El béisbol reposa entre comillas

Luego de una final espectacular que hizo que la Serie Nacional 62 cerrara vibrante y competitiva, Escambray ofrece luces y sombras de la fase regular

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Los equipos finalistas hicieron que la 62 SNB terminara de la mejor de las maneras: vibrante, colorida, competitiva. (Foto: István Ojeda Bello)

Con la “copa de oro” en las mejores manos que jugaron la pelota durante la versión 62 de la Serie Nacional, el béisbol cubano se toma un reposo en activo mientras se avistan varios compromisos en poco tiempo.

Si algo dejó la temporada, que aún está caliente, fue un flamante campeón: Las Tunas, líder de la fase regular y que enseñó en la postemporada su dominio sobre el resto, incluida la final en la que, con oportuna ofensiva, pitcheo eficaz y autoridad en el terreno, aplastó en un 4-0 memorable a un Industriales que calzó bien sus ribetes de subcampeón.

Tanto estos dos elencos, como los seis restantes que animaron el alargue, hicieron que la Serie Nacional 62 terminara de la mejor de las maneras: vibrante, colorida, competitiva; gracias al desempeño de sus jugadores y a la respuesta del público que abarrotó los graderíos para hacer revivir el béisbol al menos por unos días.

De tal suerte esta postemporada volvió a confirmar que la actual estructura —ideada en tiempos del comisionado nacional de la disciplina, Ernesto Reynoso, ya fallecido—, al no prever refuerzos para su fase final, permite un campeón más puro y que es funcional en las circunstancias del béisbol cubano, dado a copiar, más de una vez, fórmulas de otros que el tiempo, la tradición y el apego de la afición a la defensa de su terruño más cercano, se han encargado de desmentir.

Mas, esas luces, que casi siempre suelen encenderse en tiempos de play off, no pueden apagar otras sombras que durante la fase regular lastraron el corazón de la campaña.

Al margen de la poca asistencia de la afición a los estadios, algo que va más allá del intenso sol con que se jugó por el déficit energético del país, los actores involucrados no lograron enamorar lo suficiente como para garantizar mejor presencia de público, ávido también de disfrutar de otras propuestas del espectáculo.

Como se ha hecho tendencia en las campañas anteriores, la mayoría de los equipos se resintió de las bajas de importantes figuras y no solo por la emigración, sino porque no pocos decidieron otros rumbos laborales porque la pelota, definitivamente, no garantiza su sustento familiar.

Y eso se lo sintieron el terreno y la propia calidad del juego, pues para completar nóminas, otra vez buena parte de los equipos tuvieron que llamar a peloteros de la Sub-23 y hasta de los juveniles, aun sin la suficiente y lógica madurez, acentuado también porque no se ha vuelto a realizar el campeonato nacional de la primera de esas categorías, y la segunda, además de seguir arrastrando una estructura competitiva que privilegia el enfrentamiento con solo tres equipos de una misma zona, no pudo terminar su calendario por cuestiones logísticas.

La expresión está, en parte, en lo estadístico: 288 de promedio ofensivo (con menos jonrones que otras veces: 626), casi cinco limpias por juego (4.97 de PCL) y una defensa de 969, cifra que pocas ligas de respeto exhiben.

Otros números pudieran ilustrar, pero baste con estas generalidades, ya que en el terreno se mostraron otros descosidos que no recogen las estadísticas. Uno de ellos fue el calendario atropellado de cinco juegos seguidos que lastró la salud del torneo.

Fue noticia, mala, para ser más precisos, el uso de varios bates y peor aún varias pelotas de la marca Teammate 190, 150 y 120, algo que terminó por incidir en la ofensiva, sobre todo de los elencos con menos potencial. Lo lamentable es que solo al final de la serie y después de quejas de todo tipo, la Comisión Nacional se abrió a la información, otra cojera, la de la comunicación, que no acaba de entrar como debe al ruedo de la pelota cubana.

No puedo pasar por alto la adopción de medidas de correcorre como la de prohibir el uso de un tipo de bate al equipo de Las Tunas, cuando ya había jugado con él, autorizado con los ojos cerrados y superficiales de la Comisión Nacional de la disciplina. Y lo que para mí y muchos constituyó una de las improvisaciones más sonadas fue la eliminación de la cláusula que prohibía la repatriación para jugar la postemporada, aprobada al calor de la “presión” para que Yasmani Tomás vistiera nuevamente el traje azul, una decisión que, por suerte, no definió el título.

Aun cuando ello favoreció a otros conjuntos y es una práctica que, mejor concebida, resulta plausible, volvió a poner sobre el tapete el tema de hasta dónde tales prácticas terminan por estimular la emigración de los atletas en detrimento de quienes siguen apostando por quedarse.

Desvestido ya de su principal espectáculo principal, el béisbol enrumba otros derroteros cercanos, aunque claro, con la convicción de que nada tendrá el calor de la pista caliente que este dejó.

Lo primero fue anunciar, tempranamente, la preselección a los Juegos Panamericanos de Chile y otros compromisos internacionales de menor porte como la Copa del Caribe y donde, por cierto, aparecen seis peloteros espirituanos y un entrenador: Yunior Ibarra Araque, Rodolexis Moreno González, José Isaías Grandales Rodríguez, Yankiel Mauris Gutiérrez, Yanielquis Duardo Rojas y Alejandro Neira Mendoza, además del entrenador Rafael Muñoz. Ibarra, Moreno y Duardo viajarán como refuerzos con el equipo Granma a la Liga de Campeones.

Lo otro fue informar sobre la arrancada el 7 de noviembre de la Segunda Liga Elite con una propuesta de nombre que, al conservar la territorialidad, busca atraer los corazones de la proximidad geográfica, aunque no solo eso le bastará para superar la primera edición que dejó no pocas insatisfacciones, pero sobre dicha Liga volveremos en otro momento.

Por lo pronto el béisbol reposa, pero en activo, para mantener vivas las vibras que le permitieron hace poco renacer en el corazón de los que le quieren y los que no.

Elsa Ramos

Texto de Elsa Ramos
Premio Nacional de Periodismo Juan Gualberto Gómez por la obra del año (2014, 2018 y 2019). Máster en Ciencias de la Comunicación. Especializada en temas deportivos.

3 comentarios

  1. ¿Podremos tener otra vez un equipo de Las Villas o Centrales con las provincias de Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spiritus y quizás también Ciego de Ávila? o solo son los 6 equipos finalistas

  2. Si muy buen reportaje siempre es una profesional Elsa Ramos, me gustaría Elsa que hablaras de la final del mundial de fútbol femenino que se realiza en Sindey Australia que Españoa y Inglaterra la campeona de europea van competir

  3. EXCELENTE Y VERDADERO REPORTAJE LA FELICITO ,YO LOS SIGO PUES UDS LOS PERIODISTAS DEL DIARIO ESCAMBRAY SON UMOS DE LOS MÁS OBJEIVOS DE LA PRENSA CUBANA PORQUE VAN A LAS RAÍCES DE LOS PROBLEMAS PARA EVITAR LOS MALES Y QUE LO ARREGLEN
    FELICITO A LA PERIODISTA QUE SIGA TRABAJANDO CON ESE ESPÍRITU CONSTRUCTIVO
    ACUÉRDENSE QUE EXISTE LIGAS EXTRANJERAS QUE LOS PELOTEROS ,FÚTBOL ETC GANAN POR SUS RENDIMIENTOS y así poder vivir el y su familia y no tener esa presión de estar jugando distintas provincias y pensando si su familia comió se vistió etc

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