Soluciones de monte adentro, la fórmula de Los Hatillos (+foto)

Una comunidad campesina del municipio espirituano de Taguasco prefiere buscar salidas a sus problemas cotidianos antes que ponerse a esperar por las nubes

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Mientras el delegado conduce la asamblea, Olibeisy deja constancia del debate en acta. Foto: Juan A. Borrego/ Escambray)
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Mientras el delegado conduce la asamblea, Olibeisy deja constancia del debate en acta. Foto: Juan A. Borrego/ Escambray)

Dicen que cuando la sequía del 2017, “la más perra que se recuerde en esta sabana”, se chupó todos los arroyos y todos los pozos y las vacas se comieron hasta la última cepa de plátano por tal de mitigar la sed, Bedelito Núñez logró durante meses hidratar la sitiería con un tractor y una pipa vieja sin cobrarles un centavo a los campesinos que la habitan.

Tal es la ética que aprendió este guajiro de Los Hatillos, un paraje confinado en el fondo de Taguasco, al noroeste de la presa Lebrije y a 35 minutos a caballo desde Tres Guanos —más o menos la capital sentimental de estos predios—, itinerario que, con el favor del tiempo y algunas mañas, ellos y sus bestias aprenden a cruzar con los ojos cerrados por más que se hayan tejido los marabuzales y estrechado los desfiladeros.

El trayecto se hace rutina para los mayores como Bedelito y hasta para los más jóvenes como Olibeisy Díaz, una adolescente de apenas 15 años que puede pastorear los carneros con un ojo y con el otro seguir las lecturas que requieren sus estudios de maestra primaria en la escuela Vladislav Volkov, de Tres Palmas.

Olibeisy fue centro de la más reciente asamblea de rendición de cuenta, celebrada a la sombra de un algarrobo que ha crecido justo en el patio de David Núñez, donde el delegado de la circunscripción, el joven campesino Liván Aguilera, plantó bandera y escudo y los vecinos, puntuales y perfumados, hicieron un alto y se sentaron en sus taburetes a las cuatro de la tarde a buscar soluciones a sus problemas.

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La gente de Los Hatillos aporta tantos alimentos como criterios al debate nacional. (Foto: Juan A. Borrego/ Escambray)

Además de ser la princesa de la zona, Olibeisy es quizás la estudiante más sacrificada en todo Sancti Spíritus: cuando sus compañeros están durmiendo, ya ella se levantó a las tres de la madrugada; cuando ya muchos llegaron a sus casas de pase y van para la discoteca, ella está todavía sobre el lomo de un caballo, y como si desafiar tal ruralidad fuera poca cosa, este curso la guagua de Transportes Escolares la está dejando en el entronque de Gómez Toro con el argumento de que “por un solo estudiante no puede entrar hasta Tres Guanos”.

De esta decisión, que parece un sinsentido aunque esté en 10 normativas; de la posibilidad de gestionar algún teléfono para aquellos montes, donde la cobertura celular no es buena, y de la necesidad de mejorar el camino “con el buldócer que tenemos acá”, se habló en la reunión de Los Hatillos, una asamblea virtuosa, donde los vecinos también fueron actualizados de las últimas medidas del bloqueo, que incluso se sienten allí mismo, y de las piruetas que hace Cuba por tal de evadirlas.

En medio de esta realidad, Liván, el delegado que amanece “halándole las tetas” a las ocho vacas que tiene en ordeño y se acuesta pensando en cómo resolver los asuntos pendientes, resaltó el apoyo que ha recibido de sus electores, los aportes del reciente plan asistencial, la estabilidad de la enfermera y la doctora  de la familia y en un aparte con Escambray reveló los progresos que ha logrado la zona en el enfrentamiento a los cuatreros que trafican con el ganado ajeno.

“Esta es una comunidad de gente muy trabajadora”, reconoce el presidente del Gobierno en el municipio, Alexis Reina, quien también tuvo que subirse a un caballo para llegar hasta la asamblea. “De esta cooperativa —la Rubén López— salen todos los años más de 160 000 litros de leche, más de 300 quintales de frijoles, mucho maíz y mucha carne vacuna”.

El know how para conseguir estos resultados no resulta un secreto de estado ni una invención de Los Hatillos. “La fórmula está en saber jalar la guataca —dice uno de los lugareños—, que es dañina para la cintura, pero muy buena para los frijoles”.

Juan Antonio Borrego

Texto de Juan Antonio Borrego
Director de Escambray desde 1997 hasta su fallecimiento el 4 de octubre de 2021 y corresponsal del diario Granma en Sancti Spíritus por más de dos décadas. Mereció el Premio Provincial de Periodismo por la Obra de la Vida Tomás Álvarez de los Ríos (2012) y otros importantes reconocimientos en certámenes provinciales y nacionales de la prensa.

Comentario

  1. Dejar a una niña lejos de su casa con tan burro pretexto,merece que las autoridades investiguen lo que hace el chófer con el combustible que le sobra por no transportar a la chica hasta su casa.. Personas de tan mal corazón lo merecen..

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