Memorias del Frente Norte de Las Villas (+fotos)

A seis décadas y media de que Camilo Cienfuegos pusiera su genialidad como estratega político y militar para la organización de las fuerzas revolucionarias en el Frente Norte de Las Villas, no hay otra alternativa que la de rendirle honor a tan decisivo proceso para la revolución triunfante

camilo junto a un grupo de combatientes del Frente norte.

Contar historias tiene sus riesgos, sobre todo los que vienen de miradas diferentes, de vivencias lejanas y de hombros no alineados que a la hora de hacer versión dejan siempre los espacios naturales entre lo presumible y lo verdadero.

Igualmente riesgoso resulta fijar puntos en el tiempo, tan pequeños siempre ante la majestuosidad de los procesos que tienen que ver con el hombre y sus motivos para los grandes cambios.

Pero el honor lleva a la convención; la memoria, al consenso; y la gloria, a la alabanza. Juntas hacen la historia y es deber de todos alzarlas para que no mueran nunca los hombres y los hechos que hacen de los pueblos lo que son.

De esto y mucho más se trata cuando se ha de contar la historia del glorioso y no menos contradictorio proceso fundacional del Frente Norte de Las Villas, sus raíces, sus protagonistas y su inmenso aporte al triunfo revolucionario de enero de 1959 en Cuba.

LOS ANTECEDENTES

El año 1958 llegaba a su mitad. Las fuerzas del Ejército Rebelde cambiaban los tonos y las dimensiones de la lucha guerrillera en el oriente de país. La idea de extender la guerra hasta el occidente ronda ya en las mentes que miran con luz larga al éxito completo de la guerra.

Con apego a la tradición mambisa decimonónica, el 18 de agosto de ese propio año el Comandante en Jefe Fidel Castro firma una orden en la que indicaba realizar la invasión a territorios en calma. Los hombres se preparan, se determinan las misiones, el ímpetu se apodera y se organiza la contienda.

Dos columnas invasoras parten con rumbos y misiones diferentes. La No. 2, Antonio Maceo, al mando de Camilo Cienfuegos, tenía instrucciones de llegar hasta la provincia de Pinar del Río, donde ya operaba Dermidio Escalona con un grupo de hombres. La No. 8, Ciro Redondo, al mando de Ernesto Che Guevara, avanzaría más al sur hasta llegar a Las Villas.

Con anterioridad al arribo de ambas columnas al centro del país existían ya agrupaciones guerrilleras con determinado nivel de organización, dirección, reservas y maniobrabilidad operativa en un territorio concreto bajo su dominio que ponen en tela de juicio el momento fundacional de Frente Norte de Las Villas.

Desde finales del año 1957 se recibieron orientaciones precisas sobre la creación de frentes de combate en las serranías de esta región y a principios de 1958 se logró ejecutar el proyecto.

Aleida March y Víctor Paneque, miembros de la dirección provincial del Movimiento 26 de Julio en Las Villas, visitaron la zona para coordinar las acciones y decidir el terreno más propicio para iniciar la lucha armada desde la guerrilla.

La casa de Valentín Sospedra, en Cartaya No. 4, Yaguajay, fue el punto de reunión donde se organizó el proceso. Aquel 12 de marzo de 1958 participaron representantes del propio Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular (PSP), el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y la Organización Auténtica.

Se aprovechó la ocasión para buscar consenso sobre otros temas relacionados con la necesidad de la unidad entre todas estas organizaciones en la lucha contra la tiranía de Batista, la preparación de la huelga de abril y la organización de escopeteros para apoyarla.

Los esfuerzos vieron luz el 13 de marzo de 1958 con el primer levantamiento armado en El Río, Mayajigua, bajo la dirección del Movimiento 26 de Julio.

Alrededor de 40 hombres no muy bien armados, bajo el mando de Raúl Cortiza, fueron los pioneros de la guerrilla al norte de Las Villas, los que luego se trasladaron a las lomas de Alunao y se vieron obligados a moverse constantemente para evitar enfrentamientos directos con el ejército por sus limitados recursos para la guerra.

Este grupo tuvo el mérito de apoyar la huelga del 9 de abril en la zona de Yaguajay, aunque muchas de las acciones planificadas para este día no se efectuaron por tardanza en los avisos entre los participantes y desperfectos técnicos en los explosivos utilizados. Debido al fracaso de esta acción, varios revolucionarios se vieron obligados a refugiarse en los montes o pasar definitivamente a la lucha clandestina.

Después de la dispersión de la guerrilla y la captura de su jefe Raúl Cortiza, a finales de mayo de 1958, varios combatientes del Movimiento 26 de Julio y del PSP se reagruparon en los montes de Alicante, bajo las órdenes de Regino Machado.

El 19 de junio de ese año Félix Torres González, de la Dirección Provincial del PSP en Las Villas, llegó al campamento y se reunió con su jefe, luego con los militantes socialistas alzados allí para facilitar la separación, teniendo en cuenta la actitud manifiesta de rechazo hacia los comunistas del grupo.

A finales de junio deciden que la guerrilla de Machado, denominada Marcelo Salado e integrada por miembros del Movimiento 26 de Julio, establezca su campamento en Alicante y el destacamento Máximo Gómez, comandado por Félix Torres y compuesto básicamente por militantes del PSP, formara campamento en los montes de Jobo Rosado.

LA CONSOLIDACIÓN DEL FRENTE NORTE DE LAS VILLAS

El 7 de octubre de 1958 llega a territorio villareño, por Boquerones, la Columna No. 2, Antonio Maceo, bajo el mando del comandante Camilo Cienfuegos.

Los dos grupos guerrilleros prepararon condiciones para el arribo de los invasores. El comandante Félix Torres designa tres escuadras, de siete hombres cada una, para ir a su encuentro. Una de ellas, con el capitán Alberto Torres al frente, se dirigió por el norte, a través de las lomas de Punta Alegre hasta las inmediaciones de Cunagua; otra bajo las órdenes del teniente Mario González Castro (Cheo Manigua) se encaminó por el sur hacia Arroyo Blanco hasta llegar a Jatibonico y la tercera bajo las órdenes del teniente Tomás Cortés, que partió por el centro en dirección al entonces central Pina.

Esta última hizo contacto con la tropa de Camilo en la finca de Atilano González, en Alunao, donde hicieron su primer alto y acamparon para almorzar, recobrar fuerzas e informarse de la situación del nuevo territorio al que habían arribado.

Al reanudar la marcha cuando cayó la tarde del día 7, las fuerzas de Camilo, guiadas por el teniente Cortés, hicieron una segunda parada en Las Llanadas Bajos para tomar café en la casa de Perfecto Nieto y Elena Cabrera, miembros del PSP.

A las dos de la madrugada del día 8 de octubre llega la columna invasora al campamento del PSP, en Jobo Rosado, donde fueron recibidos con todos los honores y se ponen a las órdenes de Camilo.

Cerca de allí, el destacamento guerrillero Marcelo Salado, del Movimiento 26 de Julio, dirigido en el monte por Regino Machado y desde la ciudad de Santa Clara por el comandante Víctor Paneque (Diego), agrupaba a 125 hombres mal armados.

Desde Jobo Rosado, Camilo sale con su tropa el 12 de octubre y se dirige al campamento guerrillero de Alicante. Durante el recorrido pasa por Juan Francisco y sostiene varios encuentros con Regino Machado y el comandante Diego mientras busca soluciones a las diferencias entre ambos grupos.

En las acciones venideras Camilo usa la táctica inteligente de crear pelotones mixtos con jefes provenientes de su tropa e integrados por hombres de las dos guerrillas que ya operaban en la zona.

Así se van sucediendo victoria tras victoria. De esa manera derrotaron al ejército batistiano en La Caridad, lo que fuera el primer encuentro con el enemigo en la región; así se hicieron emboscadas, se organizaron eventos, intercambios con la columna del Che, se realizaron asambleas obreras, se tomaron cuarteles, se fundaron instituciones nuevas y se crearon las condiciones definitivas para la liberación de poblados hasta la toma de Yaguajay.

Fueron las virtudes de Camilo Cienfuegos como estratega guerrillero y organizador político una valiosa contribución a la caída del régimen batistiano, al lograr la unidad entre todas las fuerzas revolucionarias del territorio y que tuvo en la estructuración del Frente Norte de Las Villas, desde su llegada al territorio el 7 de octubre de 1958, una de las mejores herramientas tácticas para el triunfo de la Revolución.

José F. González Curiel

Texto de José F. González Curiel
Editor Web y reportero del Periódico Escambray. Sancti Spíritus. Cuba.

Comentario

  1. Me da mucha satisfacción leer un artículo sobre hechos de trascendencia, tratados con rigurosa precisión histórica. Esto no resta que la mayoría del periodismo investigativo en nuestros días se parcializa, y con eso afecta la verdad histórica y la credibilidad. González Curiel toca la mayoría de los complejos hechos y acciones con mucha honestidad, sin olvidar a ninguno de los actores en la escena. Solo me quedaría por decir que a pesar de que el Frente del Escambray dominados por El Directorio Rev. 13 de Marzo(dirigido por Faure Chaumont) y el II Frente Nac. del Escambray dirigido por Eloy Gutierrez Menoyo, el Mov. 26 de Julio poseía mayoría en la población de Las Villas, y tenía delegaciones en casi todos los pueblos, lo que le permitía realizar constantemente sabotajes, atentados y una propaganda sólidamente dirigida a erosionar la dictadura. Enrique Oltuski Osaki coordinador provincial, el Comandante Diego (Victor Paneque), Elicer Grave de Peralta, Aleida March y otros, crearon una infraestructura de comunicaciones y abastecimiento para servir a la guerrilla que luego fue vital para las columnas. La dirección del 26 de Julio tenía como estrategia no formar un frente en la Región Central, por lo que instaba a que todos las organizaciones que se le unieran en la Sierra Maestra. El grupo del 26 comandado por Regino Machado fue casi una sublevación contra la dirección del Movimiento y el pequeño grupo de Felix Torres una contradicción de lo que hasta ese momento fue política de partido comunista.

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