Máximo Gómez: ilustre jefe mambí (+fotos)

El desconocimiento de su jerarquía como General en Jefe del Ejército Libertador cubano no fue la única afrenta del mando estadounidense al más ilustre de los jefes y oficiales de nuestras guerras por la independencia

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En Narcisa, Yaguajay, por los días de las amargas notas en su Diario de Campaña.

La etapa final de la Guerra de 1895-1898 tras la intervención de Estados Unidos fue sumamente amarga para el General en Jefe del Ejército Libertador cubano, el dominicano Máximo Gómez Báez, a quien el mando de las tropas aliadas apenas apoyó, mientras el presidente McKinley le hizo promesas que tampoco cumplió en relación con suministros para sus fuerzas y el pueblo de la zona norte villareña, que se debatían en medio de la mayor miseria.

En lo que se nombra Páginas del Diario de Máximo Gómez, se plasma, sobre todo en los últimos meses de la contienda, la profunda contrariedad que siente el mayor guerrillero de América del siglo XIX ante los desplantes, ofensas y omisiones de los estadounidenses, que se iniciaron cuando, una vez rotas las hostilidades con España, en lugar de acudir a él para coordinar las acciones y establecer un plan conjunto de lucha, se dirigieron de manera unilateral al general Calixto García, en la zona oriental del país, desconociendo exprofeso su jerarquía. 

En fecha tan temprana como el 12 de mayo de 1898, a tres semanas de proclamar Washington el estado de guerra contra Madrid, Gómez refiere en su Diario, mientras permanece en tierras del Camagüey, la llegada del general Carrillo con Juan Joba, el comisionado que lo acompañó hasta Cayo Hueso.

“Todo ha salido bien —anota—. El Jefe aliado ofrece todos los recursos que podamos necesitar; en su consecuencia vuelvo a despachar enseguida —día 13— a Joba, con pliegos, pidiendo tres expediciones; dos para Las Villas y una que ha de ir a Camagüey para recoger la división de Torres; pues he mandado allí al General de División Mariano Torres a prepararla”.  

Pero pasan los días y nada recibe. El primero de junio le avisan de que el comisionado Joba, “que despaché el 5 de mayo en busca de la expedición ofrecida por el Almirante Sampson, ha llegado con ella a Punta Alegre”. Pero al final el oficial norteamericano que conduce la expedición se niega a desembarcar en el lugar y regresa con ella a Cayo Hueso.

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McKinley no cumplió ninguna de sus promesas al General en Jefe cubano.

El General en Jefe, su escolta y su Estado Mayor permanecen en Nauyú, esperando el plazo para ver si al fin desembarca el alijo, solo manteniéndose a base de frutas silvestres y sin alimento para los caballos por ser zona baja costera.

Por fin llega una expedición, pero por Palo Alto, al sur de Ciego de Ávila, y permanece con su tropa desde el 5 al 11 de junio en el acarreo de los recursos. Ironiza Gómez de que en 25 años de guerra en ayuda de los cubanos, es la primera expedición que recibe y en la que ha visto gran cantidad de parque. De nuevo el 18 de agosto se presentan Gómez y los suyos en Punta Alegre, a donde esta vez sí llegó la expedición, encabezada por el Brigadier Bernabé Boza. En esencia, trae muchos recursos de boca, pero poco o nada de medios militares.

Allí recibe la confirmación de la paz acordada entre España y Estados Unidos y el reconocimiento por este último de la independencia de Cuba. El Generalísimo se congratula a la vez que lamenta amargamente los destrozos, los sufrimientos y muertes ocasionados por la guerra: “Se ha firmado la paz, es cierto, pero también lo es que es una lástima que los hombres del Norte, largo tiempo indiferentes contemplaran el asesinato de un pueblo; noble, heroico y rico (…).

El 24 del propio mes recibe Gómez aviso de otra expedición llegada por las costas de Caibarién “y fue tan poca cosa que no vale la pena de ocuparse de eso”. Luego añade “Permanezco en esta zona en medio de un pueblo que se muere de hambre. Los españoles ocupan las poblaciones y los cubanos permanecemos aún por los campos  sin pan, ni más asilo que el que nos brindan los bosques. Es la situación más humilde, casi humillante a que se ha condenado este pueblo, noble y heroico”.

Es en estos días, durante su permanencia acampado en el central Narcisa, que Gómez gestiona por todos los medios a su alcance una ayuda que el todopoderoso amigo norteamericano no acaba de enviar: “Con tal motivo he remitido comisionado con pliego importante para La Habana al alcalde de Yaguajay R. Seiglie.

Sin haber recibido ayuda alguna, el 24 de septiembre, el Generalísimo envía a la capital al general Rafael Rodríguez, “a gestionar con la Comisión Americana la manera de cómo se remedia la situación de verdadera miseria, a que nos ha reducido la espera de la evacuación de la Isla por los españoles; así como ver la manera de cómo se arbitran recursos para el Cuartel General, cuando carecemos de todo”.

El 7 de octubre escribe que ha regresado de La Habana el general Rodríguez, quien “ha conseguido algunas provisiones y mil pesos en dinero, que no alcanza para nada”… Ante esa realidad, el General en Jefe decide enviar un pliego al mismísimo presidente McKinley, exponiéndole la situación: “Sale el oficial Conill el día 29 —de octubre—, con pliego para que sea entregado —a McKinley— por conducto de Tomás Estrada o Gonzalo de Quesada”.

Por fin, el 29 de noviembre regresa Conill, el comisionado que fue a Nueva York, y Gómez escribe: “El pliego que llevó según dispuse fue entregado al Presidente y tal parece que causó buena impresión; ofrece enviar comestibles para el pueblo cubano. Aún habrá que esperar y mientras tanto no sabemos de dónde sacaremos los recursos. Es pues la situación más apurada en que nos han colocado los Americanos”.

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Los norteamericanos solo desembarcaron en el sur oriental, cerca de Santiago de Cuba.

Pasan los días y el 8 de enero de 1899 concluyen las anotaciones del Generalísimo en su Diario con una acerba crítica a la ocupación norteamericana y a su gobierno por inmiscuirse en todos y cada uno de los actos de un país que dicen que han venido a —ayudar— a liberar.

En el último de los seis párrafos finales, apunta: “La situación, pues que se le ha creado a este Pueblo; de miseria material y de apenamiento, por estar cohibido en todos sus actos de soberanía, es cada día más aflictiva, y el día que termine tan extraña situación, es posible que no dejen los americanos aquí ni un adarme de simpatía”.

Nota: La ayuda estadounidense prometida por McKinley no llegó nunca al norte villareño, o al menos no consta en la prensa ni en documentos oficiales de la época.

Pastor Guzmán

Texto de Pastor Guzmán
Fundador del periódico Escambray. Máster en Estudios Sociales. Especializado en temas históricos e internacionales.

Comentario

  1. Máximo Gómez, desconocido como el ilustre Generalísimo al final de su vida, es una manera de tergiversar la historia dandole papeles preponderantes a los EU que en aquel momento solo escamotearon un triunfo a los cubanos y cuestión que la revolución como hecho histórico.puso en su lugar al igual que si figura. Hoy la historia es atacada por diferentes vías para su tergiversación y tiene el objetivo de dejarte desarmado ante el enemigo, en especial EU. Hoy lo tergiversa todo en función de su política hegemónica y a este empeño ayudan consciente o inconcientemente los métodos y formas siguientes:
    **Titulares que imparten la materia mal preparados o no lo hacen de manera atractiva.
    **Libros y documentos que recorren la historia incompletos.
    **Medios de difusión masiva que recorren a pedazos y superficialmente aspectos de esta.
    **Grandes medios de información internacional que se dedican a esta tarea.
    **Periodistas independientes, pagados para esta labor de plagio, desinformación tergiversación y confusión.
    **Las redes de internet en todas sus variantes.
    La única manera de enfrentar el desconocimiento es leyendo, revisando, consultando, y corroborando lo que sucede y comparando. Aquí le dejo consejos al respecto.
    CREER O SABER?
    Que usted escogería?. El saber verdad!, porque las creencias muchas veces se asientan en cosa no reales o falseadas en gran parte.
    Que hay que hacer para saber? Pues hay que estudiar, leer libros y materiales, recibir información de diferentes fuentes como radio, revistas, TV, celular, debatir en reuniones, confrontar opiniones, superarse profesionalmente y escuchar a los profesores instruidos y preparados para finalmente comparar y sacar sus propias conclusiones que estoy seguro siempre van a ser muy buenas.
    **Si usted, casi antes de convertirse en un asiduo vidente de los programas de TV y de NO cumplir ninguna de las opciones señaladas anteriormente para saber, tiene un buen celular casi desde niño, al que le dedica todo el tiempo para recibir la información de este, indudablemente está recibiendo información, orientaciones, consejos y en fin adoctrinamiento de una sola parte lo que al final no le permite tomar buenas decisiones.
    **Si usted cree que, no es bueno «Un malo conocido que un bueno por conocer» como dice el refrán, usted está actuando en base a creencias y NO en base al conocimiento y al saber.
    **Si usted piensa que, hay que creer a uno que no conozco, que veo por fotos, muchas veces inventadas o con historias traídas de la mano, que adultera cosas, o recibe dinero por ello, usted NO está actuando en base al saber.
    **Si a usted le están creando a su alrededor problemas materiales de todo tipo y a la vez le hacen creer que usted es el único culpable relegandolo así casi a una condición de idiota e incapaz, entonces NO está actuando en base al saber.
    **Si usted piensa que lo que se dice hoy por el mundo no tiene un marcado contenido ideológico y político con interés económicos detrás, resultado de determinados grupos informativos, usted NO está actuando en base al saber.
    **Si usted piensa que las soluciones a problemas económicos se alcanzan sin trabajar, entonces usted NO está actuando en base al saber.
    **Si usted piensa que, moviéndose detrás de alguien no identificado, sacrificado y dedicado a lo que tenemos nosotros, va a lograr algo, entonces usted NO está actuando en base al saber.
    **Si usted, no se ha dado cuenta que, algunos países que tuvieron algo mejor para el pueblo, se equivocaron con cantos de sirenas y hoy están chirreando gomas y tratando de nuevo tomar el poder político como Brasil o como lo logro Bolivia, entonces, usted NO está actuando en base al saber.
    **Si usted piensa que, alguno de los que hoy le llaman a otra cosa, después, va a preocuparse por usted o por su familia, mejor, un poco peor o mal pero haciéndolo como se está ahora el Estado Cubano, usted, NO está actuando en base al saber.
    **Si usted tiene hoy un salario, malo, pero mejorable a partir de la tarea Reordenamiento del gobierno y no cree que con rste cambio va a estar mejor, usted, NO está actuando en base al saber. Recuerden Polonia con el sindicato paralelo «Solidaridad» o la situación hoy de Irak, Libia, Afganistán dónde se usó a mucha gente y ahora todo se ha desbaratado y las grandes corporaciones reciben jugosos contratos para restaurar las cosas materiales por supuesto, no las necesidades del pueblo. Esas se quedaron en el camino. Y si usted no cree esto, entonces usted, NO está actuando en base al saber.
    **Si usted no ve películas, incluso americanas, donde ellos mismos, no emigrantes que no saben nada de lo que allí sucede y se contentan con baratijas como los indios cuando llego Colon, denuncian las barbaridades de su sistema o no ve documentales o programas como el de «La pupila asombrada» dónde se denuncia estás cosas entonces usted, NO está actuando en base al saber.
    **Si a fin de cuentas usted cree que el ombligo del mundo es su celular y solo lo utiliza para confundirse más, sin consultar otras fuentes y dar por cierto todo lo que se dice en este, entonces, usted indudablemente, NO está actuando en base al saber.
    La revolución cubana nos enseñó a saber, el propio Fidel decía:» Lee y no cree».
    Hoy en el mundo está demostrado que, no todo es como debía ser y muchas cosas se trabajan clandestinamente y después se tergiversan para hacer creer que no sirven, en especial las cosas que tienen que ver con la defensa de las multitudes, esas que aún en esas condiciones, siguen siendo las más importantes en el curso de la historia.

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