios.

El sistema de salud cubano cuenta con una amplia red asistencial y la Línea Confidencial Antidrogas (103) para consejería telefónica. Desde la política social y legislativa el país ha instrumentado estrategias cuyos propósitos se encaminan a la prevención, el tratamiento de consumidores y el enfrentamiento al tráfico interno.

La faena preventiva no constituye una acción puntual, sino una labor educativa permanente desde lo comunitario. Formar sujetos críticos y responsables, con valores, actitudes y habilidades sociales, promover sanos hábitos de vida y proyectos enriquecedores sortearán esta tristemente repetida historia de cataclismo individual y familiar, de atadura y sujeción.

Cuando venza la droga dejaré de sentirme un perdedor. Habré demostrado que no soy un cobarde.

Tamara Rendón Portelles

Texto de Tamara Rendón Portelles

3 comentarios

  1. Noel Ascanio Montero

    El consumo desmedido y no controlado de las drogas, de todo tipo, es un elemnto negativo para el buen desenvolvimiento social y politico-económico de nuestro país, ya que ello incide negativamente en el comportamiento social y en la calidad de vida de nuestros habitantes.El índice de consumo social de las denominadas drogas legales o admitidas son también un aspecto del grado de desarrollo que se alcanza y causa principal de muchas de las afectaciones de la salud, la economía y la política que se implementa en cada sitio cubano.La prevención es la mejor arma para combatir los excesos y las tendencia negativas de algunos individuos o grupos de individuos que intentan transgredir las normasd legales de convivencia.Queda mucho por hacer pero no estmos en cero, lo que se necesita es la unidad de acción y un clima soiopolítico favorable para que nadie quede fuera del debate las soluciones.

  2. Gracias por su opinión, su historia puede prevenir y alertar a muchos.

  3. Se de que habla,periodista, porque fui borracho .El alcoholismo es una enfermedad que destruye al enfermo y a todos en contacto con el.El día que deje de beber y fumar fue el primero en que realmente fui libre.Jamas agradeceré lo suficiente a Dios por darme la fuerza suficiente para dejar la adicción Hoy siento vergüenza por las personas que afecté con en vicio.

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