Los pasos de Taguasco

En la producción de alimentos y el programa de reanimación de comunidades tiene el municipio razones para acoger la sede provincial de los festejos por el aniversario 64 del triunfo de la Revolución

En la producción agrícola descansa el principal resultado del municipio. (Fotos: Vicente Brito/Escambray).

Taguasco sigue fiel a una ruralidad que sobrevive a los aires modernos; ni siquiera el cruce de la Autopista Nacional pudo cortarle las raíces del campo. Territorio ligado a la caña y el tabaco, que a la vuelta del tiempo acogió una infraestructura económica exclusiva con predominio del componente agrícola e industrial; tal vez un municipio poco mediático, a pesar de la matriz noticiosa que se desprende del central de Tuinucú, la destilería, la fábrica de cemento Siguaney y las parrandas de Zaza del Medio.

Taguasco está empapado de los mismos sinsabores que aliñan la realidad; mas, en la última etapa ha logrado enfocar mejor la brújula del trabajo desde una conducción en equipo, que prioriza el terreno y el intercambio directo, y convierte la comunidad y la tierra en el centro de atención.

Por ese rumbo asoman los pasos de Taguasco, muy lejos de ser la vitrina espirituana, pero un territorio que muestra aciertos y encara las adversidades afincándose en su propia gente; el municipio que, a partir de los resultados en los frentes económico, productivo y de atención a las comunidades, conquistó la celebración provincial por el aniversario 64 del triunfo de la Revolución.

EL PLANTEL SE REENCUENTRA

Todavía en el imaginario de la zona quedan trazos de las vegas de tabaco en una zona que en sus orígenes llamaban San Esteban. Luego el relato recoge vivencias de un caserío, aledaño a la escogida, nombrado Plantel Uno. En 1981, sin zafarse del veguerío y asociado a la creación de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) 26 de Julio, surge El Plantel, moderno asentamiento enclavado a un costado de la Autopista Nacional, en las cercanías de Zaza del Medio y punto final de ese camino.

Puro campo, donde se asientan cerca de 140 habitantes, casi todos en edad adulta, el fiel retrato de la migración que desde hace años recorta la población rural en muchas partes. Junto a las confortables casas, allí se plantó también la vida humilde y solidaria. Por ahí se estrenó en Taguasco la más reciente versión del programa de atención a las comunidades, que marcó un antes y un después, porque cuando no había aparecido todavía la covid, ya El Plantel acumulaba años de aislamiento por el mal estado del camino.

Con el tiempo el tabaco apagó su liderazgo entre los cultivos, sobrevino la improductividad y se extinguió la CPA. Hoy se vive un rebrote de entrega de suelo y los cultivos varios, el tabaco y la ganadería empiezan a compartir los terrenos, muchos aún vacíos.

“La reanimación nos trajo mejoras que hemos agradecido, se arregló el camino que estaba intransitable y nos tenía casi en aislamiento, se pintaron el Círculo Social, la tienda, el consultorio médico y la escuela; fueron acciones que nos mejoraron el ánimo porque veníamos del encierro de la covid, sin salir de las casas”, describe Kenia Pérez Alonso, nativa del asentamiento.

Si algo hay en El Plantel a media mañana es silencio y poco trasiego, hasta pareciera que allí no habita gente. “Aquí la vida es muy tranquila, como en la mayoría de los bateyes; las mujeres en las casas, los hombres en la tierra; esa rutina se rompe pocas veces, solo cuando viene el plan asistencial de Salud o alguna actividad muy puntual para los niños”, relata Kenia.

El Plantel, una comunidad aplatanada a la vida rural.

Recuperar la vitalidad del camino tras una inversión conjunta del Gobierno y la Agricultura es la obra que más impacta en la comunidad; sin embargo, la escasa disponibilidad de transporte prevalece entre las insatisfacciones de los moradores. “Es verdad que ahora tenemos la guagua de vuelta, pero solo los lunes y hasta Zaza del Medio, la cabecera del Consejo Popular; para muchas gestiones tenemos que ir a Taguasco, si tienes un trámite otro día de la semana hay que inventar en qué salir y virar; antes teníamos conexión con la cabecera municipal”, expresa Haydée Cala Sánchez, pobladora de El Plantel desde hace 31 años.

Si algún orgullo se respira en la comunidad es el de la vida familiar y solidaria. “Nos apoyamos entre todos y compartimos lo que tenemos, aquí al transeúnte que llega se le da comida en alguna casa, si hago una sopa les reparto a varios vecinos, fíjese que a los que arreglaron el camino les dábamos el almuerzo. Si algo fuera a pedir es que nos ayuden con el recurso para nosotros aquí hacer un parquecito infantil para los niños en el Círculo Social”, señala Martha Fernández Alonso, una de las mujeres líderes en la comunidad.

LA TIERRA EN BUENAS MANOS

En la producción de alimentos radica uno de los ejes económicos del territorio, porque en Taguasco sigue viva la tradición agropecuaria, que descansa en productores como José Antonio Rodríguez Lorenzo (Pepito), que explota tierras en la zona de El Plantel como usufructuario de la entidad agropecuaria local.

“Campesino de nacimiento, con eso te lo digo todo; hace cinco años me entregaron área en esta zona y por tener altas producciones me la ampliaron, ahora tengo 5 caballerías —60 hectáreas—, solo me queda una por limpiar y ponerla en uso porque me la dieron hace poco. Esta campaña la tengo fuerte con plantaciones de tomate, garbanzo y plátano vianda; es mucho el sacrificio para buscar producción y ver si bajan los precios de los productos.

“Abarcar un área grande es duro, tengo una brigada de ocho o nueve hombres y yo al frente de ellos; aquí no hay día libre, es un reto, pero se puede. Me apoyan con el poquito de recursos que hay porque soy de los que más comida entregan en el municipio y porque logro buen rendimiento a partir de esa ayuda”, declara.

En lo inmediato, los compromisos productivos de Pepito Rodríguez Lorenzo son de respeto: más de 300 toneladas de tomate y unas 400 de garbanzo. “Siempre que hay decisión para trabajar se pueden alcanzar altas producciones y rendimientos; es verdad que faltan recursos, los precios de los insumos han subido, no en Cuba, en todo el mundo, pero los precios de los productos son muy buenos también; siempre que se quiere se logra producir, lo que se ha perdido es el interés en la tierra”, asegura el productor.

En La Amistad, otro emblemático escenario agrícola de Taguasco, despliega su obra agraria Duviel González Sánchez, un campesino que comparte tierra y producción en las cooperativas Emiliano Rodríguez y Miguel Ángel Bodes; de los pocos en el territorio que rompen el tradicionalismo y apuestan al cultivo de tabaco tapado.

“¿Novato?, ¡qué va!, mi raíz tira al campo; aquí estaré hasta el final, no sé hacer otra cosa. Me picó el bichito del tabaco tapado, fui por Cabaiguán, vi los resultados y me gustó; después, cuando te metes aquí adentro te enamoras del cultivo. Me ha dado mejores resultados que la modalidad sol en palo; además, tengo a mis hijos conmigo y somos un equipo.

“Esto de fácil no tiene nada, lleva manejo técnico, clasificación de la postura, poner la tierra como un talco y casi hay que estar el año entero en función de la vega, una releva la otra; ahora voy a sembrar otra hectárea y media más para llegar a las 3 que siempre planto desde que empecé con el tapado hace cuatro años. Ese es mi compromiso y lo voy a cumplir”, subraya el campesino.

UN PUNTO Y SEGUIDO

La felicidad es también la cara de los nniños.

Acoger la sede del acto provincial por el aniversario 64 del triunfo de la Revolución ha llevado al municipio a convertir el reconocimiento en un punto y seguido, pues, más que el aplauso por lo hecho, el mérito estará en sostener y multiplicar cada resultado.

Alexis Reina Migueles, quien fuera hasta hace unos días presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular, define dónde radican los mayores impactos: “En la Agricultura, que ha ido dando pasos en el plano productivo, aunque muy lejos de las potencialidades, con un trabajo de mayor acercamiento e intercambio en las cooperativas; el sistema de trabajo que prevalece en el territorio concede prioridad a este sector”.

Detrás de la sede otorgada a Taguasco se cuenta la labor de atención a las comunidades rurales —varias reanimadas este año—, un programa que ha logrado soluciones a problemáticas sociales, mejoras del fondo habitacional e infraestructura de los servicios. Pero el agasajo no puede tapar los desafíos, como ese apremio de cuidar la población rural para que la falta de brazos no siga encareciendo y poniendo en riesgo la obra agraria.

Aimí Pérez Ríos, la enfermera del consultorio de El Plantel, ocupa parte de la jornada en el trabajo de terreno.

¿Se acabaron los problemas en Taguasco?, indaga Escambray.

“Nos ganamos la celebración provincial por la jornada del triunfo de la Revolución, pero no se acabaron los problemas en Taguasco, falta mucho por hacer, tampoco podemos complacernos con este resultado, quedan insatisfacciones.

“¿Cuáles?, los precios de los alimentos, mejorar el fondo habitacional, atender la dinámica demográfica, ya que les hemos llegado con el presupuesto asignado a las viviendas de 22 madres de tres hijos, pero en el levantamiento pasan de 280 en esa categoría; es una necesidad incrementar la frecuencia del transporte en las comunidades, realmente el viaje de apertura y cierre un solo día a la semana es como no tener servicio; en esa lista están también el mal estado de los viales y el abasto de agua.

“Esta celebración reconoce al municipio, sobre todo al pueblo, ha alegrado a los taguasquenses, ha dado pie a una labor de reanimación y embellecimiento que se palpa; al mismo tiempo, es un reto grande sostener el trabajo y buscar mayor transformación; hemos dado pasos y hay modestos avances, pero la obra mayor está por hacerse”, concluye Alexis Reina, quien estuvo al frente del Gobierno Municipal en los últimos nueve años.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

Comentario

  1. No se otros presidentes de gobiernos municipales, pero Alexis se veía constantemente visitando comunidades rurales que en Taguasco hay unas cuantas, esas visitas parecen que no, pero cuando el pueblo ve a dirigentes cerca de ellos, conociendo de sus problemas en el mismo lugar, siempre será diferente a chequear informes sentado en una oficina, el pueblo se siente respaldado por los que tienen que resolver sus problemas, y por explicar en directo porque muchos no se pueden resolver.

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