El que dirige tiene que hablar con la verdad

Con esa premisa, Nora Quintana Vázquez, fundadora de los órganos de Gobierno, fue delegada del Poder Popular por más de 20 años y miembro del primer Comité Ejecutivo en Sancti Spíritus

Durante años la labor de Gobierno resultó su día a día. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Sé que no le gustan las entrevistas. Insistí tantas veces que accedió a una especie de conversación para evitar cualquier cuestionario o un cuéntame tu vida. Una mujer como ella tiene mucho que decir;

y lo hace con la voz suave y dulce propia de su persona, sin dejar a un lado un fino sentido del humor que nunca hiere.

La conozco desde siempre y hemos compartido reuniones, eventos gubernamentales, recorridos y hasta el amor por la misma persona; en su caso, el más puro sentimiento de hermandad hacia alguien a quien quiso y admiró. Sé que es muy especial, con una gran cultura, que habla muy bien el francés y tiene nivel elemental de piano, pero me faltan cosas por conocer de esta mujer que dedicó la mayor parte de su vida al trabajo del Poder Popular desde su fundación y fue delegada de base por más de 20 años.

Con mucha parsimonia narraba sus primeros pasos como trabajadora de Educación en la década de los 70, cuando, ya graduada de Historia, impartía la asignatura en el entonces Instituto Pedagógico y su tránsito por la docencia, hasta que la voz de Marina, una antigua compañera de batallas, le cambió el rumbo a sus pensamientos: “Mira, periodista, pon ahí que Nora Quintana Vázquez es la mejor delegada que ha tenido Sancti Spíritus. Aquí en la circunscripción 16 logró que personas que se mantenían al margen y ni les interesaba lo que tenía que ver con ningún proceso social participaran en las actividades que se organizaban”.

Sin saberlo, me dio la motivación perfecta para escuchar anécdotas de su protagonismo en los orígenes de aquel primer mandato de las Asambleas Municipales del Poder Popular y el nacimiento de Sancti Spíritus como provincia.

“Fui escogida como delegada en las primeras elecciones en el año 1976, me propusieron y acepté con mucho temor porque, si bien ya existía la experiencia de Matanzas, para todos era algo nuevo. Estuve desde ese propio año hasta 1995 como secretaria de la Asamblea del Poder Popular en el municipio cabecera, fueron alrededor de seis mandatos, aunque nunca fui delegada a la Asamblea Provincial.

Fueron momentos difíciles porque había que organizar todo el aparato de Gobierno en la provincia, pero los compañeros que asumimos en aquel momento lo hicimos con toda la disposición del mundo, sobre todo el vicepresidente que era Luciano Francisco, tenía mucha experiencia de dirección en distintas actividades. Hicimos una amistad muy bonita y empezamos a relacionarnos con los delegados, después pasamos a la conformación de las entidades administrativas, el nombramiento de los directores; es decir, armar todo el engranaje administrativo del territorio, nombrar los delegados a la Asamblea Provincial, elegir los diputados, y todo ello le correspondía a aquel primer Comité Ejecutivo. Fue, a pesar de todo, una etapa muy bonita”.

En el caso de Sancti Spíritus, las cosas resultaron algo más escabrosas. El parto de una División Político Administrativa desligada del cordón umbilical que significaba Las Villas generó tantos contratiempos que únicamente con los deseos de hacer pudieron solucionarse y, como otras veces, triunfó la pasión que pone Nora a todo cuanto le toca.

¿Cuánta experiencia guarda de los primeros encuentros con el pueblo cuando había necesidades de las cuales carecía una naciente provincia?

Si hay una tarea difícil en la labor de Gobierno es el encuentro con los electores, esas reuniones de rendición de cuenta donde te plantean asuntos de todo tipo y hay que conocer la actividad y el funcionamiento de las direcciones de las entidades para dar una explicación y convencer. Con el tiempo aprendí que el delegado debe mantener con los electores, con el Gobierno y con las entidades un vínculo eficaz, permanente, porque es la única persona que tiene la posibilidad de transmitir los problemas del pueblo y dentro de su función es fundamental que esa sea una de sus prioridades. En aquel entonces no sabíamos cómo hacer eso, pero se fue organizando y sobre la marcha la vida nos dio la posibilidad de saber cómo implementar ese estilo de trabajo. Tengo que decir que los delegados de aquel primer mandato, aprendices todos, hicieron lo imposible para que funcionara bien y se logró. 

Marcando las distancias, la labor del delegado sigue siendo importante porque es el vínculo más cercano del Gobierno con la población, el que le hace llegar la realidad de la situación existente, el que puede informar con claridad porque llega a todo el mundo y es la persona que mejor informada debe estar en una circunscripción”.

Durante más de una veintena de años tejió un ir y venir por la vieja sede de la calle Independencia, donde todos ponían atención a lo que decía aquella voz dulce que enamoraba, pero comprometía, porque había dulzura, pero también fortaleza y voluntad en esta mujer que se compartía entre el hogar, la FMC y muchos amigos.  

¿Qué lecciones le dejó todo ese quehacer?

”El Gobierno me enseñó a trabajar, pero Educación es una escuela y yo venía de allí donde impartía Orientación Política a los trabajadores y lo demás me lo enseñó el pueblo desde esas primeras rendiciones de cuenta. Después no resultaba tan sencillo desligarme de un organismo que es parte de mi vida, y confiaron en mí para atender la recién creada Oficina del Departamento de Relaciones Internacionales de la Asamblea Provincial del Poder Popular, donde estuve 18 años, desde 1995 hasta el 2013”.

¿Qué significó esa etapa tan diferente a lo que fue su paso por el Gobierno local?

“Fue una etapa muy bonita que me llevó a visitar varios países, entre ellos Italia, España, México y Canadá, donde llevábamos la realidad cubana del momento, me ayudó a entender mucho más la Revolución porque para atender a las delegaciones extranjeras o cuando íbamos a determinado país a establecer relaciones de hermanamiento, uno tenía que tener más claridad de lo que debía explicar sobre la situación del país, me ayudó a prepararme sobre muchas materias, de hecho ya estaba graduada de idioma francés y tuve que aprender algo de italiano. Desde el punto de vista humano vi cosas deprimentes en esos países tan desarrollados que me impactaron porque en Cuba no se ven”.

Nora (al centro) ha sido distinguida en múltiples ocasiones por su valioso desempeño. (Foto: Marcelino Vázquez)

Dicen quienes la conocen más de cerca que en Sancti Spíritus la FMC se llama Nora…

 “Mi padre, que siempre fue un revolucionario convencido, me inició en la FMC desde que era casi una niña, después en los Jóvenes Rebeldes y la UJC, y también ayudé a organizar los Pioneros, pero la Federación es mi vida. Fui miembro del Comité Municipal desde 1976 hasta hace muy poco y siempre he ocupado cargos a nivel de bloque y de delegación en la que todavía soy organizadora y eso me mantiene activa. Disfruté ir a los congresos de la organización, siempre atenta a lo que decía Fidel que se tomaba su tiempo para compartir con nosotras, con esa claridad que tenía para visionarnos el futuro”.

Más de tres décadas en los órganos de Gobierno enseñaron a Nora a permanecer en acción “para que la mente se mantenga activa” y no se le achique esa admirable memoria que posee a sus 76 años. Se dice a sí misma cubana por excelencia y espirituana rellolla; ella, como la dirigente que siempre va a llevar dentro, todavía tiene palabras que decir a las generaciones futuras: “El que dirige tiene que hablar con la verdad, aunque trabaje muy duro, lo mejor de todo es la honestidad y también es importante saber escuchar, aunque todo el mundo no quiera. Hay que lograr que las personas sean honestas desde cada labor y puesto de trabajo para que haya credibilidad y se pueda mantener lo que hemos logrado a lo largo de más de 65 años”.

Carmen Rodríguez

Texto de Carmen Rodríguez
Reportera de Escambray por más de 30 años. Especializada en temas económicos.

3 comentarios

  1. Enma Caridad Pérez Betancourt

    Nora, mujer ejemplo, amiga, madre, cuadro Revolucionaria incondicional, tuve el gusto de trabajar con ella y para mi es lo máximo su trato a los demás es excepcional ante todo su honestidad te convence de todo lo que quiera de cada persona, muy trabajadora que da gusto estar a su lado, maestra al fin, le deseo muchos años de vida para la enseñanza de las nuevas generaciones, personas como ella son las nos hacen falta a nuestra sociedad para seguir luchando.

  2. Hay planes reales para cambiar de matriz energética la antena de celulares del parque circuito 112?? Cada vez que falta el fluido eléctrico las comunicaciones se ponen más difíciles de lo que están. Aparte de ser el parque también se incluyen las zonas cercanas, céntricas y las que encuentran en esa antena el primer punto.
    Tanto es así, que si en horario no pico de tráfico de pronto se vuelve todo muy muy lento, lo primero y más seguro es justamente eso, apagón de 112.
    Y esto no es de ahora, viene de muy atrás, obvio que encontrando su punto más alto la gran crisis de aquel verano y posterior, y anterior.
    Todo sea para mejorar de cara al pueblo, que al final también es el cliente

  3. Angela Lidia Fleita Duquernes

    Nora es una magnífica compañera, una escuela de incondicionalidad a la Patria y humanismo. Historia viva, ejemplo para mostrar a las nuevas generaciones.

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *