Frente de Las Villas: una mancha azul hacia el occidente

La llegada del Comandante Ernesto Che Guevara a territorio villareño y la estructuración del Frente de Las Villas marcaron un viraje radical en la lucha contra la tiranía batistiana en esta región y aceleraron el triunfo de las fuerzas revolucionarias

El Comandante Guevara a su llegada al Escambray espirituano logró aglutinar todas las fuerzas para la ofensiva final. (Foto: PL).

En la medida que avanzaba el año 1958, en la Sierra Maestra el Ejército Rebelde hacía méritos que le permitían asentar posiciones y fundar en los terrenos bajo su dominio las estructuras necesarias para su consolidación.

Con la derrota de la ofensiva de la tiranía de Batista contra las fuerzas de la Sierra Maestra, en el verano de 1958, se crearon las condiciones para que el Ejército Rebelde iniciara la Contraofensiva Estratégica.

De esa manera, se toma la decisión del envío de dos columnas invasoras hacia el centro y el occidente del país.

La Columna No. 8 Ciro Redondo, creada por la Orden Militar emitida por el Comandante en Jefe Fidel Castro en la noche del 21 de agosto de 1958, debía conducir hasta la provincia de Las Villas una tropa rebelde para coordinar operaciones, planes, disposiciones administrativas y de organización militar con otras fuerzas revolucionarias que operaban en esa provincia, las que deberían ser invitadas a integrar un solo cuerpo.

La orden también nombraba a Ernesto Che Guevara “Jefe de todas las Unidades Rebeldes del Movimiento 26 de Julio que operan en la provincia de Las Villas, tanto en las zonas rurales como urbanas”.

Bien avanzada la tarde del día 31 de agosto partió la columna con 142 hombres desde la Sierra Maestra. Diez días antes, Camilo Cienfuegos había salido rumbo a Pinar del Río con otra columna integrada por 92 combatientes.

La trayectoria puso a prueba la resistencia de los guerrilleros. A lo largo de 48 días recorrieron más de 500 kilómetros en los que se combatió no solo contra el constante hostigamiento del ejército enemigo, sino también contra el clima, el estado de los caminos, las lesiones, el sueño, la fatiga y el hambre.

El contingente dirigido por el Che llegó al Paso del Diez, a 9 kilómetros de La Sierpe, actual provincia de Sancti Spíritus, el 12 de octubre de 1958 para en días posteriores continuar la marcha hacia el macizo montañoso del Escambray.

La alegría invadió a toda la tropa. El Che, al referirse al momento vivido el 14 de octubre expresó: “Una sola visión en lontananza animó los rostros e infundió nuevo espíritu a la guerrilla. Esa visión fue una mancha azul hacia el Occidente, la mancha azul del macizo montañoso de Las Villas. (…) Dos días después estábamos en el corazón de la cordillera Trinidad-Sancti Spíritus, a salvo, listos para iniciar la otra etapa de la guerra”.

Según las propias memorias del Comandante Guevara: “El descanso fue de otros dos días porque inmediatamente debimos proseguir nuestro camino y ponernos en disposición de impedir las elecciones que iban a efectuarse el 3 de noviembre. Habíamos llegado a la región de montañas de Las Villas el 16 de octubre”.

Los recién llegados instalaron la Comandancia primero en Gavilanes y después en Caballete de Casa, muy cerca del poblado de El Pedrero. 

LAS EXIGENCIAS DE LA ZONA CENTRO-SUR DE LAS VILLAS

Desde el mes de febrero de 1958, Fidel Castro, en su condición de Comandante en Jefe del Ejército Rebelde, envió un mensaje con Clodomira Acosta Ferrales a las fuerzas revolucionarias para la apertura de un frente guerrillero y la posibilidad de brindar ayuda desde la Sierra Maestra.

Cuando llegó la columna del Che a territorio villareño se encontró con una situación aún más compleja que la que enfrentó Camilo en la zona norte. Acá existían tres estructuras guerrilleras con posiciones muy diferentes.

El Frente del Directorio Revolucionario 13 de Marzo estaba liderado por Faure Chomón, con posiciones radicales en línea con los objetivos de la revolución verdadera, asentados en las primeras horas de la noche del 13 de febrero de 1958, con un importante cargamento de armas y pertrechos de guerra, transportados desde Estados Unidos hasta el puerto de Nuevitas, en Camagüey, en la expedición del Yate Escapade.  

Este frente se fortaleció en la medida que implantó las leyes revolucionarias en los territorios ocupados, creó unidades de comunicaciones, servicios médicos y de asuntos jurídicos, abrió escuelas y armerías, todo lo cual le hizo crecer en maniobrabilidad y fortalecer posiciones.

Por otra parte, el Segundo Frente del Escambray estaba compuesto por Eloy Gutiérrez Menoyo y sus seguidores, que habían negociado con el grupo politiquero de Prío Socarrás a espaldas del Directorio, por lo que fueron expulsados de esta organización por apartarse de los intereses de la Revolución y por su negativa a propiciar cambios radicales en la política del país.

Asimismo, después del revés de la Huelga Revolucionaria del 9 de abril de 1958, se estableció en el macizo del Escambray un grupo de 25 hombres con Víctor Bordón Machado como jefe, perteneciente al Movimiento 26 de Julio, que fijó su campamento en la zona del Nuevo Mundo.

La salida de la columna invasora desde la Sierra Maestra no fue anunciada. Ya avanzadas las tropas, se le dio a conocer a Enrique Oltuski, coordinador del Movimiento 26 de Julio en Las Villas, por una carta que le enviara el propio Fidel, fechada el 20 de septiembre de 1958.

El frente del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, sin haber sido informado de la llegada a Las Villas de la invasión rebelde, ya conocía de su marcha hacia el centro del país y envió a un práctico para que guiara a estos combatientes hacia el macizo montañoso, misión que no cumplió.

El Directorio, que mantenía su unidad con el Movimiento 26 de Julio desde 1956, dada a conocer oficialmente con la rúbrica de la Carta de México, organizó acciones en Placetas y Fomento, el 13 de octubre, para permitir que entraran los invasores al territorio villareño.

EL FRENTE DE LAS VILLAS Y LA GENIALIDAD DEL CHE

La labor encomendada al Che demandaba de todas sus habilidades como político y militar.

La unidad revolucionaria se lograría, en mayor medida, con tres organizaciones de las que se encontraban incorporadas a la lucha en la provincia: el Movimiento 26 de Julio, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y el Partido Socialista Popular.

Un aporte de especial significado para este objetivo lo constituyó el Pacto del Pedrero, el 1 de diciembre de 1958, propuesto por el Che al Directorio Revolucionario para facilitar la unidad que exigía el momento, al que también se sumó después el Partido Socialista Popular.

Bajo el mando del Che, el Frente de Las Villas se convirtió en eje principal para el paso a la ofensiva contra el ejército y el gobierno de Batista. Quedaba así abarcado la mayoría del territorio central de Cuba en dos grandes frentes que unían a las partes con el propósito común de hacer triunfar la Revolución.

El Frente Norte de Las Villas, organizado por Camilo, se extendía desde Yaguajay por el este hasta el territorio de Chambas, Morón, y por el oeste hasta la zona de Caibarién y Remedios, con centro en la Sierra de Bamburanao.

El Frente de Las Villas, conocido también como Frente Centro Sur, dirigido por el Che, cubría toda la Sierra del Escambray y las zonas llanas comprendidas en el triángulo Sancti Spíritus-Santa Clara-Cienfuegos, para cerrar esta provincia con sus límites por Matanzas.

En fecha temprana después de su llegada a esta zona, el 26 de octubre, las fuerzas al mando de Guevara toman el poblado de Güinía de Miranda para demostrar así la valía de su designación al frente de la misión y el resultado positivo de sus decisiones estratégicas en el Escambray.

Desde la concepción del Frente de Las Villas se rechazó la ofensiva lanzada por la tiranía, también conocida como la ofensiva de El Pedrero, desarrollada del 30 noviembre al 4 de diciembre de 1958 y se consiguió, también, tomar al cierre del año la mayoría de los poblados y todos los centrales azucareros en esas regiones.

Paso a paso, victoria tras victoria, al norte, al centro y al sur de la región central de Cuba, los dos frentes consolidaron la unidad de los revolucionarios a favor del programa estratégico de la verdadera Revolución, a la vez que asestaron golpes demoledores a la tiranía de Fulgencio Batista, en los cuales la capacidad de Camilo y del Che Guevara como jefes militares fueron la clave del triunfo.

José F. González Curiel

Texto de José F. González Curiel
Editor Web y reportero del Periódico Escambray. Sancti Spíritus. Cuba.

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