Liudmila tendrá nueva casa

Vecina de la calle Respiro No. 32, en Guasimal, Liudmila Tamayo Portieles vio el techo de su vivienda seriamente afectado, primero por el huracán Irma —en septiembre del 2017— y luego por las intensas lluvias asociadas a la tormenta subtropical Alberto, en mayo del 2018. Según narraba en su carta,

Vecina de la calle Respiro No. 32, en Guasimal, Liudmila Tamayo Portieles vio el techo de su vivienda seriamente afectado, primero por el huracán Irma —en septiembre del 2017— y luego por las intensas lluvias asociadas a la tormenta subtropical Alberto, en mayo del 2018.

Según narraba en su carta, realizó numerosos trámites y gestiones para lograr que la ayudaran a reponer la cubierta, y en algunos casos recibió, según cuenta, respuestas agrias. Expone que hasta llegó a instalarse con sus tres hijos, de manera ilegal, en la Casa de la Cultura local, de donde fue conminada a salir. Luego ocupó una casa a modo de préstamo, pero al momento de escribirnos ya a la propietaria le urgía que se la devolvieran y ella no sabía a qué atenerse.

Escambray tramitó el caso con Maiquel Enrique Navarro, vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Sancti Spíritus, y con Claudio Rodríguez Amador, director municipal de la Vivienda. Por medio de ellos conoció que, tras múltiples intercambios y encuentros, así como propuestas para el terreno donde se ejecutaría la obra, la vivienda de Liudmila fue aprobada, como una nueva construcción, para el plan estatal del 2019.

“No salió antes porque hubo déficit de materiales”, aclararon, y agregaron que en dicha decisión se tomaron en cuenta las particularidades del caso y la imposibilidad de levantarla en el mismo lugar. También apuntaron que la remitente no vive sola con sus hijos, sino con su esposo y hermana.

CASA AVERIADA EN LA TRINCHERA

Una cañada cuyos líquidos deberían correr por un costado de su casa, pero que no fluyen debido a la tupición en el tubo de salida, es la causa de que la vivienda de María Antonia Jiménez Borrell se encuentre seriamente averiada.

Residente en la comunidad de La Trinchera, de la cabecera provincial, y trabajadora del Instituto Politécnico Armando de la Rosa, cuenta que es madre soltera de un adolescente y no puede costear los trabajos. Al parecer, está tupida la alcantarilla que atraviesa el vial. “Vivo justamente donde termina la carretera asfaltada. Mi casa ya no tiene piso, el baño se me está cayendo y las paredes se me están separando”, refiere en su manuscrito a Escambray.

Según cuenta, notificó el asunto al delegado del Poder Popular de su Circunscripción, a las oficinas de Atención a la Población del Gobierno y del PCC Municipal, a los directores de Acueducto y Alcantarillado y de Servicios Comunales, a un vicepresidente de la Asamblea y al Vicepresidente del Consejo de la Administración Municipal, todo durante el pasado año, sin que nada cambiara.

Al ser abordado sobre el particular, Maiquel Enrique Navarro, vicepresidente, reconoció que no se le dio el debido seguimiento al problema al dejar él de atender la actividad de Seguridad Vial, que ahora está en manos de otra persona.

Quedó aclarado que el tramo de vía, denominado Carretera Central-Trinchera-Feldespato, de 1.1 kilómetro de longitud, es de interés específico del Micons, por encontrarse cerca de allí una de sus fábricas. El asunto quedó, entonces, en manos de la Vicepresidenta que desde el pasado noviembre atiende el ramo.

Ojalá los males del hogar de María Antonia puedan ser enmendados una vez desobstruida la alcantarilla y erradicado el pantano. Falta saber si tendrá ella que costear los arreglos cuando no es la responsable de los daños.

Delia Proenza

Texto de Delia Proenza
Máster en Ciencias de la comunicación. Especializada en temas sociales. Responsable de la sección Cartas de los lectores.

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