A 55 años de la masacre de Son My: un crimen sin castigo

La matanza de más de 500 personas durante la guerra de Vietnam conmocionó al mundo, pese a los intentos de EE. UU. por encubrir los hechos

Muchos fueron arrojados a las acequias o zanjas y baleados, y a otros los tirotearon al azar cerca de sus casas. (Foto: Internet).

El mundo conmemora este 16 de marzo el aniversario 55 de la masacre de Son My, catalogada por historiadores como la más violenta perpetrada contra civiles por las tropas invasoras de Estados Unidos y que cobró la vida de 504 personas.

Según detalla un reporte de Prensa Latina, una pared de mármol negro perpetúa los nombres de las 182 mujeres, 173 niños, 60 ancianos y 89 personas de mediana edad, todos civiles, ultimados por un pelotón de soldados que bajo el mando del teniente William Calley se ocuparon además de incendiar 247 viviendas, los arrozales, y de matar miles de reses y aves de corral.

“Muchos fueron acordonados en pequeños grupos y recibieron disparos. Otros fueron arrojados a las acequias o zanjas y baleados, y a muchos los tirotearon al azar cerca de sus casas. Algunas de las mujeres más jóvenes y muchachas fueron violadas”, reveló tiempo después el reportero Seymour Hersh.

De acuerdo con fuentes diversas, el pelotón dirigido por Calley recibió órdenes de “disparar a todo lo que se mueva”, incluidos hombres, mujeres, niños o ganado, y se dirigió a una zona densamente poblada en la costa noreste de Vietnam del Sur.

La misión era atacar a los combatientes del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, pero en Son My solo se encontraban medio millar de civiles desarmados, que de todos modos fueron masacrados.

Se dice que fue un crimen sin castigo, ya que pese a la magnitud de la atroz matanza, apenas cuatro hombres pisaron el Tribunal Militar y solo uno fue condenado en 1971 por el homicidio intencional de 22 civiles y el intento de asesinato de un niño de dos años: Calley, quien tres años después fue indultado por el entonces presidente Richard Nixon.

En la zona de reliquias de Son My, en la provincia centrovietnamita de Quang Ngai, fueron recordadas las víctimas de aquella matanza, que constituye una de las principales evidencias de los crímenes cometidos por las tropas invasoras estadounidenses contra el pueblo de Vietnam.

En el período de paz, se dijo en la ceremonia, las personas de Son My han superado las dificultades y el dolor para perdonar y acoger a los veteranos exsoldados norteamericanos que llegaron aquí para afrontar la verdad y encontrar la paz en su mente.

Esta tierra revive gradualmente gracias a la atención del Partido Comunista y el Estado de Vietnam, y por los aportes de los compatriotas, la asistencia de los amigos internacionales y los esfuerzos de los mismos residentes.

Son My cuenta actualmente con el ciento por ciento de los barrios y órganos que cumplen los estándares culturales, mientras el índice de pobreza en la comuna se situó en 2022 en solo 0.86 por ciento.

(Con información de Prensa Latina)

Redacción Escambray

Texto de Redacción Escambray

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