Borrego se fue a habitar al futuro (+video)

Si Julio García Luis fue, entre nosotros, el que mejor estudió nuestra profesión en su relación con la Revolución y contribuyó especialmente a proyectarla, fue Borrego el gran adelantado de su concreción

Para mí, como para los colegas del periódico Escambray y de esa provincia, como para muchos en el país, este 4 de octubre es un día triste. Aunque ante lo irreparable, prefiero celebrar la vida de Juan Antonio Borrego.

Fue uno de esos seres con una vida fugaz, pero que seguramente se quedará mucho más tiempo en el mundo. Las personas que tocan el cariño y la inspiración de los demás siempre disfrutarán, aunque físicamente hayan desaparecido, de una existencia más larga.

Creo que en realidad Borrego se fue a habitar al futuro, que es su verdadero tiempo y lugar. Allá lo encontrarán siempre los que han soñado un Periodismo más cercano al tamaño moral, justiciero y ético de Cuba.

Si Julio García Luis fue, entre nosotros, el que mejor estudió nuestra profesión en su relación con la Revolución y contribuyó especialmente a proyectarla, fue Borrego el gran adelantado de su concreción. Desde el lugar más humilde hizo crecer el tamaño espiritual y humano de nuestro oficio. 

Mientras entregaba, la pasada semana, el Premio a la Dignidad de la UPEC a la Universidad de Oriente, por los 75 años de su fundación, no pude dejar de pensar que allí se graduó él, y lo hizo parte de su equipo, con el que tanto contribuyó a realzar la dignidad nuestra.

Si todos los medios cubanos hubieran tenido la misma energía y motivación, el mismo ángel aglutinador y de creación, ese modelo nuevo de prensa, cuyos resplandores ahora  vemos aparecer, hubiera tenido su alba mucho antes.

Presiento que su sobrevida va especialmente en ello, en nuestro avance por ese campo en el que ese capitán de zapadores fue desmontándonos las minas.

Ricardo Ronquillo Bello

Texto de Ricardo Ronquillo Bello

Comentario

  1. Si hay alguien por quien las palabras y elogios se queden escasos es por él. No he conocido líder más grande. Me quedo con una deuda impagable con el ser humano más allá del líder. Fue lo primero que pensé hace un año atrás. Nada de lo que hiciera sería suficiente. No había límites para el apoyo como persona o dirigente. Y eso, lo primero que escribí, nada que diga será suficiente para describirlo.

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