Pollos de Agua Fría ascienden el lomerío fomentense

En la granja avícola de Fomento producen aves para repoblar las zonas del Plan Turquino. Una raza más resistente, los montañeses, se obtiene en dicho centro En la zona conocida como Agua Fría, a unos 2 kilómetros de la cabecera municipal de Fomento funciona, desde hace 26 años, una de

En la granja avícola de Fomento producen aves para repoblar las zonas del Plan Turquino. Una raza más resistente, los montañeses, se obtiene en dicho centro

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La crianza de pollos semirrústicos garantiza el reemplazo de aves en el lomerío.(Foto: Vicente Brito/ Escambray)

En la zona conocida como Agua Fría, a unos 2 kilómetros de la cabecera municipal de Fomento funciona, desde hace 26 años, una de las dos granjas que en la provincia se destinan a la producción de aves y la única que se encarga de reproducir pollos de los conocidos como montañeses, para repoblar las distintas fincas, estatales o privadas, del Plan Turquino.

Se trata de una Unidad Empresarial de Base perteneciente a la Empresa Avícola Provincial, donde se realiza el ciclo de reproducción completo, es decir, desde la obtención del huevo hasta el nacimiento de los polluelos por métodos artificiales, para luego incorporar a la crianza los mejores ejemplares.

Un colectivo de trabajadores experto en el manejo de las aves, que en condiciones de rusticidad garantizan cada año la producción de más de 300 000 huevos y el nacimiento de unos 160 000 pollitos, pero también logran su propio reemplazo, lo que les permite completar el período de desarrollo en el propio centro.

DE LA NAVE A LA INCUBADORA

Adelfa Marrero Bonachea, especialista en actividades pecuarias y veterinarias, trabaja sin descanso en una de las dos naves destinadas a la reproducción. Allí cientos de aves, a razón de 10 pollonas por gallo, conviven por espacio de un año, el tiempo recomendado para que las reproductoras rindan sus frutos y comience un nuevo período de producción.

“Desde que llegamos a la UEB, alrededor de las siete de la mañana, hasta que salimos pasadas las cuatro de la tarde, no hay espacios disponibles —refiere Adelfa— porque los animales requieren de atenciones muy específicas: el agua, la alimentación, la recogida de huevos y la observación constante para determinar cualquier variación en su estado físico, en fin, aquí somos sus centinelas”.

En la nave continúa otro compañero revisa los comederos, coloca calcio o se ocupa de organizar el área, pues, aunque las aves crecen en condiciones de rusticidad, no pueden carecer de los nutrientes necesarios; de lo contrario, se atrasan en su desarrollo y posterior reproducción.

Arlier Álvarez Benítez, jefe de la Brigada de Servicio, explica por qué se les dice montañeses a estos animales de plumaje rojizo y fisonomía fuerte y es que la variedad surge a partir del cruzamiento del pollo criollo con el denominado campero, buscando una mayor resistencia a las enfermedades, mejor adaptación al medio y el doble propósito, de obtener en un mismo animal, carne y huevo.

“Nosotros nos encargamos de organizar el trabajo, desde las naves de cría hasta la incubadora donde se llevan los huevos seleccionados, pero también salimos con las cajas cargadas de pollitos recién nacidos a efectuar la venta por las zonas del lomerío, antes acudíamos también a las Ferias Agropecuarias que se desarrollan en las cabeceras municipales, pero desde que apareció en el país el brote de fiebre aviar, la dirección de Medicina Veterinaria prohibió extender la comercialización a las áreas urbanas”, dice Arlier.

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Con mucho cuidado se acopian y seleccionan los huevos que luego irán a la incubadora. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

 UNA INVERSIÓN NECESARIA

Desde diciembre del pasado año en la granja avícola de Agua Fría se desmantelan las naves que poco a poco recuperarán su estructura, como parte de una inversión capital que, para este año, cuenta con un presupuesto equivalente a 128 000 pesos y se ejecuta por parte de una brigada de trabajadores de la Empresa Flora y Fauna del municipio.

Yordanys Correa García, especialista en Contabilidad del centro, explica: “Estamos empleando a los propios obreros para desmantelar las naves y dejándoles solo a los reparadores las labores constructivas, ya tenemos en el centro una buena parte de los recursos y la madera la traen los de Flora y Fauna, el objetivo es tratar de concluir la reparación, en el menor tiempo posible, para comenzar de inmediato con la crianza de los animales.

“Pero nosotros no dejamos de producir —explica Yordanys—  aunque sí disminuimos este año las cantidades de huevo y los nacimientos, debido a estas mismas acciones constructivas, que incluirán la totalidad de las instalaciones, desde las naves de reproducción, las de inicio y reemplazo, hasta la planta de incubación y el filtro sanitario”.

Lejos del bullicio citadino, en medio de un campo agreste por las propias condiciones del clima que impone largos períodos de sequía, se siente una perenne sinfonía, son las aves de Agua Fría, la granja que los cría en grandes cantidades. Allí, en los aposentos, de piso de tierra y techo de fibrocemento, están también los obreros, que los cuidan todo el tiempo hasta verlos partir rumbo al lomerío para que continúen reproduciéndose.

Xiomara Alsina

Texto de Xiomara Alsina
Reportera de Escambray por más de dos décadas. Especializada en temas socioeconómicos.

Comentario

  1. Existe actualmente ese criadero?

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