Apetito en Cuchara

El suelo y la rotación de cultivos componen la estrategia productiva en las áreas de la CCS espirituana Julio Calviño. El apetito productivo de los integrantes de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Julio Calviño parece afincarse en las buenas prácticas de ocupar el suelo y rotar cultivos abrazando

“El campo es para quien quiera trabajar”, define Melchor Entenza.El suelo y la rotación de cultivos componen la estrategia productiva en las áreas de la CCS espirituana Julio Calviño.

El apetito productivo de los integrantes de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Julio Calviño parece afincarse en las buenas prácticas de ocupar el suelo y rotar cultivos abrazando la diversificación, todo lo cual lleva a la base campesina a situarse, junto a la CCS El Granma, como las primeras del municipio de Sancti Spíritus que aportan los 100 000 quintales de granos, viandas y hortalizas.

Dispersa por zonas agrícolas al sur del territorio, la Julio Calviño tiene importantes concentraciones productivas en lugares como Cuchara y Los Limpios, a la vez que la entrega de tierra en usufructo constituye otra vertiente que ha incrementado las producciones, particularmente, la leche.

Antes de ponerse en vigor el Decreto-Ley No. 259 la cooperativa acopiaba unos 49 000 litros y ahora, con la incorporación de usufructuarios, nos acercamos a los 130 000, expresa Ariel Terry Sarosa, presidente de la CCS.

“Llevo tres años de usufructuario dedicado a la ganadería, esta área estaba perdida y me fajé duro con el marabú; ya en el 2014 entregué a la industria más de 2 000 litros de leche. La tradición proviene de la familia y trabajo con mi papá, no hay muchas fincas por ahí donde se mantengan juntos padre e hijo”, relata Ángel Enrique Valdés.

FINCA DE REFERENCIA

“Esto era un marabuzal grande”, aclara Abel Treto Hernández para ilustrar como estaba hasta hace poco el suelo que hoy explota en la zona de Cuchara.

“Cuando nos fajamos con el marabú con equipos medianos no se podía, tuvimos que buscar un Komatsu, pero el sacrificio valía la pena porque es una tierra muy fértil y ahí están los resultados: cumplí el pasado año el plan de cebolla para la sustitución de importaciones, a pesar de la mala semilla y de que no fue un año bueno; aporté 200 quintales de granos y en la leche ando por los

13 000 litros”.

La finca de Abel Treto clasifica entre las mejores de la cooperativa por la diversificación y los niveles productivos; además, allí cuelga otro aval: Referencia nacional en el movimiento de la Agricultura Urbana.

“Los tractores de nosotros son remendados y en la maquinaria estamos flojos”, asegura el campesino. Sin embargo, la búsqueda de soluciones propias lo llevó a adaptar una fumigadora al tractor

—anteriormente la movía con bueyes—, avance que le ha multiplicado la productividad en esa labor.

“El campo da resultados, pero hay que sacrificarse; salgo de mi casa de madrugada y regreso en la noche, luego los vecinos me preguntan: ‘¿Dónde estabas?’, es que no me ven, porque la finca lleva mucha permanencia”.

JÓVENES EN EL SURCO

A los 27 años Melchor Entenza se considera un aprendiz de la tierra, mas las mejores notas las obtiene en el cultivo de cebolla, con una experiencia de cuatro cosechas en la zona de Los Limpios.

“En la cebolla te pasas la vida aprendiendo, es muy exigente y eso obliga a la capacitación constante porque en estos tiempos de tantos contrastes en el clima hay que acudir mucho a la ciencia y la técnica.

“El campo no es cuestión de edad, es para quien quiera trabajar y se requiere un poquito de cada cosa, de lo tradicional, de las viejas mañas, y también de nuevos conocimientos”.

Entre los 246 asociados a la CCS, 21 son jóvenes, cifra que, si bien es pequeña de cara al envejecimiento de una parte de los cooperativistas, abre un camino para la continuidad productiva de una de las bases campesinas más antiguas de la provincia, pues fue creada en 1968.

A la singularidad de ser la única CCS del territorio insertada en la producción de miel, con aportes en el 2014 —según la presidencia de la cooperativa—, cercanos a las 70 toneladas, la Julio Calviño arrastra un contratiempo en el poco alcance del riego de agua, debilidad que el joven Entenza sentencia en una frase: “Si el agua no ayuda, no puedes sembrar casi nada”.

Lograr en tales condiciones altos niveles de producción, dice mucho del apego a la tierra de esos hombres.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *