Somos seres humanos que luchamos por la vida (+fotos)

Consuelo Pérez Lombillo, La Titi, a sus 68 años sigue siendo una de las enfermeras más queridas en Zaza del Medio, pueblo al que le ha dedicado 47 años de profesión

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Desde niña sabía que esa era mi vocación, y si volviera a nacer volvería a serlo, señala Titi. (Fotos: Sheila Expósito/Escambray).

Si pregunta en Zaza por Consuelo Pérez Lombillo, pocos sabrán de quién se trata, pero si buscas a La Titi —como popularmente es conocida— cualquiera le dirá cómo encontrarla.

Se estrenó como enfermera en 1977 en el Policlínico Faustino Pérez, de Zaza del Medio. Trabajó en el vacunatorio, fue jefa de enfermeras y estuvo al frente de su área predilecta: el Cuerpo de Guardia. Además, ganó el cariño de todos atendiendo a los pacientes incluso fuera del horario laboral. Esta mujer es la encarnación del humanismo, del amor a la profesión y de una vida dedicada a la gente de su pueblo.

¿Cómo fue el proceso de convertirse en enfermera?

Yo vine desde Camagüey en el año 1972. Comencé la escuela de enfermeras en Sancti Spíritus, me gradué a finales de 1973, y me mandaron para Cabaiguán. Dos años después regresé a cumplir el Plan 2 —un plan de estudio de enfermería general—, lo hice por dirigido desde Zaza, y ya en 1977 me gradué y continué trabajando allí.

 ¿Cómo fueron esas primeras experiencias en la práctica? ¿Tuvo que enfrentarse a la muerte de algún paciente?

Al principio te choca, pero luego vas cogiendo el paso. Yo recuerdo todo de cuando roté por el hospital. Los pacientes que fallecían en las salas de Medicina y Ortopedia.

Yo me he enfrentado con todo. Las dos veces que explotó la pirotécnica de Zaza recibí a varios pacientes quemados que luego fallecieron. Fueron cosas inolvidables porque, aunque no sea nacida en este pueblo, la gente de aquí es mi familia, y lo que le pase a un zaceño me duele como si fuera de mi sangre.

Titi se estrenó como enfermera en 1977 en el Policlínico Faustino Pérez, de Zaza del Medio.

¿No le resultaba agotador visitar las casas de sus pacientes después de cumplir con su jornada de trabajo?

Para nada. Desde niña sabía que esa era mi vocación, y si volviera a nacer volvería a serlo. Caminaba todo Zaza y atendía pacientes en toda la periferia. Hacía mi guardia, los quehaceres, y para la calle. Mi suegra e hija me ayudaban en la casa.

¿De dónde viene tanto humanismo, tanta dedicación?

A mí no me gusta decir no, siempre fui así, y siempre traté de ser mejor en lo que hacía. Ahora cuando un paciente necesita que le ponga una sonda, yo voy, o para un lavado de oído. No pongo medicamentos porque me asusta que pueda haber alguna reacción adversa.

Usted ha cumplido misiones en dos oportunidades, ¿le entusiasmaba la idea de desempeñar una labor en el extranjero?

Yo tenía muchísimas ganas de ir de misión y lo logré en el 2010. Me tocó una zona roja, pero estuvo tranquilo, y la segunda vez que fui, en el 2019, en Venezuela estaba el movimiento de restricción, y luego nos vimos encerrados por la covid, hasta que decidieron mandar a los ancianos de vuelta.

¿Le preocupó que alguno de sus pacientes más habituales no estuviera bien atendido mientras usted estaba de misión?

No mucho, porque una de las primeras cosas que aprendí fue a inyectarme, y enseñé a mis hijos a hacerlo, para cuando yo no estuviera aquí. En el Barrio de Panchito, aquí en Zaza, yo atendía a una señora que tenía esclerosis múltiple. Cuando me fui para Venezuela, mi hija iba cada tres días y le hacía lo mismo que yo.

¿Brindó algún servicio durante la pandemia?

Cuando eso yo me limitaba mucho. Por ser vulnerable por mi edad y además mis hijos son asmáticos y tenía que cuidarme. A partir de entonces, hay tres cosas que nunca me quito: los espejuelos, la dentadura y el nasobuco.

¿Qué es lo que menos le gusta de la profesión?

Lo que menos que me gusta en la vida son los perros, pero de la Enfermería me gusta todo. No te puedo mencionar una sola cosa que me desagrade, aunque a veces se infravalora a los enfermeros.

¿Y qué cree usted al respecto?

Es cierto que los médicos son el eslabón principal de la medicina, pero un médico sin un enfermero al lado no es nadie. Esa familiaridad se ha perdido un poco, pero no hay que olvidar que todos somos iguales, trabajadores de la Salud, tengan la categoría que tengan, somos seres humanos que luchamos por la vida.

La Titi cumplió misión internacionalista en Venezuela.

*Estudiante de Periodismo

Sheila M. Expósito Hernández*

Texto de Sheila M. Expósito Hernández*

4 comentarios

  1. La Titi ,se pueden decir muchas cosas lindas de ella pero la más grande es el humanismo que la caracteriza por eso es una gran enfermera que ama su profesión .dios la bendiga siempre y podamos seguir disfrutando también de su carisma .gracias Titi por siempre estar para todos en especial para tu pueblo que un día te acogió como hija y ya es tuyo también ,zaceña de corazón.

  2. una gran enfermera ,entregada a su profesión ,felicidades

  3. Noemi García Francisco

    Honor a quien Honor merece!!! Una gran enfermera!!

  4. Lo mejor que tiene Zaza del medio con respecto a la carrera de enfermería,un beso y un abrazo en la distancia mi querida titi..

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