Bicicleta eléctrica sin batería

No dice dónde la compró, pero todo parece indicar que fue en una provincia vecina. El caso es que Walter Hostrono Camacho, con domicilio en Agramonte No. 89 Altos B, entre República y Libertad, Cabaiguán, no sabe qué hacer desde que, a pocos meses de haberla adquirido, su bicicleta eléctrica

No dice dónde la compró, pero todo parece indicar que fue en una provincia vecina. El caso es que Walter Hostrono Camacho, con domicilio en Agramonte No. 89 Altos B, entre República y Libertad, Cabaiguán, no sabe qué hacer desde que, a pocos meses de haberla adquirido, su bicicleta eléctrica se quedó sin baterías.

“Fue comprada el 13 de septiembre del 2016 y las baterías solo duraron unos meses; desde entonces no he podido encontrar otras nuevas. ¿Cómo es posible que un artículo que costó 17 000 CUP esté inservible por no existir ese otro producto sin el cual no anda?”, refiere. Más adelante, se duele de que en septiembre del presente año vendieron las susodichas baterías en Santa Clara y en Cienfuegos, pero tenían defectos y se expendían sin garantía.

“Cuestan más de 4 000 pesos, ¿cómo pueden comercializarlas sin garantía?, eso va en contra del consumidor”, reflexiona Walter y agrega: “Para más dificultad, en Sancti Spíritus no hay asignación de ese renglón, por lo que un propietario de esa clase de bicicletas tiene que ir a comprarlo a otras provincias. Espero que se analice este planteamiento”.

Escambray contactó con Melvin Ruiz Núñez, gerente comercial de la Sucursal Cimex Sancti Spíritus, quien explicó que tanto las bicicletas —ensambladas en la fábrica Minerva de Santa Clara— como las baterías para estas se comercializan solo en las tiendas minoristas de la División Automotriz, con la que no se cuenta en este territorio, pero sí en Villa Clara y Cienfuegos.

A través de Angiolina Coca, especialista comercial en Atención al Cliente de la cadena de tiendas Caribe, pudimos establecer, además, que en dichos comercios tampoco se han expendido en los últimos años ciclos o acumuladores de los referidos por el lector. “Tuvimos una queja de alguien que podría ser ese mismo cliente; había adquirido la bicicleta en Santa Clara”.

“Por lo que supimos al llamar allá —detalló Angiolina—, atendían reclamaciones de garantía solo del territorio provincial y, según dijeron, habían advertido eso al venderlas. Es una pena, porque se trata de un producto caro y en tal caso el interesado se habría quedado desprotegido”, comentó la especialista, que aclaró el carácter nacional de las garantías cuando se trata de equipos electrodomésticos o enseres menores.

Al radicar la tienda fuera de la provincia, las consideraciones de Escambray podrían no tener el mismo alcance de utilidad para el lector que si se tratase de territorio espirituano. Queda la moraleja: antes de comprar, debe indagarse bien todo lo relativo a la garantía. Queda también el deseo de suerte al remitente que confió en nosotros para encauzar su inquietud.

QUEJA SOBRE CHOFER DE LA RUTA 4

Con la exhortación de que se analice a profundidad el funcionamiento y grado de beneficio al pueblo de la ruta No. 4 de ómnibus locales, en Sancti Spíritus, termina su misiva la lectora Elena Companioni Márquez, residente en Edificio No. 5, Apartamento 11, Ampliación de Olivos II.

En calidad de madre preocupada, cuenta que el pasado 8 de octubre el chofer del ómnibus 758 no se detuvo en la parada del antes Politécnico de la Salud y hoy edificio docente de la Universidad de Ciencias Médicas, a pesar de haber en ella varias personas esperando. “Llegué allí a las 6:45 a.m. con el interés de llevar a mi niño a la escuela primaria Obdulio Morales, donde estudia. Había también otra niña con ese destino, pero cuando a las 7:20 a.m. se acercó la guagua, pasó sin recoger a nadie”, rememora.

Al llamar a la Base de Ómnibus Provinciales para quejarse, escribe, le respondieron con una pregunta: ¿Estaba muy lleno el carro? Elena considera una insensibilidad el no reparar en los escolares que viajan, máxime en fecha tan señalada para ellos. La muestra de que se podía la escribe en su carta. “(…) apareció un carro de refuerzo colmado de personas hasta la misma puerta, pero con un chofer responsable; hizo su parada y los pasajeros se acomodaron, por lo que pudimos, apretaditos, subir”.

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

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