La tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo

En el aniversario 62 de los Comités de Defensa de la Revolución, los cubanos mantienen las esencias de la organización de masas

cdr, historia de cuba
Aquella noche se legitimó la idea de Fidel para crear la gran organización de masas. (Fotos: Archivo/Escambray).

Corría el primer año de vida de la Revolución triunfante. Los enemigos hacían todo lo posible por truncar el camino de cambios sociales en favor de los humildes que se gestaba en el archipiélago cubano. Las grandes concentraciones fueron la forma más rápida y eficaz de hacer la democracia participativa como forma de legitimar las medidas de tránsito hacia una mejora nacional.

En medio de una congregación que rondaba el millón de personas, frente al antiguo Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, los presentes atendían como lo necesitan los tiempos de sacudidas, al entonces primer ministro de Cuba, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando se oyeron varias explosiones de petardos puestos por las manos al servicio del mal.

Aquella noche del 28 de septiembre se dieron vivas a la Revolución, a su líder y a Cuba. Se entonaron las notas del Himno Nacional y se legitimó también la idea de Fidel para crear la gran organización de masas.

“Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva —apuntó Fidel Castro en esa ocasión—. Están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza revolucionaria que hay en el pueblo”.

El líder de la Revolución propuso la idea de crear los CDR en aquella extraordinaria concentración.

Pasados unos minutos, al término del discurso, nacían los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), los que se extendieron con fuerza y prontitud por todo el país, a tiempo de ser protagonistas en tantas victorias desde aquella noche, luego en Girón, la Lucha Contra Bandidos y las tantas batallas que consolidaron el proyecto social constructivista del socialismo en la nación.

A las tareas iniciales de la vigilancia revolucionaria, se fueron sumando otras de interés popular como la educación, el trabajo voluntario, actividades patrióticas, de salud, la recogida de materia prima, la protección del medio ambiente y muchas más.

No por casualidad ha llegado a ser la organización más grande de toda la sociedad civil cubana. Agrupa a la inmensa mayoría de la población mayor de 14 años para hacer trabajo comunitario y se encuentra estructurado en todo el país, tanto en zonas rurales como urbanas.

Un ejemplo de democracia participativa fue aquel acto con la presencia de casi un millón de personas.

Con el paso de los años han cambiado buena parte de su fisonomía. Ahora son tiempos de un discurso diferente, de nuevos patrones movilizativos, de nuevos códigos en su dinámica, de nuevas tareas ante las problemáticas del país en el siglo XXI.

Por eso, la organización modifica sus modos de actuación en correspondencia con las nuevas exigencias, pero sigue siendo la unión de esas tres letras que tanto han hecho temblar a los empeñados en destruir la Revolución, sigue y seguirá siendo CDR, que es también la unión de toda la nación.

José F. González Curiel

Texto de José F. González Curiel
Editor Web y reportero del Periódico Escambray. Sancti Spíritus. Cuba.

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