La cruzada que salvó el verano en las comunidades espirituanas (+fotos)

La XXVIII Cruzada Teatral Por la ruta del Che distinguió la etapa estival al lograr, en condiciones complejas, llevar el arte a 125 comunidades de la provincia

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El público infantil recibió siempre a los teatristas espirituanos. (Foto: Facebook)

Dicen que en Aridanes, la comunidad del Plan Turquino yaguajayense, todavía no se deja de hablar de los teatristas llegados en el Dragón 3.

—¿Ustedes se suben ahí?, preguntó de soslayo el chofer a los integrantes de Teatro La Trinidad, quienes no salían del asombro al ver el “artefacto” que los había ido a recoger.

Y la respuesta no se hizo esperar. En pocos minutos se adueñaron del medio de transporte. Acomodaron sus bártulos y tomaron el empinado camino entre cuentos y algarabías.

Cuentan que fue así como el Dragón 3 —la mole de hierro capaz de subir y bajar por aquellos difíciles trillos y semejante en su estructura al usado por Camilo Cienfuegos para poner de rodillas al cuartel de Yaguajay— hizo su entrada en el caserío, donde la bienvenida de sus vecinos disipó cualquier duda de que allí no se pudiera comprender Ópera pánica, el más reciente montaje del proyecto trinitario.

En las comunidades se rompe con la distancia que en ocasiones puede existir en las salas de teatro.

Es esa una de las tantas anécdotas que dibujan la historia de la XXVIII Cruzada Teatral Por la ruta del Che, protagonizada por las seis compañías del catálogo de las artes escénicas en la provincia, entre el 5 de julio y el 2 de septiembre, por varios puntos de la geografía espirituana.

“Comenzamos tarde porque la arrancada se había fijado para el 14 de junio. Nos habíamos propuesto visitar 128 comunidades y logramos 125, porque cumplimos con el merecido tributo a los fallecidos en el siniestro de la base de supertanqueros en Matanzas. Tenemos el compromiso de ir antes de que finalice el año hasta las localidades de Cabaiguán que estaban previstas en la programación”, explica Juan Carlos González, presidente del Consejo de las Artes Escénicas en Sancti Spíritus y quien formó parte todo el tiempo de la guerrilla artística.

Le correspondió a él, con el apoyo de su equipo técnico y del gremio actoral, insistir y convencer en más de una reunión de que, a pesar del complejo contexto por el déficit de combustible para el traslado hasta cada municipio y sus comunidades, la crítica situación electroenergética del país y otras contingencias, era vital llevar lo mejor del teatro espirituano a escenarios donde no resulta común disfrutar las distintas manifestaciones artísticas.

“Esa línea de deseo se pudo cumplir porque desde el primer momento tanto las máximas autoridades gubernamentales como del Partido y las del sector cultural nos comprendieron y apoyaron. Siempre ha sido así. Durante toda la cruzada nos adueñamos del pensamiento histórico de Serafín Sánchez Valdivia de que bajo ninguna circunstancia podíamos detener la marcha”.

CADA ESCENARIO, UNA ENSEÑANZA

Los jóvenes artistas, miembros de la filial espirituana de la Asociación Hermanos Saíz Lil Laura Castillo Rodríguez y Fernando Gómez López han madurado, tanto en lo profesional como en lo personal, en días de guerrilla con sus icónicos personajes Lily Alelí y Circulito.

“Cada presentación es una experiencia única —comenta Castillo Rodríguez—, no solo para esos públicos, sino para nosotros, porque conocemos la idiosincrasia e historia de esos lugares”.

Precisamente, algunos de sus colegas no dejan de comentar la experiencia en Polo Viejo, Trinidad. Luego de regalar sus artes, conocieron in situ cómo durante dos horas tres hombres, una mujer y un niño de nueve años hicieron frente al ataque de un grupo de alzados a esa comunidad en 1963.

“Llegar hasta donde verdaderamente el arte hace falta es lo mejor que le puede pasar a un artista. Por eso vale la pena el sacrificio de estar alejado de casa, de los seres queridos o de la comodidad. Todo eso se borra cuando vemos la alegría de los niños y adultos disfrutando del espectáculo o cuando se acercan para agradecer el trabajo realizado. El arte conlleva una cuota alta de vocación, de servicio y el que no lo entienda, es porque no es artista”, dejó en su perfil de Facebook Gómez López al calor de los aplausos recibidos en el Camino de Santa Cruz, en el municipio cabecera.

La guerrilla artística llevó su arte a 125 comunidades espirituanas.

Ambos, como otros artistas, hicieron los periplos artísticos con sus hijos. La cruzada estrecha los lazos fraternales entre el gremio actoral. En los pequeños descansos, se les ve jugando pelota, bailando o soñando cómo pueden hacer de la próxima presentación un suceso mucho mejor.

“No vamos a hacer vacaciones en ninguna comunidad. Y resulta maravilloso cómo no hay diferencias, ves el mismo entusiasmo e ímpetu en los más jóvenes como Laurita, una recién egresada del sistema de enseñanza artística, integrante de Cabotín Teatro,que al experimentado Tato, de Teatro Garabato. Y es que en el gremio actoral espirituano hay una cultura laboral. Hay conciencia plena del deber ser, de saber quién soy, quién me formó y hacia dónde me dirijo. Durante casi todo el año permanecen en sus sedes o suben a escenarios como el Teatro Principal y luego cuatro generaciones de actores se van a compartir semanas en condiciones complejas. Pero también pesa la historia de tantos años de cruzada y el nombre que lleva como la que haremos en octubre en homenaje a Camilo y pretendemos tocar 38 comunidades de Yaguajay”, insiste Juan Carlos González.

Daimel Cobo, actor en Teatro La Trinidad,temió por instantes cómo sería reacomodar las propuestas artísticas en medio de los apagones. Tras presentarse en su propio municipio, Taguasco, Yaguajay, Cabaiguán y Sancti Spíritus, su opinión es diferente.

“Este año realmente la experiencia fue atípica. Además de adaptar la técnica para escenarios fuera del teatro, tuvimos que hacer muchos de los espectáculos sin música y captar así la atención resulta muy complejo. Pero esos momentos se convirtieron en talleres de comunicación y actuación. Agradezco infinitamente, no solo a las autoridades de los territorios, sino a los vecinos, quienes apoyaron con sus celulares, lámparas recargables y motorinas para que pudiéramos actuar”, añade quien formó parte del elenco que regaló textos como Candelaria Bonachea, Ópera pánica e Historia de la familia Tosca.

LA RETAGUARDIA

El arte necesita de muchas manos amigas. La cruzada —un megaevento por la producción que exige— no es la excepción y, salvo de Trinidad, guarda muy buenos sabores del acompañamiento en el resto de los territorios.

“Los intendentes del resto de los municipios espirituanos se pusieron a disposición nuestra, lo que facilitó mucho el aseguramiento. En el caso de la Ciudad Museo del Caribe no creo que existiera mala intención, lo que pasa es que no se entendió la importancia que tenía visitar 18 comunidades de su Plan Turquino, luego de una pandemia. Y resulta imposible trabajar mañana, tarde y noche con comidas mal elaboradas, sin agua para bañarse. Tampoco puede pasar que adecuen nuestras presentaciones para que coincidan con una visita del Plan Turquino. Por suerte, la Dirección Municipal de Cultura redobló esfuerzos para que no abortáramos la propuesta. Aunque eso, claro, no iba a suceder.

“Un buen ejemplo lo vivimos en el resto de los territorios y ponemos el ejemplo del conocido preuniversitario de Centeno, en Yaguajay. Ahí su claustro detuvo sus vacaciones y se fue a atendernos. Se preocupaban por los gustos alimenticios, si queríamos bañarnos con agua caliente. Hubo una atención como sucedió en el hotel Estrella Roja, en Taguasco, el cual debe tomarse como referencia en el sistema de alojamiento de la provincia”.

Los más pequeños interactuaron con los artistas en todos los escenarios.

TRAS BAMBALINAS

Pasadas unas jornadas de la despedida oficial de la XXVIII Cruzada Teatral Por la ruta del Che, la cual debe ponerse en un altar por exigir muchos más esfuerzos a municipios, actores y equipos de trabajo por las particularidades del actual contexto, la satisfacción por lo vivido predomina. Se diseña la próxima, dedicada a Camilo, y se sueña con la siguiente edición, para que llegue a un mayor número de comunidades e, incluso, que asuma otra vez la presencia internacional.

“Sancti Spíritus no va a desistir nunca de esta propuesta porque el llegar hasta aquí nos compromete. Ahora sí, tenemos que lograr que nos acompañen otros profesionales del arte, pienso hasta en las propias brigadas de instructores de arte en los municipios. Pero no queremos imponer, nuestra aspiración es que tiene que nacer como una poética de interés para el gremio, dirigentes y quienes nos esperan cada año en sus comunidades”, concluye Juan Carlos.

Lisandra Gómez Guerra

Texto de Lisandra Gómez Guerra
Doctora en Ciencias de la Comunicación. Reportera de Radio Sancti Spíritus y corresponsal del periódico Juventud Rebelde. Especializada en temas culturales.

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