Un átomo de luz (+fotos)

Recién egresada de la vida universitaria y con apenas 22 años de edad, Tayra Díaz García, ya coordinadora de la especialidad de Servicios Farmacéuticos en la casa de altos estudios yayabera, propone nuevas maneras de concebir y gestar la educación

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Al centro, mientras sostiene una gran probeta, Tayra inmortaliza el instante junto con el grupo de primer año. (Fotos: Cortesía de la entrevistada).

Hace entrada y todos se levantan para dar los buenos días y también como una suerte rito a la deferencia. La profe, que apenas supera en edad a sus alumnos, piensa que esta es de las mayores muestras de respeto al profesorado.

Una vez se sientan, comienza la clase. “Fue gracias a la enorme sed de saber del proyecto humano que la química dejó de ser mera alquimia para convertirse en ciencia. De hecho, esta materia, diría el botánico inglés Thomas Thomson, a diferencia de otras, surgió originalmente de delirios y supersticiones y sus primeros pasos fueron junto a la magia y la astrología”.

Menciona que la eterna necesidad del hombre de entender y diseccionar fue la que empujó al mundo científico a estudiar los engranajes de la vida mientras nos enseñaba, quizá sin saber, a entenderlo todo a través de los conceptos partículas, energía, frecuencia y vibración.

foto: Reactivos Pie de foto: Tayra Díaz García: “Sin dudas, su actividad favorita es mezclar elementos”.

Detiene su clase ante una pregunta que poco tiene que ver con su sentencia. “¿Profe, por qué le gusta tanto la Química?” Y ella, al parecer acostumbrada a estas interrupciones que nada tienen de maldad y mucho apelan al cariño, le dice con la voz jovial de siempre: Al final de la clase, fulana; con ello, gana tiempo.

La profe Tayra Díaz García llegó hace unos pocos meses a la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus y hoy, con apenas 22 años de edad, ya es coordinadora de Servicios Farmacéuticos.

“Llegué y recibí el apoyo de muchas personas, pero me encontré sola en la especialidad. Varias veces pensé abandonar, pero cuando vi el laboratorio me enamoré. Me dije: Tayra, a partir de ahora este será tu nuevo hogar.

“Y así fue: logré que los estudiantes, al salir del laboratorio, no sintieran ese vacío de haber perdido su tiempo o haber hecho una práctica más ahí, como ellos mismos dirían. Deseaba que vivieran una experiencia novedosa y ganaran esa confianza que los químicos sabemos construir a golpe de acierto y error”.

Confiesa que no fue nada fácil, aunque la brecha generacional sea casi nula. Coloca una sonrisa y dice inspirarse en un modelo de profesora que prácticamente todos los cubanos conocimos gracias a la creación de Amílcar Salatti: Amalia.

“Mis estudiantes se quejaban de clases rutinarias y entendí por qué es necesario que los jóvenes vengamos a cambiar lo que merezca un aire nuevo. De hecho, la serie Calendario visibiliza nuestra lucha por romper esquemas arcaicos y estereotipos”.

“Me visto como soy. Cuando llegué y vieron la saya negra, las botas negras, la blusa con bata por encima y pelada corto (mucho más que ahora) dijeron de todo a mis espaldas: ‘Esta profe es rara, debe ser una pesá’, ‘tiene tremendo flow y me encantaría que ella nos diera clases’”.

Tayra explica cómo centra sus esfuerzos en el aprendizaje y no en la enseñanza, como suelen proponer los modelos de educación tradicionales. Pretende que no solo entiendan las asignaturas curriculares, sino que ejerciten sus conocimientos, su lenguaje, su cultura y que despierten un interés genuino por la investigación.

Una estudiante de primer año mezcla sustancias como práctica de laboratorio.

Este modelo, conocido como Educación no directiva, pondera la libre circulación del pensamiento y genera un entorno adecuado para que los estudiantes construyan el aprendizaje a partir de sus propias investigaciones y descubrimientos, con ayuda de los pedagogos, a partir de sus necesidades internas.

“Logré envolverlos con datos curiosos y pensamiento creativo, evito los patrones de búsqueda, les muestro las aplicaciones prácticas y siempre utilizo una palabra: impresiónenme. ¡Traen cada cosa! Han aprendido, incluso, a entender la lógica de los procesos, a no mecanizarlos y a deconstruir los conceptos por su etimología”.

Presenciar una de sus clases conlleva a entender que los discípulos ven en ella, más que una preceptora, una ayuda: se acercan y preguntan dudas, pero igualmente piden consejos y hablan de lo que ocurre en casa y frena su consagración.

“Todos podemos derribar ese altar y acortar la distancia entre alumnos y profesores porque, primero, el cariño no sustituye el respeto y, segundo, debemos poner el corazón en todo. Pienso que basta una sonrisa para alegrar un día”.

Atesora grandes anécdotas por su buen hacer: la estudiante que quería dejar la carrera y reavivó sus deseos luego de una práctica de laboratorio, la chica que confesó que lo primero que hace en su móvil, cada mañana, es ver sus estados de WhatsApp o la que manifestó que la adoraba porque estaba siempre para ellos como si fuera un pequeño sol o un átomo de luz.

“Al inicio de cada clase les llevo un fragmento de algo que leí y me gustó y creo que les puede servir: salud mental, un cuento, cualquier cosa. Un día se me olvidó y me lo exigieron porque, según ellos, sin esa lectura mi clase no sería mi clase”.

¿Tus proyecciones?

“Me gustaría fomentar la investigación, pero el mundo de los estudiantes te atrapa. Una vez que entras, ya no podrás salir”.

¿Y cuando los primeros se gradúen?

“Que me recuerden como yo a mi profesor de Química General de primer año; incluso cuando en ese momento no me gustaba la carrera, gracias a sus clases, sentí que pertenecía a ese lugar”.

Profe, no me dijo por qué la Química…

“Iba a decirte que los químicos creamos productos que sanan a nivel atómico, pero no es por eso…Quizá porque toda la vida está conectada con el resto de la vida o quizá porque somos química… No sabría explicarlo mejor”.

José Lázaro Peña

Texto de José Lázaro Peña
Licenciado en Periodismo por la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en el 2022. Reportero de Escambray.

3 comentarios

  1. Felicitaciones a la tayra, cómo le dice su familia, soy testigo de cuánto esfuerzo desplegado, pero me gustaría verla en un proyecto donde de verdad pueda descargar ese cúmulo de conocimientos adquiridos, vamos, eres joven y hay para mucho más, no te detengas!

  2. Eliexer Ulloa Morell

    Hoy la especialidad de Servicios farmacéuticos cobra vida al igual que su laboratorio gracias a la Licenciada Tayra Dias García, excelente profesional que ha hecho posible transformar la educscion tradicional en el aprendizaje mas práctico y motivador para los alumnos de Servicios Farmacéuticos. Gracias.a la.profe ppr llegar a la UCM de Sancti Spiritus.

  3. Amaury Javier Carballo Mariño

    Tengo el placer de conocer a la joven. Es ejemplo desde todos los punto de vista para las nuevas generaciones. Ama su profecion y ama la innovación y la esfera cientifica. Estoy seguro que nuestro país y nuestro pueblo tiene en ella una gran profesional que un futuro nos ayudara a mejorar y a seguir adelante, haciendo un futuro mejor para todos. Felicidades.

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